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Estudio revela secretos del cambio de sexo en los peces, que podría tener implicaciones médicas

Estudio revela secretos del cambio de sexo en los peces, que podría tener implicaciones médicas

Un estudio dirigido por la Universidad de Otago, en Nueva Zelanda, acaba de anunciar avances en la comprensión de una de las transformaciones más sorprendentes en el mundo natural, es decir, el cambio de sexo que se produce en unas 500 especies de peces. Este descubrimiento podría tener aplicaciones prácticas para los humanos, por ejemplo en la ingeniería de tejidos y órganos.

La coautora de la investigación, la doctora Erica Todd, del Departamento de Anatomía de Nueva Zelanda, recuerda en la revista ‘Science Advances’, que muchos de nosotros damos por sentado que el sexo biológico está fijado desde el nacimiento. Sin embargo, muchos peces, como el pez payaso de ‘Buscando a Nemo’, el kobudai de la serie de la BBC ‘Planeta azul 2’ y el lábrido de cabeza azul, cambian su sexo en la edad adulta como parte natural de su ciclo de vida.

“La mayoría de los peces de cabeza azul comienzan su vida como hembras, pero pueden cambiar de sexo más tarde para convertirse en machos, un proceso que solo les lleva entre 10 y 21 días completar”, explican los autores.

“Cuando un macho dominante desaparece de un grupo social, la hembra más grande se transforma en un macho fértil en un lapso de 10 días. Las hembras comienzan esta transformación en cuestión de minutos, cambiando primero de color y mostrando comportamientos similares a los masculinos. Luego, sus ovarios comienzan a retroceder y totalmente Los testículos funcionales crecen en su lugar. La forma en que esta sorprendente transformación funciona a nivel genético ha sido durante mucho tiempo un enigma”, admite la doctora Todd.

Usando los últimos enfoques genéticos, la secuenciación de ARN de alto rendimiento y los análisis epigenéticos, los investigadores descubrieron cuándo y cómo se activan genes específicos en el cerebro y la gónada para que pueda ocurrir un cambio de sexo.

“Nuestro estudio revela que el cambio de sexo implica un recableado genético completo de la gónada –añade el investigador–. Encontramos que los genes necesarios para mantener el ovario primero se desactivan y luego se activa una nueva vía genética para promover la formación de testículos”.

Esta reacción en cadena comienza cuando se desactiva un gen llamado aromatasa, que es responsable de producir la hormona femenina estrógeno. Se desconoce qué hace que la aromatasa se apague, pero el estrés del cambio social que resulta de la pérdida del macho dominante existente puede ser una señal importante para desactivar la vía genética que mantiene al ovario.

El coautor Oscar Ortega-Recalde, también del Departamento de Anatomía, dice que la sorprendente transformación también parece posible a través de cambios en la “memoria” celular.

“En los peces y otros vertebrados, incluidos los humanos, las células utilizan marcadores químicos en el ADN que controlan la expresión de genes y recuerdan su función específica en el cuerpo. Nuestro estudio es importante porque muestra que el cambio de sexo implica cambios profundos en estas marcas químicas, por ejemplo, en el gen de la aromatasa, reprogramando así la memoria celular en la gónada hacia un destino masculino”, señala.

Como muchos genes importantes para el desarrollo sexual en peces también son importantes en otros animales, el descubrimiento del equipo tiene aplicaciones prácticas para los humanos. “Comprender cómo los peces pueden cambiar el sexo puede decirnos más acerca de cómo interactúan las redes complejas de genes para determinar y mantener el sexo, no solo en peces sino en animales vertebrados en general”, dice la doctora Todd.

La velocidad “notable” a la que los ovarios de una cabeza azul pueden transformarse en nuevos testículos también abre la posibilidad de aplicaciones en ingeniería de tejidos y órganos, con beneficios potenciales para la ciencia médica.

Además, comprender el cambio de sexo a nivel genético también puede tener beneficios para las industrias acuícolas, ya que alrededor de 500 especies de peces, incluidas muchas de valor comercial, como el icónico bacalao azul de Nueva Zelanda, también pueden cambiar de sexo.

Fuente: infosalus.com

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