No todos los dolores de cabeza afectan a la población por igual. Es rara la persona a la que nunca le ha dolido la cabeza. Tiene mucha suerte porque es algo relativamente frecuente pero, ¿te has parado a pensar qué es lo que te duele normalmente? Decimos que nos duele la cabeza pero, ¿sabemos qué nos duele en realidad? ¿El cráneo? ¿El cerebro?
En una entrevista con Infosalus, la doctora Sonia Santos, Coordinadora del Grupo de Estudio de Cefaleas de la Sociedad Española de Neurología (SEN) aclara en este sentido que cuando nos duele la cabeza “no nos duele el cerebro sino todas aquellas estructuras que lo rodean: hueso, músculo y arterias”.
En concreto, cita que las estructuras craneales sensibles al dolor son: la piel, el tejido subcutáneo, músculos, arterias extracraneales, periostio, ojos, oídos, cavidades intracraneales, senos paranasales, grandes senos venosos, las arterias meníngeas y temporales y los pares craneales.
Respecto a por qué no siempre nos duele la misma zona de la cabeza, unas veces una parte de la cara, y otras veces por ejemplo la parte de atrás, Santos remarca que en el caso concreto de la migraña, dado que el protagonista es el nervio trigémino (en concreto su primera rama) es relativamente frecuente que el paciente inicie su dolor en la zona periocular (alrededor del ojo), por la distribución de dicho nervio.
En el caso de la cefalea tensional, que según indica es mucho más frecuente pero, al mismo tiempo, mucho menos discapacitante, señala que el dolor se genera en el músculo que cubre el cráneo (frontal, occipital, temporal). “Por tanto, el dolor suele ser holocraneal, es decir, de toda la cabeza. Otras veces el paciente tiene dolor en la frente, o lo describe como una diadema que le aprieta”, agrega.
Eso sí, la neuróloga llama la atención sobre el hecho de que “no es normal” que nos duela la cabeza. “La migraña afecta al 12% de la población y la cefalea tensional, más frecuente, al 62%. Además, hay muchas causas de cefalea secundaria, algunas de ellas muy frecuentes como la hipertensión arterial, la hipoglucemia o las infecciones vírica”, según advierte.
Sobre el momento en el que debemos acudir al especialista por un dolor de cabeza, la doctora Santos remarca que ante todo dolor recurrente de intensidad moderada-grave, que asocie náuseas y/o vómitos, o hipersensibilidad a la luz o al ruido, con el objetivo de que el médico de atención primaria confirme el diagnóstico de migraña, e inicie un tratamiento específico.
“Además, son datos de alarma el dolor de inicio explosivo, el dolor cuya intensidad que se va incrementando a lo largo de los siguientes días, cuando el paciente asocia fiebre alta, alteración del nivel de conciencia, tendencia al sueño o clínica neurológica”, sentencia la Coordinadora del Grupo de Estudio de Cefaleas de la Sociedad Española de Neurología.
Tipos de cefaleas
Desde la Sociedad Española de Neurología clasifican los dolores de cabeza en varios tipos, ya que no a todo el mundo le duele la misma de igual forma:
Dentro de las cefaleas primarias, es decir, cuando el dolor de cabeza es el único o principal síntoma de la enfermedad, dice que la ‘cefalea en tensión’ sería el tipo de dolor más prevalente, alcanzado a un 66% de la población (el 63% lo padece de forma episódica mientras que el 3% restante sería crónico); seguido de la migraña (15% y 2-3% de forma crónica); y de la ‘cefalea por estímulos fríos’ (15%).
La ‘cefalea por compresión externa’ (4%), por ‘abuso de medicación’ (1-2%), ‘de la tos’ (1%), ‘por ejercicio físico’ (1%), ‘asociada a la actividad sexual’ (1%), o la cefalea en racimos (0,2-0,3%), serían también otros de los tipos más prevalentes de cefaleas primarias según aclara.
En cuanto a las cefaleas secundarias, aquellas en las que el dolor de cabeza es un síntoma de otra enfermedad, destaca la prevalencia de la ‘cefalea por resaca’ (72%), ‘por fiebre’ (63%), asociada a ‘alteraciones metabólicas’ (22%), al ayuno (19%), a alteraciones en la nariz o en los senos (15%), a trauma craneal (4%) o a alteraciones oculares (3%).
Según remarca la SEN, las crisis de dolor, especialmente en la migraña, producen una importante limitación en la actividad de los que la sufren obligando a reducirla en más de un 50% y precisando de reposo en la cama hasta en el 20-30% de los casos.
Fuente: infosalus.com