El investigador mexicano Martin Hernández Zazueta está muy cerca de entregar al mundo un fármaco que podría revolucionar la medicina tal y como la conocemos: un compuesto capaz de inhibir la reproducción de células cancerígenas, sin dañar las células sanas, como ocurre con la quimioterapia.
Este estudiante del Doctorado en Ciencias de los Alimentos de la Universidad de Sonora inició una investigación para aprovechar los subproductos que se consideran desechos dentro de la industria pesquera, lo que le valió ganar el Premio Estatal de la Juventud 2021 del Gobierno de Sonora.
«Para comercializarlo, toman al pulpo y retiran todas las vísceras, y dentro de las vísceras están los llamados sacos de tinta que contiene la tinta que el pulpo utiliza como mecanismo de defensa en caso de ser amenazado por un depredador», explica Hernández Zazueta en entrevista para Sputnik.
Fue precisamente en la tinta del pulpo donde este académico encontró un compuesto que no había sido mencionado en alguna otra investigación médica y el cual es capaz de inhibir el desarrollo de diferentes tipos cáncer como próstata, cervicouterino y de mama.
«A la hora de trabajar con la tinta procedí a hacer estratos a partir de esta matriz alimentaria para irlos evaluando sobre el espectro con diferentes líneas de cáncer humano hasta que di con una fracción que era potencialmente activa sobre ciertas líneas de cáncer humano», detalla el investigador.
Con apoyo de investigadores de la Universidad Autónoma de México y de la Universidad Autónoma de Nuevo León, y colaboraciones con las universidades Miguel Hernández, la de Santiago de Compostela, la de Wroclaw en Polonia y la Universidad de Nitra en Eslovaquia, Martín Hernández logró identificar este nuevo compuesto y sintetizarlo en un laboratorio, con lo cual pudo comenzar a hacer pruebas in vitro.
«El compuesto, aparte de inhibir el desarrollo de células cancerígenas, tiene un doble efecto disminuyendo el ambiente inflamatorio e inhibiendo la producción de especies reactivas de oxígeno y nitrógeno, las cuales son las que desencadenan este efecto inhibitorio», explica el investigador, quien estima que este nuevo fármaco podría ayudar a combatir otras enfermedades crónico degenerativas.
A pesar del gran avance, el propio Martin Hernández desconoce en qué momento este medicamento ya podría ser usado como sustituto de los fármacos que se aplican para la quimioterapia, a pesar de que la patente ya fue registrada ante el Instituto Mexicano de la Propiedad Intelectual.
El estudiante de doctorado reconoce que, a pesar del interés de muchas farmacéuticas, el proyecto al que ya le invirtió seis años de su vida depende del financiamiento para continuar con las pruebas y llegar a los ensayos preclínicos que permitan, en un futuro, validar su comercialización.
«Ya tenemos cómo actúa el compuesto, ahorita estamos analizando los resultados del modelo in vivo que sería lo más similar a lo que pasa en el cuerpo humano», explica el académico.
De acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) difundidos en el marco del pasado Día Mundial contra el Cáncer, de las 1.086.746 muertes que se reportaron en 2020, el 8% (90.603) se debieron a tumores malignos.
Según el instituto, en los últimos 10 años la tasa de defunciones por esta causa aumentó en los últimos 10 años al pasar de 6,18 defunciones por cada 10.000 habitantes a 7,17 por cada 10.000 personas.
Fuente: sputniknews.com