En el pasado, las personas con epilepsia eran tratadas, en algunas culturas, como tocados por la divinidad o el demonio y la enfermedad tenía y tiene gran impacto social. La ciencia ha logrado grandes avances y la controla.
La Clínica Mayo, en Estados Unidos, explica que es un trastorno del sistema nervioso: alteraciones de las células nerviosas del cerebro o períodos de comportamiento extraño, sensaciones raras, incluso pérdida del conocimiento.
Las convulsiones son “tormentas eléctricas” en el cerebro. Por eso, en esa clínica han visto que la memoria verbal de los pacientes mejora cuando se aplica estimulación eléctrica directa en este órgano. No obstante, esto debe hacerse siempre bajo estricta vigilancia.
En la mayoría de los casos, lo que se recetan son antiepilépticos.
Puntos de cuidados
Las señales pueden variar: algunas personas con epilepsia fijan la mirada de forma inexpresiva unos segundos o dan la impresión de estar confundidos o pueden perder el conocimiento y sufrir sacudidas de brazos y piernas.
Una convulsión no significa en automático epilepsia. Se requiere por lo menos dos convulsiones no provocadas para diagnosticarla.
Es una enfermedad que puede relacionarse con un trastorno neurológico, como accidente cerebrovascular, tumor o traumatismo en la cabeza.
En muchos casos no es posible encontrar la causa específica de las convulsiones.
Compañía de por vida
La epilepsia no se cura, recuerdan los expertos de Clínica Mayo y dicen que dos de cada tres epilépticos logra controlar las convulsiones con el primer o segundo fármaco administrado.
Subrayan que no es raro que a partir de ese momento desaparezcan las convulsiones.
A largo plazo, más del 50% de los niños epilépticos cuyos síntomas desaparecen reciben indicaciones médicas de suspender su medicación y viven sin convulsiones.
Muchos adultos pueden dejar sus medicamentos después de dos o más años sin convulsiones.
Es importante anotar que los medicamentos antiepilépticos normalmente no se suspenden de repente, porque eso puede provocar convulsiones.
En la mayoría de casos, los médicos indican una reducción gradual de los fármacos antiepilépticos.
Fuente: Agencias