Expertos del Instituto Hubrecht y la Universidad de Utrecht, en Países Bajos, desarrollaron una técnica avanzada que permite observar en vivo una infección por virus y esperan que pueda utilizarse también para estudiar el SARS-CoV-2, causante de la pandemia de Covid-19, indica una investigación publicada en la revista Cell.
Según destacan los investigadores de los grupos de Marvin Tanenbaum y Frank van Kuppeveld, su técnica, denominada Virim (imágenes en tiempo real de infección por virus) es, por tanto, muy valiosa a fin de obtener conocimientos sobre la infección por virus en el cuerpo humano, ya que podría conducir a tratamientos más específicos para la viral.
Los virus de ARN representan un gran grupo, que llevan su información genética en esa molécula similar al ADN, material genético de los humanos. Después de la infección de una célula huésped, un uno de ellos secuestra muchas de las funciones de ésta y la convierte en una fábrica productora de virus. De esta manera, el intruso puede reproducirse rápidamente dentro de las células del cuerpo.
Las nuevas partículas del microorganismo se liberan después a través del tracto respiratorio y pueden infectar a otras personas. Entre los ejemplos de virus de ARN se incluyen los coronavirus, el virus de la hepatitis C, el del zika y los enterovirus, entre los que se encuentran los rinovirus que provocan el resfriado común, los coxsackievirus, causa importante de meningitis y encefalitis virales, y el poliovirus, que ocasiona poliomielitis paralítica.
Hasta ahora, las técnicas disponibles sólo podían proporcionar una instantánea de las células infectadas, pero no era posible seguir el proceso de principio a fin.
La nueva tecnología de microscopio Virim hace posible visualizar en el laboratorio todo el curso de una infección por virus con gran precisión. “Este nuevo método nos permite abordar muchas preguntas importantes sobre los virus”, destaca Sanne Boersma, primer autor del estudio.
El método utiliza SunTag, tecnología desarrollada antes por Tanenbaum en un enterovirus, grupo de virus en el que Van Kuppeveld tiene una amplia experiencia. Se introduce en el ARN del virus y marca las proteínas virales con una etiqueta fluorescente muy brillante.
Al usar esa etiqueta, las proteínas virales se pueden ver a través del microscopio, lo que permite a los investigadores ver cuándo, dónde y lo rápido que un virus produce proteínas y se reproduce en su célula huésped. Virim es mucho más sensible que otros métodos: se puede detectar la producción de proteínas a partir de un solo ARN viral. Esto permite a los investigadores seguir el curso de la infección desde el principio.
Los componentes básicos de nuestro cuerpo, las células, tienen su propio sistema de defensa para detectar y eliminar un virus tras la infección. Una vez que entra en una célula, surge una competencia entre el virus y la célula huésped: el primero tiene como objetivo secuestrar a la segunda para reproducirse, aunque se esfuerza mucho por evitarlo.
Con Virim, los investigadores pudieron ver el resultado de esta competencia y descubrieron que en un subconjunto de células, la huésped ganó la competencia. Boersma explica que “las células huésped fueron infectadas por un virus, pero éste no pudo reproducirse”. Esto despertó su curiosidad y dio lugar a un nuevo experimento.
Los investigadores ayudaron a las células huéspedes aumentando su sistema de defensa. Al final resultó que la primera reproducción viral a menudo fallaba en las que habían recibido el refuerzo, lo que impedía que el virus se apoderara de ellas.
“El primer paso en el proceso de reproducción es el talón de Aquiles de este virus: este momento determina si puede propagarse más. Si la célula huésped no logra eliminar el virus al comienzo de una infección, éste se reproducirá y ganará la competencia”, sostuvo Boersma.
Usaron un virus picorna para el desarrollo de Virim. Los miembros de esta familia pueden causar desde resfriado común hasta polio.
Fuente: europapress.es