Se trata de un estudio de la reconocida Universidad Duke. La visión del oncólogo y hematólogo especialista en trasplante de médula ósea y células madre Claudio Dufour y la historia de Justino, un niño de 7 años que se encuentra en la lista de espera para poder participar del trial
En la Universidad Duke, una de las universidades privadas más reconocidas de Estados Unidos y del mundo entero, ubicada en Durham, Carolina del Norte, se lleva adelante un estudio clínico, para el tratamiento de niños con trastorno del espectro autista con sangre del cordón umbilical autóloga y alogénica. Está a cargo de la doctora Joanne Kurtzberg, profesora en el Departamento de Pediatría de la Facultad de Medicina de la Universidad Duke y directora científica del Programa de Terapia Celular Clínica.
En diálogo con Infobae, Claudio Dufour, médico oncólogo y hematólogo, presidente científico de terapias celulares en la Asociación Asiática de Medicina Transfusional y director médico de BioCells banco de células madre, explicó: “Según la información de Duke las células se inyectan por vía intravenosa, la mayoría de las células se filtran de la sangre por los pulmones, el bazo y el hígado, y las células restantes se enfrentan a la barrera hematoencefálica. La cantidad de células que pueden llegar al cerebro es importante para el éxito de la terapia; pero no son las células per se las que generan su acción, sino los productos de su maquinaria interior que son sustancias llamadas citoquinas”.
“Las citoquinas son elementos químicos que son liberados desde las células madre a la sangre, y debido a su pequeño tamaño, atraviesan la barrera hematoencefálica, hecho imposible para el tamaño de una célula que ya ingresadas estas citoquinas al sistema nervioso central (SNC) van a cumplir su rol paracrino (símil al efecto de las hormonas), como elementos químicos anti inflamatorios sobre la inflamación crónica, producto de un desorden en las comunicaciones entre las neuronas (células del SNC), que interferiría con la normal comunicación neurona a neurona, y que entonces resultaría en una de las posibles causas de esta heterogénea alteración llamada estado autista”, añadió.
El Trastorno del Espectro Autista (TEA) es una afección del neuro-desarrollo que aparece al comienzo de la vida. Los comportamientos de autismo estereotípicos son el deterioro de la comunicación social, las conductas repetitivas y las actividades e intereses restringidos. Las causas del autismo son heterogéneas; a veces hay una predisposición genética y otras veces puede deberse a exposiciones ambientales. La investigación ha identificado algunas diferencias en la morfología del cerebro y la activación de pacientes con autismo, pero no existe una terapia farmacológica o conductual que pueda curar el trastorno.
Aunque el autismo se puede diagnosticar a cualquier edad, se conoce como un “trastorno del desarrollo” porque generalmente los síntomas aparecen durante los primeros dos años de vida. Existen muchos tipos de tratamiento disponibles y generalmente pueden dividirse en las siguientes categorías: enfoques en torno al comportamiento y la comunicación, enfoques en torno a la alimentación, medicamentos, medicina complementaria y alternativa y terapias celulares con células madre de cordón umbilical.
Según especificó el experto, para el tratamiento, no se ha establecido una dosis celular mínima. Sin embargo, Duke tiene una normativa de celularidad y controles de calidad del material criopreservado. El tamaño de la dosis utilizada para cada niño depende de la cantidad de células disponibles en la sangre del cordón umbilical almacenada. Para formar parte del estudio de Duke, han sido aceptados e inscritos en lista de espera dos pacientes argentinos que tienen almacenada su sangre de cordón umbilical en BioCells, donde se cumple con toda la normativa inherente a todos los controles de calidad, pre colecta, procesamiento y criopreservación que requiere la institución.
Actualmente dos niños argentinos se encuentran en la lista de espera para poder participar de este estudio clínico de la Universidad Duke. Uno de ellos es Justino, de 7 años. Criopreservó en BioCells células de su cordón umbilical con el doctor Dufour, y, gracias a ello y a que cumple con todos los requisitos para formar parte de la investigación, su futuro podría mejorar notablemente. Sus padres, Gerardo y Jésica, compartieron su historia:
El caso de Justino
“Nosotros empezamos con esta cruzada, con esta lucha desde los 2 años de Justino, cuando fue diagnosticado con TEA y a partir de ahí arrancamos con una serie de terapias, pasando por distintos centros terapéuticos, viendo a veces grandes y pequeños avances”, comenzó narrando a Infobae por Meet Gerardo Coria, padre de Justino. “Hoy por hoy estamos queriendo lograr ingresar a este tratamiento innovador que disponibiliza Duke University, al cual le tenemos muchas esperanzas, pero también somos conscientes de que es una herramienta más para brindarle a Justino además de la terapia convencional, la cual mantendremos”, añadió.
Para Jesica Lozano, madre del pequeño, es una vía de esperanza: “Si bien sabemos que no es la cura, porque (el autismo) es una condición, tenemos la esperanza de que con este tratamiento se vean mejoras para el objetivo que tenemos para él que es su independencia cuando sea mayor. Las terapias tienen que continuar, queremos dejar en claro eso. Hacer un tratamiento alternativo no significa que el niño deba dejar las terapias, eso es muy importante”, dijo en la entrevista en la que también estuvo presente el doctor Claudio Dufour.
“Vivimos estos días con mucha ansiedad, estamos estos días a la espera de la decisión final, respecto a las expectativas. Siempre queremos lo mejor para Justi, queremos darle todas las posibilidades que estén a nuestro alcance, para su mejor desarrollo y, como explicaba Claudio (Dufour), para poder aumentar su capacidad cognitiva y de comunicación, tratando también de no volar con la expectativa. Somos conscientes de que existen limitaciones, que esto es una investigación aún”, precisó Gerardo, y puntualizó: “Esto es para toda la vida, es nuestra lucha de vida y vamos para adelante”. Jesica reforzó la idea: “Haber encontrado este tratamiento alternativo que lo pueda ayudar es una gran esperanza para nosotros”.
Dufour precisó: “La doctora Joanne Kurtzberg, que es la directora científica, comenzó a hacer estudios con diferentes lesiones a nivel cerebral ya desde el año 2006. Ahora el protocolo de tratamiento, que todavía está en fases finales como ensayo clínico, ya está muy avanzado. Si no hubiera sido por la pandemia COVID probablemente ya hubiera estado aprobado por la FDA (entidad regulatoria estadounidense) en este año comenzaban, supongo que podrá ser el año que viene”.
Los borradores se comenzaron a delinear en el 2014, y hubo una última revisión de la evolución terapéutica con las células propias de los niños que habían podido lograr guardar su sangre de cordón umbilical hacia fines del 2019. La doctora Kurtzberg y todo su equipo tienen una experiencia muy muy amplia no solamente en el trastorno del espectro autista, sino también en otras enfermedades como puede ser la parálisis cerebral. Han hecho diferentes tipos de esquemas de ensayos terapéutico; incluso ahora este último tiempo en el 2017 iniciaron un nuevo ensayo con otro tipo de células madre que son las mesenquimales. Son células que no son iguales que aquellas que dan origen a los elementos en la sangre.
“En el caso de este niño (Justino), se recolectó al momento del nacimiento su sangre del cordón umbilical por decisión de papá y mamá, y lo que nosotros tenemos guardado y criopreservado en BioCells son las células madre hematopoyéticas, es decir las que dan orígen a glóbulos rojos, blancos y plaquetas”, detalló Dufour.
Es que de acuerdo a lo explicado por el experto en células madre, especialista en trasplante de médula ósea y hematología, “desde hace unos años atrás, ya también se está haciendo en los diferentes bancos del mundo la guarda del tejido del cordón umbilical per sé, cuya estructura tiene una vena y dos arterias y alrededor de esos vasos sanguíneos se ubican estas células mesenquimales, que tienen algunas acciones parecidas a las que se piensa que van a responder similar a las de sangre de cordón umbilical ya que es un estudio más reciente que ha comenzado recién en el 2017”.
El objetivo del tratamiento
La intencionalidad del tratamiento es que se utilicen las propias células madre del cordón umbilical de los niños cuyo diagnóstico es de un trastorno del espectro autista y demostrar que tienen un efecto positivo a largo plazo.
“Lo que sabemos desde el punto de vista de los Trastornos del Espectro Autista (TEA), lo más relevante a recalcar son las discapacidades en el desarrollo, donde se producen problemas sociales, comunicacionales, y algunos conductuales que pueden ser significativos o no”, manifestó el hematólogo.
“La Duke University hizo la última evolución evolutiva en diciembre del año pasado y hay varios protocolos en marcha, no solo el de Duke, este es el que específicamente habla de Duke. Saqué la portada de la revista internacional, un journal sobre trasplante de células madre. Lo que está resaltado en amarillo es lo más importante: ‘Los principios de este protocolo, se presume que la terapia con células derivadas de la sangre del cordón umbilical pueden tener un potencial para aliviar todos los síntomas del TEA al modular los procesos inflamatorios que se producen en el cerebro de estos niños”, precisó el director médico de BioCells.
Lo más importante de todo es que ellos hipotetizan inicialmente y es lo que están demostrando ya al día de hoy es que la infusión en estos pacientes con sus propias células de sangre del cordón umbilical pueden ofrecer a nivel neural, en el cerebro, protección, reparación de las células nerviosas y reducción del proceso inflamatorio que está asociado con este desorden. Una cosa muy importante es la cantidad de células que se van a infundir, es lo mismo si fuera un trasplante de células madre, se infunden como si fuera una transfusión tradicional, las células que este paciente tiene criopreservadas, y una de las cosas más importantes es que desde Duke sostienen que tienen que haber un total de células nucleadas entre 1 – 5 x 10 a la 7, y dentro de estas células nucleadas están las células madre hematopoyéticas.
Lo que va a ser sometido como terapéutica de células de sangre de cordón umbilical estaba determinado para niños de 24 meses, es decir dos años, hasta 72 meses o seis años. Hay que tener 3 parámetros muy claros: el diagnóstico de un esquema observacional de que realmente es un TEA, una escala de inteligencia de Binet arriba de 35 y explican que es una única infusión de las células madre del cordón umbilical que están criopreservadas, donde se exige que haya un consentimiento de los papás, que puedan viajar a Duke ya que el tratamiento se hace allí y que los padres o guardián del niño pueda comunicarse en inglés.
¿Qué lograría el tratamiento?
Las células madre del cordón umbilical producen -demostrado por Duke- neuroprotección y neurogeneración. ¿Qué significa esto? “Por un lado ayudan a producir nuevos vasos sanguíneos, de ahí lo de angiogénesis; liberan unas sustancias parecidas a las hormonas, como tenemos nosotros en nuestro organismo la hormona tiroidea, la insulina, etc; estas sustancias llamadas citoquinas son las que ingresarían en los cerebros de los niños y serían las que frenarían estos procesos de tipo inflamatorio, que son los que de alguna manera, si bien es una patología que no tiene una única causa, sería una de las causas más importantes, frenando la posibilidad de que el cerebro y las comunicaciones entre las neuronas sea óptima”, explicó Dufour.
“Por otro lado, tiene efectos inmunomodulatorios que también disminuyen la inflamación; y por otro lado también activan a todas las células residentes del cerebro, la cuales ayudan en este sistema de tratamiento específico con el nivel de células”, añadió al mismo tiempo que detalló que “en el protocolo inicial entraron 25 niños”.
Los requisitos
Para valorar a los chicos que pueden entrar y participar al estudio advierten hacen diferentes tipos de evaluaciones de acuerdo a la edad del paciente, les preguntan diferentes preguntas que podrían llegar a responder o no. En cuanto a la terapéutica, proponen desde Duke que sea realizable y que no provoque ningún tipo de trastorno en la terapéutica de estas características.
Inicialmente se trató de un ensayo abierto, y en estos casos se debían evaluar (a los potenciales participantes) a través de una escala de comportamiento adaptativa muy conocida por los neurólogos y por los pediatras, denominada Vineland, que evalúa el retraso mental, retrasos en el desarrollo, debilidades funcionales de las diferentes habilidades, deficiencias potenciales en el habla o en el lenguaje, y también es útil específicamente en el TEA y en otra patología similar que se llama Síndrome de Asperger.
Panorama a futuro
Entre 2020 y 2021 van a tener la aprobación de la FDA y lo que era un ensayo clínico pasa a ser una terapéutica convencional y puede estar abierta a ser realizada de acuerdo a la regulación de cada país en diferentes unidades de terapias celulares.
Lo relevante que marca Duke es que las ventajas de las células madre del cordón umbilical son las propiedades antiinflamatorias que le dan capacidad de regulación de ese proceso inflamatorio migrando por todo lo que es la circulación cerebral. Por otro lado esta infusión al secretar estas células, estas especias de hormonas (citoquinas) promueven el mecanismo de reparación a nivel de las neuronas afectadas por el proceso inflamatorio crónico.
También está demostrado que el uso de la sangre del cordón umbilical es de fácil recolección en principio en los recién nacidos que deciden sus padres hacer esto; y que tiene potenciales usos futuros que cada vez se están ampliando cada vez más. Esto es lo que les comentaba sobre las células mesenquimales, que tienen efectos parecidos pero son otro tipo de células madre, así se ve un cordón umbilical: la vena en azul y las dos arterias umbilicales; alrededor, el 80% de estas células mesenquimales están ubicadas aquí, y es por esto que BioCells y muchos centros de bancos de sangre de cordón umbilical no solamente están recolectando la sangre como se hizo en su momento con Justino, sino que también guardan las mesenquimales del tejido.
Lo que Duke está demostrando con este ensayo ya avanzado es que el uso de células hematopoyéticas en este caso de sangre umbilical y placenta han promovido en los estudios posteriores al uso terapéutico una mejora en el comportamiento de los niños, mejor habilidad cognitiva, y una interacción mejorada de lo que es la socialización; con un proceso avanzado de evaluaciones progresivas en el tiempo; se hacen controles que se extienden en los años.
Según Geraldine Dawson, doctora y principal investigadora de la Universidad Duke, “una de las cosas más desafiantes para los padres de niños con trastorno de estado autista es que hay mucha información que no es confiable”, y ahora este centro de altos estudios logró que el ensayo clínico avanzado esté muy cerca de lograr la autorización por parte de la FDA para su uso clínico abierto, tras haber demostrado una evolución favorable en los niños que participaron del estudio.
El protocolo
Duke tiene un número muy elevado de pacientes en lista de espera, lo que hace que los concurrentes tengan que esperar para los tratamientos más de 12 meses. Están teniendo entre 1 año y 1 año y medio de espera. El protocolo estaba diseñado y ha demostrado los mejores efectos entre los 2 y los 6 años de edad. Por eso estábamos tan preocupados en acelerar los tiempos ya que Justino en febrero cumple 8. Si bien de todas formas están demostrando con la etapa inicial que comenzó en 2017 donde extendieron con las células mesenquimales hasta los 11 años, que los resultados aparentemente si bien son muy preliminares también son óptimos.
De acuerdo a Dufour, «Nosotros en Argentina contamos con el recurso humano profesional pertinente y las unidades terapéuticas pertinentes, para lo cual hoy sería muy complicado poder hacerlo en el país porque exigiría al ser todavía un ensayo clínico no habilitado a nivel internacional, como puede ser la FDA en los Estados Unidos, a nosotros nos llevaría mucho más tiempo como ensayo clínico de uso compasivo que las posibilidades de que este jóven (Justino) vaya a Duke. Una vez que esto esté aprobado a nivel internacional nos permitiría acotar los tiempos de espera.
“Justino no es el único niño, son dos los jovencitos que tienen sus células criopreservados en BioCells y que están en lista de espera para este tratamiento”, especificó Dufour.
Las publicaciones de Duke sobre niños tratados con terapia de células madre de cordón umbilical dan información sobre mejoras en la comunicación y en el comportamiento. Según el hematólogo, “es esperable que el protocolo de ensayo clínico de Duke prontamente obtenga la aprobación de la FDA, y pase entonces a la apertura de terapéutica aprobada para uso clínico”.
Desde la dirección médica de BioCells se espera que los protocolos pasen a la etapa clínica en origen, y que demostrando la capacidad técnico-científica de Argentina, en un futuro cercano se logre llevar adelante estas promisorias opciones de tratamiento en nuestro país. Para lograrlo, se están realizando convenios con diferentes laboratorios y organismos públicos para darle marco a este importante proyecto.
Fuente: infobae.com