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Descubren cómo se propaga la peste entre las poblaciones de roedores salvajes

Descubren cómo se propaga la peste entre las poblaciones de roedores salvajes

Un nuevo estudio que analiza cómo se propaga la peste entre las poblaciones de roedores salvajes ha revelado, a través de un modelo matemático, cómo las pulgas con infecciones por ‘Yersinia pestis’ en fase inicial son insuficientes para impulsar brotes epizoóticos, pero pueden ayudar a promover un bajo nivel de peste enzoótica, según publican en la revista ‘PLOS Pathogens’.

Durante mucho tiempo, los científicos se han preguntado cómo la bacteria de la peste bubónica puede causar tanto una enfermedad estable y enzoótica entre roedores como brotes epizoóticos repentinos y letales que diezman las mismas poblaciones de roedores.

El nuevo estudio concluye que la diferencia podría estar relacionada con las pulgas que transportan la ‘Y. pestis’ entre los animales. Según la investigación realizada por Joseph Hinnebusch, de los Laboratorios Rocky Mountain del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas de Estados Unidos, y sus colegas, las pulgas que sólo transmiten la infección en su fase inicial son insuficientes para provocar una epizootia entre la mayoría de los roedores salvajes y favorecen un estado enzoótico más estable.

La peste afecta principalmente a roedores, como ratas, ratones, jerbos, ardillas, marmotas y perros de las praderas. La bacteria circula entre estas poblaciones huéspedes a través de varias especies de pulgas vectoras. Las pulgas pueden transmitir ‘Y. pestis’ en distintas fases tras una ingesta de sangre infecciosa; la transmisión puede producirse la siguiente vez que se alimentan, un fenómeno conocido como transmisión en fase temprana. Más tarde, la “transmisión dependiente del bloqueo” se produce después de que la ‘Y. pestis’ forme una biopelícula bacteriana en el sistema digestivo de las pulgas, bloqueando el flujo de una comida entrante y haciendo que la sangre retroceda hacia el lugar de la picadura después de mezclarse con la biopelícula.

En el nuevo estudio, los investigadores evaluaron empíricamente por primera vez la eficacia relativa de las distintas fases de transmisión por pulgas individuales. Se infectaron cohortes de una pulga ardilla terrestre, Oropsylla montana, alimentándose de sangre de ratón o rata infectada con ‘Y. pestis’. A continuación se midió la eficiencia de transmisión de cada pulga de O. montana durante un periodo de cuatro semanas y los investigadores crearon modelos para mostrar cómo se traduciría esta eficiencia en la propagación de ‘Y. pestis’ a través de una población de roedores.

Los resultados indicaron que la transmisión dependiente del bloqueo es mucho más eficaz que la transmisión en fase temprana, en términos de probabilidad de transmisión, número de bacterias transmitidas y capacidad de provocar un brote epizoótico. Según los modelos, la transmisión en fase temprana sólo puede provocar una epizootia en poblaciones de hospedadores ingenuos y muy susceptibles, y cuando la carga de pulgas es elevada. Además, la baja dosis de bacterias que suele transmitirse en la transmisión en fase temprana puede “inmunizar” a muchos individuos, actuando para promover un estado enzoótico.

“Nuestros modelos sugieren que la exposición de la mayoría de los roedores salvajes a dosis subletales e inmunizantes de ‘Y. pestis’ transmitidas durante la fase temprana puede mejorar la rápida propagación de la epizootia al reducir el número de individuos susceptibles en la población –afirman los autores–. En muchas situaciones, la transmisión en la fase temprana puede ser más importante para mantener el estado enzoótico que para impulsar una epizootia”.

Fuente: infosalus.com

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