Los autores de este estudio descubrieron que el cerebro de las personas con dislexia tiene una suerte de resistencia a la incorporación de datos con carácter repetitivo, una capacidad que se conoce como ‘adaptación neural’.
Las dificultades para aprender a leer, en las personas con dislexia, podría explicarse por una característica cerebral que les hace distintos de otras personas. Así lo sugieren los resultados de un nuevo estudio, informa NCYT.
Los autores de este estudio descubrieron que el cerebro de las personas con dislexia tiene una suerte de resistencia a la incorporación de datos con carácter repetitivo. Esa capacidad de asimilar datos repetitivos se conoce como adaptación neural. Cuando un estudiante disléxico ve una misma palabra varias veces, por ejemplo, las regiones cerebrales que operan en el proceso de lectura no parecen tener la misma adaptación que se observa en las personas que no tienen esta dificultad para leer.
El estudio indica que la plasticidad del cerebro influye de manera crucial en la capacidad de asimilar nueva información, y que en los casos de dislexia la dificultad estaría mediada por esta diferencia funcional.
John Gabrieli, del Instituto McGovern para la Investigación del Cerebro del MIT, y Tyler Perrachione, de la Universidad de Boston, utilizaron imágenes de resonancia magnética para escanear los cerebros de un grupo de adultos jóvenes con y sin dificultades de lectura, al tiempo que realizaban una serie de tareas.
Ya se sabía que el cerebro de los niños con dislexia presenta diferencias anatómicas y funcionales, pero hasta ahora no se conocías estas diferencias en detalle. La nueva investigación provee de una explicación más exhaustiva y abre paso para una caracterización más completa de estas diferencias.
El equipo de Gabrieli y Perrachione ahora planea continuar su estudio, pero esta vez con niños pequeños, para ver si las diferencias en la organización del cerebro podrían ser detectables antes de la edad en que las personas normalmente aprenden a leer. Los neurocientíficos también esperan usar otras técnicas de observación y medición cerebral, como la magnetoencefalografía, que registra el desarrollo de la adaptación neural de manera más rigurosa y a medida que las personas van madurando.
Fuente: El Ciudadano