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Dos tercios de las mutaciones genéticas que causan cáncer son debidas al azar

El 66% de las alteraciones genéticas que están en el origen del cáncer se deben a errores fortuitos en la copia del ADN cuando se dividen células sanas. Otro 29% se debe a daños ambientales como el tabaquismo, la obesidad o el consumo excesivo de alcohol. Únicamente el 5% se debe a factores hereditarios.

Son resultados del primer estudio que analiza la influencia de los factores estocásticos (o debidos al azar), ambientales y hereditarios en el cáncer a escala global. Los autores del trabajo, de la Universidad Johns Hopkins de Baltimore (EE.UU.), han analizado datos de 32 tipos de cáncer en 17 países en los que viven 4.800 millones de personas, lo que representa más de la mitad de la población mundial.

Según los resultados que se presentan esta semana en la revista Science, en algunos cánceres los factores estocásticos tienen más influencia que en otros. En los de pulmón, por ejemplo, el 65% de las mutaciones son de origen ambiental. En los tumores cerebrales, por el contrario, más del 95% son debidas al azar. Pero en conjunto, dos tercios de las mutaciones que originan los distintos tipos de cáncer son fortuitas.

“Muchas personas desarrollan cáncer aunque tengan unas conductas perfectamente saludables”, declara Bert Vogelstein, director de la investigación, en un comunicado. “Estas personas no deberían sentirse culpables por tener cáncer. Nada de lo que hicieron o dejaron de hacer es responsable de la enfermedad”.

Los investigadores concluyen que se podrían evitar alrededor del 40% de todos los cánceres mejorando la prevención con estilos de vida saludables. Pero que, incluso extremando la prevención, seguirán produiciéndose cánceres por causas fortuitas. Para reducir la mortalidad del cáncer, por lo tanto, será necesario mejorar las técnicas de diagnóstico precoz para detectar los tumores cuando aún se pueden tratar con éxito.

La investigación parte de la idea de que, cada vez que una célula se divide, se producen una media de tres mutaciones accidentales del ADN. La mayoría de estas mutaciones no tienen consecuencias, ya que se producen en lugares intrascendentes de la molécula de ADN. Pero alguna de ellas se produce ocasionalmente en genes que, cuando se ven alterados, pueden favorecer el cáncer.

No suele ser suficiente una única mutación para desencadenar un cáncer, recuerdan los autores de la investigación. En la mayoría de los casos, deben acumularse varias mutaciones para que las células empiecen a multiplicarse sin control. Por lo tanto, son muchos los cánceres en los que combinan mutaciones de origen ambiental que se podrían prevenir con otras de origen estocástico debidas al infortunio.

Partiendo de esta teoría, los investigadores han analizado datos genéticos del consorcio internacional Atlas del Genoma del Cáncer y datos epidemiológicos de la Agencia Internacional de Investigación del Cáncer. Han desarrollado un modelo matemático para desentrañar la influencia de los factores hereditarios, ambientales y estocásticos. De los tres, estos últimos son los más importantes.

“Los errores de copia del ADN son una fuente importante de mutaciones de cáncer que históricamente se han subestimado”, declara en un comunicado Cristian Tomasetti, primer autor del estudio.

Según los resultados presentados en Science, en los cánceres que se inician en el cerebro, en un hueso, en los testículos o en la próstata, más del 95% de las mutaciones que están en el origen de la enfermedad son debidas al azar. Estos son los tipos de cáncer que más se beneficiarían de la detección precoz, ya que un estilo de vida saludable no basta para prevenirlos.

En cambio, en los cánceres de piel, de pulmón, de esófago o de cabeza y cuello, las mutaciones estocásticas son minoritarias. En estos cánceres, la prevención sí es eficaz ya que se deben principalmente a agresiones ambientales.

“Necesitamos seguir animando a la gente a evitar los factores ambientales y estilos de vida que aumentan el riesgo de sufrir mutaciones de cáncer”, declara Vogelstein. “Sin embargo, muchas personas seguirán desarrollando cáncer debido a estos errores fortuitos de copia del ADN. Necesitamos con urgencia métodos mejores para detectar todos los cánceres más precozmente, cuando aún se pueden curar”.

Fuente: elmundo.es

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