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Mexicano gana premio a la mejor tesis doctoral en Instituto de Investigación sobre el Cáncer de Cambridge

Mexicano gana premio a la mejor tesis doctoral en Instituto de Investigación sobre el Cáncer de Cambridge

El estudiante mexicano Alejandro Jiménez Sánchez recibió el premio a la mejor tesis doctoral del año del Instituto de Investigación sobre el Cáncer de Cambridge, en Reino Unido (Cancer Research UK Cambridge Institute). El joven, becario del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), recibió el galardón el 19 de octubre por su investigación sobre la forma en que el sistema inmunológico puede reconocer como una amenaza las células de un tumor canceroso y combatirlas.

El trabajo de Alejandro Jiménez aporta información valiosa para el avance de la inmunoterapia, una nueva forma de tratar el cáncer, que busca activar el sistema inmune de los pacientes con esta afección, para que su propio organismo sea capaz de detener la progresión de la enfermedad.

El Instituto de Investigación sobre el Cáncer de Cambridge, en Reino Unido, reúne a casi 250 científicos que investigan sobre cuestiones prácticas del diagnóstico, el tratamiento y la prevención del cáncer. Y Alejandro se siente muy contento por haber sido elegido entre tantos trabajos de alto nivel, una distinción que nunca se imaginó recibir cuando comenzó su doctorado hace tres años.

Tumores que desaparecen

La investigación del joven mexicano consistió en realizar un análisis genómico de cinco tumores de una misma paciente. A esta paciente, de nombre Lu R., le detectaron cáncer de ovario en una etapa muy avanzada y se sometió a una cirugía para remover el tumor. Pero después de siete meses de quimioterapia el cáncer regresó.

Lu R. siguió por tres años más con quimioterapias, pero al ver que el cáncer seguía creciendo, ella y los médicos optaron por suspender el tratamiento y sustituirlo por una terapia que aliviara su dolor. Aun así, los médicos siguieron monitoreando las cuatro metástasis de Lu R. en el hígado, el bazo, la vagina y la parte superior derecha del abdomen.

Después de dos años, los médicos notaron algo extraño, los tumores en la vagina y en el bazo de Lu R. estaban creciendo, pero los tumores del hígado y del abdomen estaban disminuyendo, aun sin tratamiento para el cáncer. Los médicos no comprendían por qué dos de los tumores de Lu R. estaban desapareciendo y fue así como la investigación de Alejandro Jiménez comenzó.

Defensas propias contra el cáncer

Como los tumores le provocaban dolor, se los extirparon y Lu R. dio permiso a los médicos para que los estudiaran y pudieran encontrar una pista de por qué dos de ellos crecían, mientras los otros dos empequeñecían. Los médicos secuenciaron el genoma de cada uno de los tumores y enviaron los datos a la Universidad de Cambridge, donde Alejandro Jiménez estudiaba su doctorado.

Alejandro Jiménez se especializa en analizar con herramientas computacionales información biológica y al estudiar la información genética y molecular de las muestras del tumor original de Lu R. y de sus cuatro metástasis, encontró indicios de que la causa de la reducción de dos de los cuatro tumores era el propio sistema inmunológico de Lu R.

El estudiante, en colaboración con Alexandra Snyder, investigadora en Nueva York, validó los resultados computacionales al encontrar que los tumores que estaban desapareciendo tenían entre su estructura más células del sistema inmunológico, que los que estaban aumentando de tamaño. Al parecer, el sistema de defensas de Lu R. sí estaba reconociendo como una amenaza los tumores que tenía en el hígado y el abdomen.

Esto es algo poco común, pues las células inmunológicas no suelen reconocer los tumores cancerosos como agentes extraños, pues los tumores están formados por células del propio cuerpo que han sufrido alguna mutación.

El sistema de defensas del cuerpo no reconoce las células malignas porque son descendientes de células propias, pero conforme el cáncer va acumulando más y más mutaciones, comienza a generar ciertas moléculas que alertan el sistema inmune. Entonces el sistema inmune puede atacar las células del tumor, pues las reconoce como extrañas, pero no todas las células cancerosas producen estas señales de alerta. Esto ocasiona que mueran unas células del tumor pero que sobrevivan otras, que pueden volver a hacer crecer el tumor, ocasionando que el paciente recaiga, explica Alejandro Jiménez.

En términos generales, Alejandro Jiménez pudo observar y analizar cómo diferentes regiones del cuerpo tienen distintos microambientes inmunológicos y cómo cada tumor envía señales inmunológicas propias. Esto quiere decir que en un mismo paciente, un solo tratamiento puede no ser efectivo, o que incluso si se logra activar su sistema inmunológico, este puede no reconocer todas las células cancerosas.

“Este es un ejemplo muy claro de lo difícil que es decidir si se le da o no terapia a un paciente, o decidir qué terapia se le da. Nos muestra lo mucho que tenemos que continuar investigando para llegar a ese punto”, opina Alejandro Jiménez.

Otra conclusión que deja la investigación de Alejandro Jiménez es que la inmunoterapia puede ser una opción que ayude o incluso sustituya los tratamientos actuales contra el cáncer; de hecho, la inmunoterapia ya se utiliza para tratar algunos casos de melanoma.

El siguiente paso

El trabajo no fue fácil, pero sí muy estimulante, sobre todo encontrar las maneras de descubrir, aunque sea teóricamente, los mecanismos moleculares detrás de los fenómenos que observamos, comenta Alejandro Jiménez.

El joven investigador agradece haber tenido la oportunidad de estudiar en un ambiente y con un asesor que lo han preparado para continuar su trabajo como científico.

“Cambridge es un lugar excepcional, donde la vida académica y la vida social se funden y no hay gran distinción. Trabajar con Martin (Miller) ha sido un proceso en el que he descubierto que puedo ser independiente en mi investigación, que puedo avanzar con poca supervisión”.

Alejandro Jiménez presentó su tesis de doctorado con éxito y en este momento se encuentra en una estancia corta en el Weizmann Institute of Science, en Israel, trabajando en dos proyectos: la evaluación de un modelo para detectar células tumorales en ratones, con la investigadora Yardena Samuels; y estudiando células únicas de cáncer de ovario con el investigador Itay Tirosh.

“Posteriormente, voy a trabajar en datos de expresión de célula única en Nueva York, en el grupo de Dana Pe’er como posdoc”.

Fuente: Agencia Conacyt

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