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Estas son las secuelas psicológicas que sufren los trabajadores de salud mexicanos

Estas son las secuelas psicológicas que sufren los trabajadores de salud mexicanos

Aunque son inconmensurables aún los efectos que la pandemia del coroanvirus dejará en nuestras sociedades, además de la dolorosa pérdida de miles de vidas, uno de ellos es visible ya en el desgaste de la salud mental de las personas encargadas de la atención médica en México

A partir de las respuestas recibidas en el Cuestionario sobre condiciones laborales de los trabajadores de la salud en México durante la pandemia por el COVID-19, elaborado por el Centro de Análisis Multidisciplinario de la Universidad Autónoma Nacional de México (CAM UNAM), los investigadores identificaron secuelas en la salud de los mencionados.

Según la información publicada en su Reporte número 134 que vio la luz a mitad de abril, se identificó un conjunto de “secuelas de salud de compañeras y compañeros de trabajo que se han recuperado de las complicaciones por el SARS-CoV-2”, que son principalmente psicológicas.

En línea con lo observado en el resto del mundo, el 69,47% de los trabajadores mexicanos que respondieron el cuestionario señalaron a la ansiedad como la principal secuela; el 50,92% identificó al estrés postraumático, el 48,58% mencionó a la depresión y el 41,51%, al insomnio.

En un segundo grupo, aparecen las secuelas vinculadas a la capacidad pulmonar: el 36,37% mencionó al síndrome de insuficiencia respiratoria; el 26,09% a la fibrosis pulmonar y a la hipoxemia crónica, es decir, un bajo nivel de oxígeno en sangre fue señalada como una secuela por el 16,95% de los encuestados.

“Como se puede observar, las complicaciones psicológicas son las secuelas con los mayores porcentajes”, señalaron los investigadores del CAM a Sputnik, cuyos resultados pueden apreciarse en la tabla a continuación, elaborada por la fuente.

Ver la muerte

Además de convivir directamente con el incremento de fallecimientos que el 2020 significó para México y el mundo, el cuestionario indagó sobre el impacto en la salud mental que estas personas sufrieron cuando los muertos eran sus propios compañeros.

El 66% de los encuestados reconoció que vio o supo que alguno de sus compañeros murió como consecuencia de haber contraído la enfermedad provocada por el coronavirus.

“El número de compañeros a quienes han visto perecer, sobre todo en el sector público, contribuye a incrementar la sensación de los trabajadores de la salud de encontrarse frente a una amenaza”, apuntaron desde el CAM.

También se preguntó si la persona consideraba que la indemnización económica otorgada a las familias de los trabajadores de la salud fallecidos era suficiente para cubrir sus necesidades, sólo un 2,6% dijo que sí.

El porcentaje fue aún más bajo cuando se consultó exclusivamente por la indemnización recibida por los trabajadores que fueron contratados como “eventuales” para atender la pandemia: sólo 1,4% consideró que era suficiente para cubrir las necesidades de su familia.

Para los investigadores resultó claro que la forma en que tuvieron que lidiar con la pandemia los trabajadores de la salud mexicanos afectó a sus psiquis. De los 4281 lugares de trabajo que fueron relevados en el cuestionario, el 72,3% de sus trabajadores confirmaron que existen padecimiento psicológicos producto del estrés laboral que ha significado su labor desde marzo de 2020.

Percepción de riesgo

También desde el CAM señalaron que en cuestiones de salud mental, la percepción del riesgo que asumen tiene un estrecho vínculo con la disposición de los insumos materiales necesarios para no ser infectado durante su labor, lo cual “se vuelve significativo para los niveles de estrés del trabajador”, explican.

Las protestas que diversos trabajadores de la salud realizaron en distintos momentos del 2020, sobre todo durante la Jornada nacional de Sana Distancia —abril y mayo— replicaron también en los resultados de esta encuesta.

El 60,9% de los consultados consideró insuficientes los insumos de protección personal que tienen disponibles para trabajar, el 24% respondió que sólo a veces son insuficientes y apenas el 15,1% consideró que tiene la protección que necesita.

“Hay que destacar que la percepción de riesgo es independiente de si estos insumos son eficaceso no, lo importante es la respuesta psicofisiológica del estresor, esto es, si la persona se siente en riesgo, entra en un estado de alerta que detona la segregación de neuroquímicos para responder ante la amenaza”, comentaron.

Esto implica que el estrés sea constante ante la percepción de inseguridad, lo cual es un desgaste físico que se suma a largas jornadas laborales y a la precarización de las condiciones de trabajo que generó una disminución de su poder adquisitivo, que redunda en un detrimento en su calidad alimentaria, por ejemplo.

Para los economistas consultados, la cuestión sigue estando en la regularidad y formalidad de las condiciones de trabajo que tengan, ya que las contrataciones de base ofrecen mayor respaldo a los trabajadores que los regímenes por honorarios, que no cubren —entre otras cosas— la atención psicológica que van a necesitar.

Aunque el Gobierno Federal habilitó el Programa de apoyo a pacientes y familiares para atender las consecuencias psicológicas del coronavirus —así como también los hicieron algunas universidades públicas y privadas en México— los investigadores del CAM dudan que su cobertura sea suficiente para las necesidades registradas en esta encuesta.

Fuente: sputniknews.com

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