La sudoración es un proceso natural del cuerpo humano para regular la temperatura corporal y eliminar las toxinas que se van acumulando. Pero en ocasiones, cuando el sudor es excesivo, es decir, cuando aparece la hiperhidrosis, se convierte en una preocupación ya que puede afectar significativamente a la calidad de vida de quienes lo padecen.
La doctora Nùria Paredes, especialista en Medicina General del Centro Médico MGC Mutua, explica que «la sudoración es una respuesta fisiológica que está controlada por el sistema nervioso autónomo. En diferentes situaciones, como cuando se realiza una actividad física, hace mucho calor o estamos estresados, la temperatura del cuerpo aumenta».
«Las responsables son las glándulas sudoríparas, que se activan para liberar líquido a través de los poros de la piel –prosigue–. Este líquido está compuesto principalmente por agua y sales, y al evaporarse en la superficie de la piel, el calor se disipa y el cuerpo se enfría. Este es el proceso normal del cuerpo, pero a veces, esta sudoración es demasiado elevada».
En este sentido, señala que hay varias causas por las que hay un exceso de sudoración, entre las que destacan:
- Hiperactividad del sistema nervioso autónomo: En algunas personas, el sistema nervioso autónomo puede estar sobreactivado. Hay una estimulación excesiva de las glándulas sudoríparas y están constantemente produciendo sudor.
- Factores genéticos: La predisposición genética juega un papel importante en la sudoración excesiva. Si uno o los dos progenitores sufren de hiperhidrosis, es más probable que su descendencia también cuente con la misma problemática.
- Trastornos médicos: Algunas condiciones médicas, como la diabetes, la menopausia, el hipertiroidismo y la obesidad, pueden estar asociadas a la producción excesiva de sudor.
- Medicamentos: Ciertos medicamentos, como los antidepresivos, los medicamentos para bajar la presión arterial y algunos tratamientos hormonales, pueden tener como efecto secundario el aumento de la sudoración.
- Factores emocionales: Algunas personas sufren episodios temporales de sudoración excesiva cuando están estresadas, con ansiedad o tensión emocional.
«Si bien la sudoración es un proceso normal en situaciones específicas, como durante el ejercicio físico o en climas cálidos, cuando se convierte en excesiva de manera regular, pasa a ser un problema porque interfiere en las actividades diarias y en las relaciones sociales», precisa la doctora Nùria Paredes.
En este sentido, existen tratamientos para combatir la sudoración excesiva, como son:
- Antitranspirantes: los antitranspirantes de venta libre que contienen cloruro de aluminio pueden ayudar a reducir la sudoración, ya que su acción es la de bloquear temporalmente los conductos de las glándulas sudoríparas.
- Terapia con iontoforesis: utiliza corrientes eléctricas suaves para bloquear temporalmente las glándulas sudoríparas y reducir la sudoración en las manos, los pies y las axilas.
- Toxina botulínica: Las inyecciones de toxina botulínica, más conocida como Botox, pueden ayudar a bloquear las señales nerviosas que estimulan la sudoración excesiva.
- Cirugía: En casos graves de hiperhidrosis, se puede considerar la cirugía para bloquear selectivamente el nervio simpático causante de la excesiva sudoración.
«No obstante, aparte de estos tratamientos médicos que son adecuados a cada caso, es muy importante tener en cuenta determinadas acciones dado que pueden ayudar a controlar la sudoración excesiva –recomienda la experta–, como usar ropa ligera y de materiales transpirables, preferiblemente de algodón, que ayudan a mantener el cuerpo fresco, evitar alimentos y bebidas que son desencadenantes de aumentar la temperatura corporal, entre las que destacan las comidas picantes o las bebidas con cafeína».
«También es fundamental practicar técnicas de relajación, para aprender a gestionar los factores emocionales como el estrés y la ansiedad», concluye la especialista en Medicina General del Centro Médico MGC Mutua .
Fuente: infosalus.com