El 13 por ciento de todos los casos de cáncer en el mundo son causados por infecciones
Esta semana la Asociación Americana para la Investigación del Cáncer (AACR) publicó la 14ª edición de su informe anual Cancer Progress Report. Este exhaustivo informe ofrece las estadísticas más recientes sobre incidencia, mortalidad y supervivencia del cáncer.
También describe cómo la investigación básica, traslacional y clínica del cáncer y las ciencias de la población relacionadas con el cáncer -en gran parte apoyadas por las inversiones federales en los Institutos Nacionales de Salud (NIH), el Instituto Nacional del Cáncer (NCI), la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) y los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC)- son cruciales para mejorar la salud y salvar vidas.
Uno de los puntos que toca el reporte es cómo el 13 por ciento de todos los casos de cáncer en el mundo son causados por infecciones. Por ejemplo, la mayoría de los casos de cáncer de estómago están causados por bacterias, los cánceres de cuello de útero, así como algunos cánceres genitales y orales, están causados por un virus y ciertas infecciones virales crónicas pueden llevar al cáncer de hígado.
Este conocimiento saber puede derivar en alternativas para evitar que estas infecciones se transformen en cáncer, como la aplicación de vacunas y medicamentos eficaces para prevenir y tratarlas, así como mejores métodos de diagnóstico. Estas son las cuatro infecciones más comunes que pueden causar cáncer:
Virus del papiloma humano
Como señala The New York Times, existen más de 200 tipos del virus del papiloma humano, entre ellos una decena que aumentan significativamente el riesgo de cáncer cervical, genital y oral. La mayoría de las personas infectadas por el VPH lo eliminan por sí solas. Pero alrededor del 10 por ciento de las mujeres con infección por VPH en el cuello uterino desarrollarán una infección persistente por un tipo de alto riesgo.
Según el portal ‘Cancer. gov’, los VPH de bajo riesgo no causan enfermedades, pero sí se pueden presentar verrugas en el área de los genitales, boca, garganta o ano. Por otra parte, los de alto riesgo, entre los que se encuentran el VPH16 y el VPH18, pueden causar algunos tipos de cáncer como cuello uterino, la orofaringe, que es la parte posterior de la garganta, que incluye el tercio posterior de la lengua, que incluye el paladar blando, las paredes laterales y posteriores de la garganta y las amígdalas, así como también en el ano, el pene, la vagina y la vulva.
Muchas personas sexualmente activas, entre hombres y mujeres, se infectan con VPH y, según el portal, la mayoría de ellas contraen la infección de alto riesgo. El sistema inmunitario de estos pacientes puede controlar esta afectación, no obstante, cuando esta no es tratada y empeora con el tiempo puede convertirse en cáncer.
Como mencionan en The New York Times, la mayoría de las personas sexualmente activas se infectarán con el virus del papiloma humano al menos una vez en su vida. El uso del preservativo puede proteger frente a la infección por VPH, aunque no totalmente. La vacunación ofrece la mayor protección, sin embargo, investigaciones han demostrado que muchos jóvenes que cumplen los requisitos para vacunarse no lo han hecho.
Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades recomiendan dos o tres dosis de la vacuna contra el VPH a partir de los 11 o 12 años y hasta los 26 años. Algunos adultos mayores también pueden vacunarse.
Hepatitis B y C
La hepatitis causa daños hepáticos y cáncer y mata a más de un millón de personas al año. De los 5 tipos de hepatitis, las hepatitis B y C causan la mayoría de las enfermedades y muertes. La hepatitis C se puede curar; sin embargo, solo el 21 por ciento de las personas infectadas por hepatitis C están diagnosticadas y solo el 13 por ciento han recibido tratamiento curativo.
Solo el 10 por ciento de las personas que viven con hepatitis B crónica están diagnosticadas, y solo el 2 por ciento de los infectados reciben la medicación que salva vidas. Según explica el epidemiólogo de Coosalud EPS, Enrique Mazenett, las hepatitis virales son un grupo de enfermedades producidas por diferentes virus que afectan el hígado.
“Los virus tienen diferentes vías de transmisión como pueden ser el agua, alimentos, por un lado, o las transfusiones de sangre, uso compartido de agujas, tatuajes en condiciones inseguras o relaciones sexuales, dependiendo del virus. Los virus pueden dañar el hígado causando enfermedades graves y aun la muerte. En algunos casos pueden producir cáncer de hígado. Muchas veces las hepatitis son asintomáticas, así que usted puede estar infectado e infectar a otros sin saberlo”, resalta Mazenett.
Según señala el experto, la segunda hepatitis más común es la hepatitis B que se transmite por las relaciones sexuales, sangre y fluidos corporales, es muy contagiosa. La tercera es la hepatitis C que se transmite también a través de la sangre y relaciones sexuales. Puede aparecer en personas que recibieron transfusiones sanguíneas antes de 1996, año en que se comenzó a identificar el virus en las bolsas de sangre.
Actualmente existen vacunas para la hepatitis A y para la hepatitis B. Ambas vacunas son altamente efectivas para prevenir la propagación de la enfermedad, reduciendo el número de casos. En Colombia la vacunación regular contra hepatitis B inició en el año 1993, así que las personas nacidas a partir de esa fecha están protegidas. También se aplica de manera especial al personal de la salud y a poblaciones con riesgo.
No hay vacuna contra la hepatitis C, pero no compartir agujas es la mejor forma de prevenir el riesgo de infección. Además, medicamentos antivirales pueden curar la hepatitis C.
H. pylori
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), más de la mitad de la población mundial está infectada por Helicobacter pylori (H. pylori). Esta bacteria es considerada como la principal causa de la gastritis crónica y puede derivar en patologías graves, si no se previene o si no se hace un diagnóstico oportuno.
De acuerdo con el Instituto Nacional de Cáncer de Estados Unidos, la bacteria suele propagarse por contacto boca a boca, a través del agua y los alimentos contaminados, es decir que en algunos casos la población más vulnerable frente a esta es la que se encuentra en condiciones de pobreza y en áreas con problemas de salubridad.
El cáncer de estómago se origina en la mucosa gástrica. La infección por H. pylori puede afectar notablemente la mucosa gástrica, generando una gastritis crónica o avanzada que si no se trata a tiempo puede contribuir al origen de esta enfermedad a través de una lesión precancerosa.
Esta etapa suele ser asintomática. Especialistas afirman que la última fase del desarrollo de la enfermedad es la que sí presenta síntomas, pero usualmente en esta fase, la patología está en una etapa más avanzada.
Además de la H. pylori, otros disparadores pueden ser una mala dieta, una excesiva ingesta de sal, tabaquismo y alcohol. El desarrollo de una afección como esta es gradual y puede pasar mucho tiempo para que el paciente experimente síntomas.
Según la literatura médica, una de las mejores estrategias es diagnosticar y tratar la infección por H. pylori a tiempo cuando se experimenta gastritis crónica. Esto también puede aplicarse en estadios un poco más avanzados. Lo importante es ir al médico para evitar el daño de la mucosa gástrica, que puede ser origen del cáncer de estómago.
El tratamiento contra H. pylori consiste en una combinación de antibióticos y otros medicamentos. Esto estará en constante revisión hasta que la infección desaparezca. Para prevenir la bacteria, los expertos recomiendan lavarse las manos después de ir al baño y antes de comer. También es importante comer alimentos adecuadamente preparados y beber agua potable.
Para concluir, seguir las anteriores recomendaciones y consultar a su médico tratante de forma oportuna, son algunas de las claves más importantes para detectar a tiempo la bacteria H. pylori y así evitar en la medida de lo posible una consecuencia como el cáncer de estómago.
Para ello, expertos afirman que profesionales médicos, asociaciones de pacientes, farmacéuticas y Gobierno, deben seguir impulsando campañas de educación y sensibilización alrededor de la enfermedad para lograr disminuir el riesgo de contraerla.
Para evitar la infección por Helicobacter pylori es importante seguir ciertas prácticas de higiene y cuidado personal. En primer lugar, expertos recomiendan mantener una buena higiene en general. Esto puede ayudar a prevenir la propagación de la bacteria.
Es fundamental lavarse las manos regularmente con agua y jabón, especialmente antes de comer y después de usar el baño. También es importante consumir alimentos y agua seguros y bien cocidos, ya que la bacteria puede transmitirse a través de alimentos contaminados.
Fuente: eltiempo.com