Por lo general, el dolor se considera sintomático cuando responde a una lesión o a cierta enfermedad. Pero cuando la molestia persiste, aun después de los tres meses, el dolor se considera como crónico. Incluso puede desencadenar trastornos psicológicos y afectar la vida cotidiana de los pacientes. Con base en esa información, la ciencia explora la posibilidad de que el dolor crónico se considere como una enfermedad multisistémica y no producto de nuestra mente como se ha creído por mucho tiempo.
En un artículo publicado en The Guardian, la investigadora Linda Geddes señala que el dolor crónico puede ocurrir sin una aparente lesión física. Incluso, se puede presentar en áreas de nuestro cuerpo que no tiene relación alguna con una lesión previa.
Además, indica que una persona con dolor continuo está predispuesta a desarrollar otras afecciones. Por ejemplo: un individuo puede tener dolor en la cabeza, en el lumbar u otra parte del cuerpo sin haberse lastimado o presentar una enfermedad aparente.
Dolor nociplástico: una afección que se presenta sin evidencia de daño tisular
Si bien es cierto que la ciencia estudia la posibilidad de considerar al dolor crónico como una enfermedad, aún queda mucho camino por recorrer. Básicamente, porque varía de persona a persona.
Para describir esta afección, la IASP (Asociación Internacional para el Estudio del Dolor) introdujo una nueva categoría denominada dolor nociplástico. Esta describe la molestia continua que experimentan algunas personas sin ninguna evidencia de daño tisular que cause la activación de nocirreceptores periféricos. En ese sentido, Geddes explica:
“Las señales de dolor transportadas por los nervios periféricos desde la piel, los músculos, las articulaciones u órganos internos hasta la médula espinal pueden amplificarse, empeorando el dolor”.
Dolor crónico puede alterar el funcionamiento del cerebro
Como hemos venido diciendo, las dolencias crónicas amplifican el grado del dolor. Por tanto, pueden alterar el funcionamiento del cerebro y de la médula espinal. Por ejemplo: un simple golpe o rasguño podrían provocar un dolor agonizante.
Los expertos lo describen como una reacción alérgica en el sistema del dolor, es decir, que el sistema nervioso central se vuelve extremadamente sensible al estímulo físico. Al respecto, el profesor y ex presidente de la IASP, Lars Arendt-Nielsen, expresa:
“Esta reorganización del sistema del dolor es la razón por la cual el manejo del dolor crónico es difícil y los analgésicos tradicionales no son eficientes, y por qué la investigación del dolor es tan importante para descubrir nuevas formas de modular esta reorganización del dolor”.
Dolor crónico es más común en personas víctimas de abuso físico y mental
Según se reseña en el artículo, el dolor crónico es más frecuente en personas que se han sometido a muchas cirugías cuando eran niños. E, incluso en aquellas que han sido víctimas de abuso físico y mental. Probablemente, esto suceda porque los traumas de la infancia y los riesgos de salud han debilitado su sistema nervioso central.
De igual modo, el dolor nociplástico es más frecuente en mujeres en comparación con los hombres. Esto se debe a que las féminas son más propensas a enfermedades autoinmunes, las cuales a su vez provocan inflamación y desencadenan dolor. Asimismo, el dolor crónico puede afectar nuestro estado de ánimo, sueño y provocar agotamiento físico y mental.
Como has podido notar, ese dolor constante que algunas veces termina convirtiéndose en crónico y que no tiene explicación no es producto de un invento de nuestra mente. Es real y nos impacta de diferentes maneras. Por ende, se espera que los médicos y demás personas puedan comprender y ayudar a los afectados.
Fuente: tekcrispy.com