El tribunal neerlandés considera que la petrolera “puede” y “debe” adherirse al Acuerdo Climático de París y bajar de forma más acelerada sus emanaciones de CO2
El gigante petrolero Shell tendrá que reducir sus emisiones de CO2 en un 45% para finales de 2030, según ha dictaminado este miércoles un tribunal holandés, que ha pronunciado su veredicto en un caso contundente lanzado por un colectivo de oenegés ambientales.
«El tribunal ordena a Royal Dutch Shell que reduzca sus emisiones de CO2 para fines de 2030 en un 45% neto en comparación con 2019», ha dicho el juez durante una audiencia en el tribunal de La Haya.
El tribunal neerlandés considera que la petrolera “puede” y “debe” adherirse al Acuerdo Climático de París y bajar de forma más acelerada sus emisiones, en un respaldo sin precedentes a la denuncia de la oenegé Amigos de la Tierra. Considera así que tiene una responsabilidad directa en la lucha contra el cambio climático, incluido a través de sus políticas empresariales, lo que la obliga también a buscar relaciones con los consumidores que reduzcan las emisiones de CO2.
Mantener el objetivo del Acuerdo de París
Shell debe cumplir con el límite establecido por el Panel Intergubernamental de Expertos para el Cambio Climático (IPCC) de la ONU, que recomienda reducir las emisiones para mantener el objetivo del Acuerdo de París de no superar un aumento de la temperatura del planeta de 1,5 grados a final de siglo.
En diciembre, la oenegé Amigos de la Tierra (Milieudefensie, en neerlandés) ha solicitado a la justicia que exigiera a la petrolera Royal Dutch Shell reducir sus emisiones de CO2 porque «emite sustancialmente más que todas las empresas y ciudadanos neerlandeses juntos», lo que la compañía consideró un tema para los gobiernos, y no los tribunales.
“Esto se aplica a todo el mundo, incluido a Shell”, considera la jueza, en referencia al porcentaje de reducción de emisiones, un objetivo para el que la empresa dispone de medios y conocimientos, según la Justicia neerlandesa.
Otras denuncias
Esta sentencia puede tener consecuencias directas en otras compañías porque sirve de precedente judicial para futuras denuncias de oenegés que decidan llevar a los tribunales a empresas con altas emisiones de CO2, tanto en Países Bajos como en el extranjero.
Seis organizaciones, entre ellas Greenpeace, además de más de 17.000 ciudadanos se habían sumado a la denuncia. Consideran este caso como “único” porque es el “primer juicio legal que ordena a una corporación transnacional contaminante reducir sus emisiones de acuerdo con los objetivos climáticos globales”.
El año pasado, en una sentencia revolucionaria, el Tribunal Supremo de Países Bajos dio la razón a la oenegé Urgenda, condenando al Estado neerlandés a reducir a finales de 2020 las emisiones en un 25% con respecto a 1990.
Fuente: elperiodico.com