Los nuevos hallazgos de un equipo de investigación multiuniversitario muestran que el pesticida DDT persiste en lagos remotos en niveles preocupantes medio siglo después de que fuera prohibido, afectando a especies acuáticas clave y potencialmente a redes de alimentos de todo el ecosistema.
«Lo que se consideró la crisis ambiental de ayer en la década de 1950 a 1970 sigue siendo el problema de hoy –asegura el autor principal, el doctor Josh Kurek, profesor asistente de Geografía y Medio Ambiente de la Universidad de Mount Allison-. Décadas de intensas aplicaciones de insecticidas en nuestros bosques de coníferas han dejado una marca duradera en estos lagos, y probablemente muchos otros en el este de América del Norte».
Entre 1950 y 1970, antes de las restricciones legales, los insecticidas de diclorodifeniltricloroetano (DDT) se aplicaron ampliamente en los bosques del este de América del Norte para controlar los brotes de insectos que se producen de forma natural.
Aunque a menudo se aplican a los bosques en avión, los productos químicos como el DDT son muy persistentes y pueden llegar a los lagos desde el paisaje circundante. Este estudio analizó los sedimentos datados del fondo de cinco lagos remotos ubicados en diferentes cuencas hidrográficas en el centro-norte de New Brunswick, Canadá.
Los sedimentos de los lagos proporcionan un archivo poderoso y bien reconocido de las condiciones ambientales, que permite a los investigadores evaluar las condiciones químicas y biológicas en los lagos antes, durante y después del uso de pesticidas.
El estudio, publicado en la revista ‘Environmental Science & Technology’ de la Sociedad Química Americana, la sociedad científica más grande del mundo, destaca el legado químico de uno de los programas de insecticidas de pulverización aérea más grandes de Norteamérica jamás coordinados por partes interesadas en los bosques.
Las tendencias históricas en los sedimentos del lago reflejaron el uso conocido de este pesticida en la provincia, con altos niveles de DDT en las capas de sedimentos de los años sesenta y setenta.
Los niveles de DDT en los sedimentos del lago se encontraban entre los más altos encontrados en áreas previamente pulverizadas de Canadá y Estados Unidos, o que sugiere un uso muy intensivo de pesticidas en el pasado.
Sorprendentemente, el DDT y sus productos de descomposición tóxica aún son muy altos en los sedimentos modernos, por encima de los niveles donde tienden a ocurrir efectos biológicos dañinos.
Además, un importante invertebrado dentro de las redes alimenticias lacustres, la pequeña pulga de agua ‘Daphnia sp.’, ha disminuido sustancialmente, a menudo coincidiendo con un aumento del DDT.
La pérdida de la ‘Daphnia sp.’ a menudo tiene un impacto negativo en las redes alimenticias del lago. Estos impactos pueden conducir a una mayor producción de algas y menos presas para los peces.
«Hemos aprendido muchas lecciones difíciles del uso intensivo de DDT en la agricultura y la silvicultura. La más importante es que este pesticida se concentró a través de las redes alimentarias a niveles que causaron disminuciones generalizadas de rapaces en América del Norte –apunta la profesora de la Universidad McMaster y coautora la doctora Karen Kidd, de la Cátedra Jarislowsky en Medio Ambiente y Salud–.
La lección de nuestro estudio es que el uso de pesticidas puede provocar cambios persistentes y permanentes en los ecosistemas acuáticos».
Fuente: EP