Tras estudiar la dinámica del cerebro de 28 personas con epilepsia, los científicos han demostrado que no hay evidencia de una señal de advertencia previamente sospechada de convulsiones conocida como ‘desaceleración crítica’, según avanzan en un artículo publicado en la revista ‘Chaos’.
En 2013, algunos de los primeros dispositivos de predicción de ataques fueron desarrollados y probados con éxito. Aunque amplios esfuerzos de investigación han identificado con éxito predictores de convulsiones inminentes, el concepto de desaceleración crítica como índice de susceptibilidad a las convulsiones ha sido controvertido y no se ha demostrado.
La desaceleración crítica se refiere a cambios característicos en el comportamiento de un sistema complejo que se acerca a un punto de inflexión teórico. Cuando se supera este punto, puede conducir a cambios impactantes y devastadores. Un cerebro humano epiléptico se considera un excelente ejemplo de un sistema como este, debido a la naturaleza extrema y angustiosa de una convulsión.
Los investigadores analizaron las grabaciones de la dinámica del cerebro que capturaron 105 ataques epilépticos utilizando estimaciones resueltas en el tiempo de los indicadores de alerta temprana de los ataques.
“En nuestras investigaciones, utilizamos los indicadores más destacados y mostramos que la desaceleración crítica antes de las convulsiones epilépticas humanas no es verificable –explica el neurofísico de la Universidad de Bonn (Alemania) Thorsten Rings–. Esto demuestra que el concepto subyacente a la desaceleración crítica es un modelo demasiado simple para el cerebro humano”.
En lugar de ralentizarse críticamente, los investigadores descubrieron que las convulsiones actuaron de manera opuesta y se aceleraron críticamente, lo que indica que la dinámica del cerebro era menos sensible a los cambios y experimentó un retorno más rápido a un estado no perturbado.
“Incluso se pueden observar indicadores similares de desaceleración crítica en relación con los ritmos diarios, como dormir y despertarse, pero carecemos de evidencia clara de desaceleración crítica que preceda a tales cambios –añade la investigadora Theresa Wilkat–. Por lo tanto, es difícil distinguir claramente entre una transición crítica hacia una incautación y una transición crítica hacia otros estados”.
Todavía falta un modelo profundo de la transición a una convulsión, pero considerando su investigación, Klaus Lehnertz y su equipo señalan que el concepto de desaceleración crítica es insuficiente como método predictivo. Creen que estudios futuros deberían desarrollar modelos y técnicas de análisis mejorados.
“Un enfoque futuro prometedor podría ser investigar cómo emergen las convulsiones de las redes cerebrales a gran escala teniendo en cuenta su estructura y función que varían en el tiempo”, apunta Lehnertz.
Fuente: infosalus.com