Investigadores de la Universidad de Leipzig y del Hospital de la Universidad de Leipzig (UKL) han descubierto que el crecimiento tumoral y la invasión de tejidos por las células cancerosas pueden predecirse en función de la distancia ontogenética entre los tejidos.
Las simulaciones de patrones de diseminación tumoral y el análisis de datos patológicos arrojan resultados que contradicen la suposición dominante hasta ahora de que los tumores se diseminan aleatoriamente y por igual en todas las direcciones. Los resultados se publican en «Scientific Reports».
«Nuestro resultado proporciona a los cirujanos una hoja de ruta para la extirpación quirúrgica de tumores, brindando a los pacientes una oportunidad mucho mayor de supervivencia, reduciendo la probabilidad de recaída y minimizando la morbilidad operatoria», explica Hans Kubitschke, coautor de la publicación, en un comunicado.
Metodología
En su investigación, los científicos utilizaron datos patológicos de más de 500 casos y simulaciones por ordenador de la diseminación tumoral y comprobaron que el potencial de crecimiento del cáncer de cuello uterino no es el mismo en todas las direcciones.
También observaron que la probabilidad de diseminación varía mucho entre las diferentes estructuras anatómicas inmediatas al cuello uterino.
Algunas estructuras anatómicas, por ejemplo, del tejido de la vejiga urinaria, se vieron significativamente afectadas con mayor frecuencia que otras, como el uréter y el recto.
«Existe una conexión entre la probabilidad de infiltración y la ontogenia de los tejidos, los denominados compartimentos: los que exhiben una menor distancia ontogenética al cuello uterino tienen más probabilidades de ser infiltrados por el tumor que los tejidos de mayor distancia ontogenética», explica Benjamin Wolf, también autor de la investigación.
Mapa de riesgo para el cáncer
Según los investigadores, este descubrimiento proporciona una base para comprender y predecir la propagación local del cáncer cervical, y la caracterización ontogenética del tejido probablemente pueda servir como un «mapa de riesgo» para el crecimiento local del cáncer.
«Conociendo el origen embriológico de cualquier tejido en el que surge el cáncer, se puede derivar una probabilidad relativa de que diferentes tejidos adyacentes sean infiltrados por las células tumorales», explica otro de los autores, Josef Alfons Käs.
En teoría, la extirpación quirúrgica de los tumores, por lo tanto, podría adaptarse con precisión al tejido en peligro de extinción.
En el futuro, este conocimiento podría ayudar a reducir las tasas de mortalidad en pacientes sometidos a cirugía tumoral al evitar el tejido de bajo riesgo al tiempo que mejora el control local del tumor.
Fuente: tendencias21.net