Investigadores de la Facultad de Medicina de la Universidad de Kentucky (EEUU) descubrieron que una clase de antibióticos llamados aminoglucósidos podría ser un tratamiento prometedor para la demencia frontotemporal.
El estudio, que realizaron en colaboración con el Departamento de Bioquímica Molecular y Celular del Reino Unido y el Departamento de Patología de la Universidad de California en San Francisco, se ha publicado en ‘Human Molecular Genetics’.
La demencia frontotemporal es el tipo más común de demencia de inicio temprano. Por lo general, comienza entre los 40 y 65 años y afecta los lóbulos frontales y temporales del cerebro, lo que conduce a cambios de comportamiento, dificultad para hablar y escribir, y deterioro de la memoria.
Un subgrupo de pacientes con demencia frontotemporal tiene una mutación genética específica que impide que las células cerebrales produzcan una proteína llamada progranulina. Aunque la progranulina no se conoce ampliamente, su ausencia está relacionada con la enfermedad.
El grupo de investigadores dirigido por Haining Zhu, profesor en el Departamento de Bioquímica Molecular y Celular del Reino Unido, descubrió que después de que se agregaron antibióticos aminoglucósidos a las células neuronales con esta mutación, las células comenzaron a producir la proteína progranulina completa omitiendo la mutación.
“Las células cerebrales de estos pacientes tienen una mutación que impide que se produzca progranulina. El equipo descubrió que al agregar una pequeña molécula de antibiótico a las células, podrían ‘engañar’ a la maquinaria celular para que la produzca”, ha explicado Matthew Gentry, coautor del estudio.
Los investigadores encontraron que dos antibióticos aminoglucósidos específicos, la gentamicina y el G418, fueron efectivos para reparar la mutación y producir la proteína funcional progranulina. Después de agregar moléculas de Gentamicina o G418 a las células afectadas, el nivel de proteína progranulina se recuperó hasta aproximadamente 50 a 60 por ciento.
Estos resultados podrían ser prometedores para el desarrollo de fármacos, ya que actualmente no existen terapias efectivas para ningún tipo de demencia. Después de este estudio preclínico, el siguiente paso será estudiar los efectos de los antibióticos en ratones con la mutación que causa la demencia frontotemporal, dice Zhu.
Otro enfoque es el de desarrollar nuevos compuestos de gentamicina y G418 que podrían ser más seguros y efectivos. Aunque la gentamicina es un medicamento aprobado por la Agencia Norteamericana del Medicamento (FDA, por sus siglas en inglés), su uso clínico es limitado, ya que está asociado con una serie de efectos secundarios adversos.
“Si podemos obtener los recursos y el médico adecuados para trabajar, podríamos reutilizar este medicamento. Esta es una etapa temprana del estudio, pero proporciona una prueba importante del concepto de que estos antibióticos aminoglucósidos o sus derivados pueden ser una vía terapéutica para la demencia frontotemporal”, ha concluido.
Fuente: infosalus.com