El invento permite acceder a células de la médula espinal previamente imposibles de explorar
Científicos desarrollaron un tipo de microscopios que permitirán comprender la base de las sensaciones y del movimiento y que «podrían revolucionar el estudio del dolor».
Según los investigadores, estos microscopios portátiles -del ancho aproximado de un dedo meñique- y que producen imágenes de alta definición en tiempo real de la actividad de la médula espinal de ratones, ayudarán a entender cómo tienen lugar procesos como el dolor crónico, el picor, la esclerosis lateral amiotrófica (ELA) o la esclerósis múltiple, entre otros.
La médula espinal transporta las señales entre el cerebro y el cuerpo para regular desde la respiración hasta el movimiento y, aunque se sabe que juega un papel esencial en la transmisión del dolor, aún no está claro cómo sucede este proceso a nivel celular.
Los nuevos microscopios, que permiten una visión sin precedentes de los patrones de señalización que se producen en la médula, ayudarán a entender cómo se desarrollan estos procesos y/o enfermedades, de acuerdo con los detalles de la investigación liderada por el Instituto Salk en La Joya, California, publicados este mes en las revistas especializadas Nature Biotechnology y Nature Communications.
«Nuestros microscopios portátiles cambian radicalmente las posibilidades de estudio del sistema nervioso central (…) Nos permiten ver la actividad nerviosa relacionada con las sensaciones y el movimiento en regiones y a velocidades inaccesibles para otras tecnologías de alta resolución», señaló Axel Nimmerjahn, autor principal de l estudio.
El invento y su potencial
Los microscopios portátiles miden aproximadamente siete y catorce milímetros de ancho y ofrecen imágenes de alta resolución, alto contraste y multicolor en tiempo real de regiones de la médula espinal de ratones antes inaccesibles.
Además, se pueden combinar con un implante de una pieza de cristal reflectante llamada microprisma, para observar las regiones del tejido que generan interés.
«El microprisma aumenta la profundidad de la imagen, de modo que se pueden ver por primera vez células antes inaccesibles. También permite obtener imágenes de células a varias profundidades simultáneamente y con una alteración mínima del tejido», afirmó Erin Carey, coautora de uno de los artículos.
«Hemos superado las barreras del campo de visión y la profundidad en el contexto de la investigación de la médula espinal. Nuestros microscopios portátiles son lo bastante ligeros como para colocarlos en ratones y permiten mediciones que antes se consideraban imposibles», aseguró Pavel Shekhtmeyster, coautor de ambos estudios.
¿Qué busca?
El equipo de Nimmerjahn probó la tecnología con el objetivo de recabar nueva información sobre el sistema nervioso central.
Los expertos querían obtener imágenes de unas células no neuronales con forma de estrella que se encuentran en la médula espinal y se denominan astrocitos, para determinar cuál es su rol en el procesamiento del dolor.
Mediante el estudio, descubrieron que al apretar las colas de ratones, los astrocitos se activaban y enviaban señales coordinadas a través de la médula espinal.
Hasta la invención de los nuevos microscopios, era imposible saber cómo era la actividad de los astrocitos -o de cualquier otra célula- en las regiones de la médula espinal de los animales en movimiento.
«Poder visualizar cuándo y dónde se producen las señales de dolor y qué células participan en este proceso nos permite probar y diseñar intervenciones terapéuticas», afirmó Daniela Duarte, coautora de uno de los estudios. «Estos nuevos microscopios podrían revolucionar el estudio del dolor», agregó.
El equipo de Nimmerjahn ya ha empezado a investigar cómo se altera la actividad neuronal y no neuronal en la médula espinal en distintas afecciones dolorosas, y cómo diversos tratamientos controlan la actividad celular anormal.
Fuente: EFE