La salud del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, es “excelente” y no hay indicios de que sufra problemas cognitivos. Así lo ha afirmado el médico de la Casa Blanca, Ronny Jackson, después de que el mandatario de 71 años se sometiera al test de evaluación cognitiva de Montreal (MOCA) y obtuviera la máxima puntuación. Las pruebas incluyen la identificación de animales que aparecen dibujados, pintar un reloj que indique una hora determinada, memorizar una lista de cinco palabras, dar un golpecito con la mano cada vez que se diga la letra “A” o saber en qué día se encuentra.
El test se realiza en apenas diez minutos y sirve para detectar problemas leves mediante una serie de preguntas. Se utiliza por ejemplo para determinar si el paciente tiene pérdida de memoria o dificultades de atención. Además, evalúa otros dominios cognitivos como concentración, funciones ejecutivas, lenguaje, habilidades visuoconstructivas, pensamiento conceptual, cálculo y orientación.
Según este test, quienes obtengan entre 26 y 30 puntos tendrán unas capacidades cognitivas normales. Sacar menos de eso podría ser síntoma de sufrir demencia. Pese a que Donald Trump ha obtenido la máxima puntuación, el neuropsicólogo David Morales señala que este método es poco adecuado para determinar si el presidente goza de buena salud mental. “Me llama la atención que la hayan utilizado esta prueba porque es como si vas al médico y te toman la tensión, es una cosa muy elemental y sencilla”, explica.
Este test está validado para cualquier edad pero se usa sobre todo a partir de los 65 años. “Se utiliza mucho en la atención primaria cuando llega una persona mayor que está despistada. Si no lo supera, es derivado al especialista”, señala Morales. No hay un test específico para determinar si alguien tiene una buena salud mental, sino que “sería necesaria una evaluación clínica de los diversos especialistas que forman parte de la salud mental”: psicólogos, neurólogos y psiquiatras.
Es la primera vez que un presidente estadounidense en funciones se somete a esta evaluación. “Todos los datos indican que el presidente está saludable y que lo seguirá estando mientras dure su presidencia”, ha afirmado el doctor en una conferencia de prensa después de la revisión de la semana pasada. El propio Trump solicitó la prueba, tras enfrentarse a varias especulaciones sobre su salud mental. La publicación hace dos semanas del libro Fuego y Furia ha alimentado la sospecha de que el presidente de EE UU no está capacitado para el cargo. En la polémica obra, elaborada con testimonios del entorno presidencial, se le dibuja como un “niño grande”, altamente inestable e incapaz de prestar atención.
Además de realizar el test MOCA para analizar su capacidad cognitiva, Trump también se sometió el pasado viernes a un chequeo médico. Jackson aseguró que de no haber abusado tanto de las hamburguesas, el presidente “podría llegar a vivir 200 años”. “Tiene una increíble salud cardiaca y creo que gran parte se debe al hecho de que jamás ha bebido o fumado”, aclaró.
Fuente: elpais.com