Esterilizar insectos es una estrategia probada para detener plagas. Distintos grupos de investigación en América Latina evalúan esta técnica en mosquitos al sur del país
La científica Ariane Dor introdujo su brazo en una caja llena de mosquitos macho y lo retiró sin sufrir daño alguno. Demostró a las comunidades rurales de Hidalgo y Río Florido, en Chiapas, que los moscos macho no pican. Después les contó que investigadores de El Colegio de la Frontera Sur (ECOSUR) en Tapachula tienen un plan para reproducirlos a gran escala, esterilizarlos y liberarlos con el fin de reducir la población del propio insecto, el cual es uno de los más letales del mundo: los zancudos, como se les conoce en esa región de México.
Ahí, al igual que en otros países tropicales, los mosquitos Aedes aegypti transmiten dengue, chikungunya y Zika. La experta en entomología médica, investigadora del Consejo Nacional de Humanidades, Ciencias y Tecnologías (CONAHCYT), explica que la primera vez que las personas escuchan esta idea, piensan que es ciencia ficción soltar moscos machos esterilizados de esta especie con la finalidad de controlar sus propias poblaciones. Sin embargo, esta estrategia ha demostrado ser efectiva en Cuba y Brasil; actualmente se estudia su utilidad en otras regiones de América Latina.
El grupo interinstitucional del Instituto Nacional de Salud Pública (INSP) y de ECOSUR, en Chiapas, realizó un proyecto piloto, liberando 85,000 zancudos macho estériles cada semana durante dos periodos de menos de un año. Ariane Dor desempeñó un papel importante en el proyecto. Su labor consistió en informar a las comunidades sobre el ciclo de vida de los Aedes aegypti, las medidas de protección contra estos y el proyecto piloto que se llevarían a cabo en caso de que las comunidades aceptaran. Dor enfatiza la importancia de trabajar en equipos multidisciplinarios (entomólogos, antropólogos, médicos, etc.) y compartir el proceso e involucrar a la población para que el plan tenga éxito.
Se informó a las comunidades que los mosquitos macho solo se alimentan del néctar de las flores, y producciones azucaradas de las plantas, mientras que las hembras comen casi exclusivamente nuestra sangre. Si estas se alimentan de alguien infectado, el virus se replica en su intestino, llega a sus glándulas salivales y transmiten el virus por el resto de su vida.
Mosquito Aedes aegypti, un animal peligroso en todo el mundo
La OPS advirtió que en los primeros meses de 2023 se dieron importantes brotes de dengue en América del Sur y recomendó ajustar las medidas para prevenir enfermedades. Brasil presentó la mayor cantidad de casos con 1,515,460, seguido por Perú con 169,504 y Bolivia con 133,452.
En México se contaron 28,011 casos este año, que representa un alza de 2.8 veces en comparación con el mismo periodo de 2022, y un incremento del 78% en comparación con el promedio de los últimos cinco años. El dengue resurgió en la frontera de México a finales de la década de 1970, desde entonces se ha detectado en 28 de los 32 estados de la República. En la actualidad, una de cada cinco muertes por dengue en las Américas ocurre en México.
Puede ser peor, pues se espera que durante el segundo semestre de 2023 algunos países de América Central y el Caribe experimenten un aumento de lluvias, lo que podría elevar la incidencia de enfermedades y sobrecargar los sistemas de salud en las áreas afectadas. La OMS indica que algunos estudios proyectan que cada año se registren al rededor de 390 millones de infecciones por el virus del dengue.
Perú ya experimentó esa situación. Este año, su brote epidemiológico se debe a cambios climáticos, a las lluvias e inundaciones causadas por el ciclón Yaku y El Niño Costero. Tiene bien identificado que el aumento de la humedad se traduce en una mayor cantidad de mosquitos.
Pero los moscos no solo causan dengue, infección también conocida como fiebre rompehuesos, que provoca dolores detrás de los ojos, de cabeza y en articulaciones. Las hembras también transmiten el chikungunya, cuyo nombre en makonde significa “doblado de dolor”. Una enfermedad que se ha detectado en 115 países de todos los continentes, excepto en la Antártida. Además, propagan el Zika, enfermedad asociada con el Síndrome de Guillain-Barré, en el cual el sistema autoinmune provoca el desgaste de los nervios y produce parálisis.
Para prevenir brotes se trabaja en la eliminación de hábitats, la aplicación de larvicidas y la fumigación o nebulización con insecticidas. Pero estas medidas no son suficientes: ante el panorama, la Técnica del Insecto Estéril es una opción específica que puede ayudar sin dañar al medio ambiente.
Eso sí, ninguna intervención es una panacea. Un artículo publicado en PLOS ONE revisó la efectividad de acciones de prevención y control realizadas en América Latina y el Caribe de 2000 a 2021. En los resultados resaltan que las intervenciones combinadas son más efectivas que un solo enfoque y que la participación comunitaria mejora el éxito de estas campañas.
Una técnica probada al servicio de la comunidad
En la entomología médica, que es el campo en el que trabaja Ariane Dor, se investigan insectos que son importantes para la salud humana debido a su capacidad para transmitir patógenos al alimentarse de nosotros. Como mosquitos, garrapatas y chinches.
El uso de la Técnica de Insecto Estéril para controlar estos vectores se está estableciendo de manera gradual. Esta estrategia fue desarrollada en 1955 por Knipling, quien logró inducir la esterilidad en un insecto mediante radiación. Sin embargo, tomó 20 años utilizar esta tecnología para erradicar plagas como el gusano barrenador y las moscas de fruta.
Implementar esta técnica requiere de un plan adaptado a cada región. Antes de poner en marcha el operativo, los investigadores estudian la dinámica de las poblaciones silvestres e informan a la población sobre las medidas a tomar. Se procede entonces a reproducir, esterilizar y liberar insectos, haciendo un seguimiento puntual de cada etapa.
Una vez lograda la reproducción de insectos, machos y hembras son separados. Los machos son irradiados, ya sea con radiación gamma o rayos X. La radiación daña el ADN de las células reproductivas e inhabilita a los machos de producir espermatozoides viables. Dor explica que se elige con muchísimo cuidado la dosis de radiación a la que se expone a los insectos, y que son cantidades pequeñísimas. Es importante no afectar su esperanza de vida, capacidad de volar y, especialmente, su competitividad dentro de la vida silvestre.
Cuando un macho estéril se aparea con una hembra, los huevos que esta produce no son viables debido a que el esperma no es funcional. Entonces no generan descendencia y esto reduce la población de forma gradual. Idealmente, deben liberar una cantidad masiva de machos estériles que supere por mucho a los que hay en el campo, así la competencia inicia con cierta ventaja.
El programa piloto realizado al sur de Chiapas, cerca de Tapachula, fue aprobado y financiado por el CONAHCYT y el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) que depende de la FAO. Los primeros monitoreos se realizaron en 2016.
La investigadora cuenta que en las comunidades se realizaron reuniones, talleres, pláticas, incluso teatro guiñol para los más pequeños. Para lograr comunicar bien el mensaje, ella explica que se adaptaron a la infraestructura de cada región y ofrecieron información mediante talleres dinámicos e interactivos. “Se crea un ambiente de confianza, un poco de fiesta, se imparte el gusto por descubrir y jugar al mismo tiempo”.
Se implementó el proyecto piloto a pequeña escala, con dos periodos de liberaciones: el primero fue terrestre. Con un recipiente se fueron liberando poco a poco por diferentes zonas. El problema con esta estrategia es que los zancudos machos liberados se aglutinaron en grupo y se dirigieron como enjambre, no se dispersaron como se esperaba.
Los investigadores usaron un dron para liberar insectos en el segundo periodo. Pero al comparar los resultados de soltar moscos a pie contra lo obtenido con el dron, encontraron que los machos estériles liberados a nivel del suelo fueron capturados con el doble de frecuencia que los que salieron de drones. Sin embargo, también notaron que la forma aérea era más rápida y que, al no generar grupos de mosquitos, fue la más aceptada por la comunidad.
Combinar estrategias, la mejor idea
La científica cuenta que como el problema es multifactorial se debe atacar desde distintos flancos. Por ejemplo, este asunto tiene relación con el acceso al agua. De modo que si hay dificultades con ese recurso y existe la necesidad de acopiarla en pilas, tanques o botes, suben las posibilidades de que las hembras dejen ahí sus huevos. Lo mismo ocurre con la basura, sitio ideal de criaderos.
A esto se suma lo que Ariane Dor encontró en una investigación: en Tapachula y Villahermosa alrededor del 75% de los hogares tiene información del origen y la transmisión de virus, pero solo el 30% tiene prácticas para contener a los mosquitos. Por otra parte, las prácticas domésticas de riesgo se asocian con graves deficiencias en los servicios de agua y saneamiento.
La Técnica del Insecto Estéril requiere una inversión constante para pagar técnicos que mantengan la reproducción de moscos, los irradien y los dispersen. Por ahora, el OIEA y el CONAHCYT han financiado estos proyectos, pero la investigadora considera que se debe priorizar la estrategia a nivel federal, con un apoyo constante a largo plazo para mantener los programas. El artículo de PLOS ONE mencionado destaca que la insuficiencia de recursos dificulta el éxito de las intervenciones de control; resalta, además, la urgencia de una voluntad política que brinde suministros adecuados e ininterrumpidos.
Fuente: es.wired.com