El comercio de animales salvajes destinados a servir de mascotas o a la obtención de productos como cuernos, marfil, medicamentos o carne, es una industria multimillonaria y reconocida como una de las amenazas más graves para la fauna. Sin embargo, su alcance a escala global y su impacto en la biodiversidad siguen siendo poco conocidos.
Un nuevo estudio publicado en la revista Science afirma que al menos una de cada cinco especies de vertebrados de la Tierra se compra y vende en el mercado de vida silvestre. Los expertos de la Universidad Auburn de Montgomery (EE UU), la Universidad de Sheffield (Inglaterra) y la Universidad de Florida (EE UU) calculan que las estimaciones reales de este comercio son entre un 40 % y un 60 % más altas que las registradas con anterioridad.
Los investigadores evaluaron los efectos del comercio de vida silvestre en 31.745 especies de reptiles, anfibios, mamíferos y aves, utilizando datos de la Convención sobre Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Flora y Fauna Silvestres (CITES) y la Lista Roja de la Unión Internacional para Conservación de la Naturaleza (UICN).
De esta forma, descubrieron que un total de 5.579 especies –aproximadamente el 18 % del total de las variedades estudiadas– son actualmente objeto de comercio a escala mundial.
Además, los investigadores identificaron otras 3.196 especies que actualmente no reciben atención de los mercados, pero que podrían estar en riesgo de una futura mercantilización por las similitudes compartidas con las especies actualmente explotadas. Por tanto, estiman que al menos 8.775 especies podrían estar pronto en riesgo de extinción.
Los expertos consideran fundamentales estas predicciones para establecer estrategias proactivas, diseñadas para combatir el comercio mundial de vida silvestre.
“Una opción es presionar a los mercados de comercio electrónico como Facebook, eBay, Amazon, etc. para asegurarse de que no permitan la venta ilegal de animales y plantas, especialmente a aquellos que se sabe que comercian a niveles insostenibles”, propone el investigador principal para frenar esta crisis.
Aves, las más perjudicadas
Los expertos investigaron cuáles eran las especies más perjudicadas y calcularon que los animales que sufren más la explotación son las aves (23 %) y los mamíferos (27 %) frente a los reptiles (12 %) y los anfibios (9 %).
El estudio también revela que los anfibios y reptiles son comercializados más comúnmente como mascotas (domésticas, exposiciones, circos o zoológicos), las aves como mascotas y productos (carne comercial, competiciones de caza, ropa, medicina o con fines religiosos), mientras que los mamíferos son comercializados sobre todo como productos, una vez que están muertos.
“Los mamíferos se comercializan principalmente como productos (muertos), mientras que las aves, los anfibios y los reptiles son una mezcla de comercio de mascotas y de productos, dependiendo de la región”, explica a Sinc Brett Scheffers, profesor de la Universidad de Florida y autor del trabajo.
Además del tipo de especie, en el comercio también influye el tamaño corporal del animal. Las especies que tienen un cuerpo más grande son más vendidas que las de cuerpo pequeño.
Como regla general, las especies más aclamadas son las que tienen rasgos distintivos y llamativos. Por ejemplo, los humanos han admirado durante mucho tiempo las peculiaridades estéticas de las aves, como la complejidad del canto y el plumaje, y por eso son las más buscadas en el mercado.
Por otra parte, las especies con las que más se comercia son las que ya de por sí están siendo amenazadas por su rareza, por lo que el peligro de extinción de estas es extremo.
Explotación en regiones específicas
A pesar de que la huella del comercio de vida silvestre pisa todos los continentes habitables de la Tierra, los autores descubrieron que su impacto tendía a concentrarse en regiones específicas del mundo. “El comercio de vida silvestre se concentra en las regiones tropicales biodiversas del mundo”, confirma Scheffers.
Sudamérica, el centro y el sureste de África, el Himalaya, el sureste de Asia y Australia son los principales epicentros del comercio de vida silvestre.
El comercio de mascotas prospera en los trópicos, mientras que las especies comercializadas como productos se concentran en África tropical y el sudeste asiático, incluyendo el Himalaya.
Fuente: SINC