Investigadores del Instituto del Corazón de Texas (Estados Unidos) han descubierto una capacidad de regeneración inédita en el corazón de ratones de laboratorio. Su investigación, publicada en Nature, ha descubierto que al inactivar un mecanismo de “comunicación celular” en el tejido, es posible despertar esta capacidad.
“El fallo cardiaco es la primera causa de mortalidad en las enfermedades del corazón”, ha explicado James Martin, coautor de la investigación. “El mejor tratamiento, por el momento, es implantar algún dispositivo o hacer un trasplante de corazón, pero el número de órganos es limitado”, ha dicho.
Cuando se produce un infarto, la sangre deja de fluir por los tejidos del corazón y el músculo acaba muriendo por la escasez de oxígeno que llega hasta las zonas afectadas. El mayor problema es que las células musculares del corazón, las células cardiacas, no se regeneran, así que el órgano pierde capacidad de bombeo de forma permanente. Además, poco a poco el órgano se va debilitando y permitiendo el desarrollo de células que no se contraen, y por eso se pone en riesgo la supervivencia de las personas que han sufrido un infarto severo.
Estos investigadores están interesados en estudiar la regulación del desarrollo del corazón y su capacidad de regeneración para encontrar nuevas formas de sanarlo. En esta ocasión los científicos consiguieron inactivar una ruta de señalización, llamada “Hippo”, que es algo así como un mecanismo de comunicación en el interior de las células del corazón, y al hacerlo lograron multiplicar su capacidad de regenerarse desués de un grave infarto.
Seis semanas para recuperar el corazón
Los investigadores indujeron daños en el corazón de ratones de laboratorio para simular graves infartos y luego inhibieron la actividad de “Hippo”. “Después de seis semanas observamos que los corazones dañados habían recuperado su capacidad de bombeo hasta el mismo nivel que los corazones sanos”, ha dicho John Leach, coautor del trabajo.
Los científicos creen que al inactivar “Hippo” se logran dos cosas. Por una parte, se favorece la proliferación de las células musculares y se aumenta la superfivencia del corazón. Por otra, se altera la aparición de fibrosis, el desarrollo de células no musculares en las zonas afectadas por el infarto. Ahora, tratarán de entender mejor este proceso para poder sacarle partido más adelante.
Fuente: ABC.es