Un grupo de investigadores de la Universidad Johns Hopkins (EEUU) ha demostrado científicamente que dar la mano a otra persona puede aliviar el dolor.
Esto se debe a que cuando dos personas se cogen de la mano se produce una especie de conexión. Esta no tiene nada que ver con el plano sentimental o afectivo, sino que verdaderamente se produce una sincronización entre algunos órganos y, como consecuencia, un intercambio de información entre cuerpos.
Los resultados indican que agarrarnos las manos cuando padecemos algún dolor aumenta la red de acoplamiento entre cerebros, que se correlaciona con la magnitud de la analgesia y la precisión empática del observador.
La mencionada “analgesia” está definida por la Real Academia Española como la falta o disminución de las sensaciones dolorosas, que no afecta a los demás sentidos. Según algunas teorías, esta puede presentarse de tres maneras: local (afectando a una pequeña zona del cuerpo), regional (ampliando la zona de afección) o sistémica (total).
Tal y como apuntan, los mecanismos subyacentes a la analgesia relacionados con el carácter social no son claros. Si bien investigaciones recientes destacan el papel de la empatía del observador en el alivio del dolor, se desconoce la contribución de la interacción social a la analgesia.
Conexiones intercerebrales
El estudio ha consistido en observar el acoplamiento cerebro-cerebro durante el dolor con contacto entre personas, evaluando así la participación de la sincronía intercerebral en el alivio del dolor.
Para esto, se contó con la participación de diferentes parejas románticas a las que se les asignó una tarea distinta. Por cada pareja, una de las personas debía ser el receptor de dolor (objetivo), mientras que la otra debía ser simplemente observador del padecimiento del otro (observador). Las pruebas se realizaron también con simulaciones opuestas, por ejemplo, sin emplear dolor real y sin contacto entre ellos.
El acoplamiento cerebro a cerebro se estimó mediante un procedimiento de análisis multinivel de tres pasos.
Los hallazgos indican que la retención de la mano durante la administración del dolor aumenta el acoplamiento cerebro-cerebro. Esto se produce en una red que involucra principalmente las regiones centrales del objetivo del dolor y el hemisferio derecho del observador del dolor. Según los investigadores, el descubrimiento “hace una contribución única a nuestra comprensión de los mecanismos fisiológicos de la analgesia relacionada con el tacto”.
Fuente: muyinteresante.es