Se necesita impulsar la inversión a fin de que las propuestas de las universidades sean atractivas para la industria
En México, un 38 por ciento de las solicitudes de patentes para invenciones provienen de universidades y centros de investigación del sector público, sin embargo, muchas se quedan en el camino por falta de apoyo y de una vinculación más efectiva entre la academia y la industria, detalla el Instituto Politécnico Nacional (IPN).
“La Ley de Ciencia y Tecnología mexicana aún no termina de ser la plataforma ideal para que estas innovaciones salgan de las universidades”, aseveró Sonia Mayra Pérez, directora Ejecutiva de la Unidad de Desarrollo e Investigación en Bioprocesos del IPN.
Afirmó que se necesita impulsar la inversión a fin de que las propuestas de las universidades sean atractivas para la industria, y que el gran reto para los investigadores es lograr la madurez de las tecnologías dentro de sus instituciones.
En este sentido, preciso que la academia tiene una gran responsabilidad para favorecer la vinculación con el sector privado. Por un lado, los directivos de las universidades públicas deben reducir la excesiva burocracia porque desalienta tanto a la industria como a los investigadores, y éstos tienen que profesionalizar la manera en la que comparten y “venden” sus descubrimientos.
“El investigador mexicano tiene que empezar a cambiar la manera en que divulga y promueve su investigación con la industria, tiene que generar resultados mucho más evidentes, acostumbrarse a entregar resultados bajo buenas prácticas de laboratorio, a vender no solo ideas, sino vender proyectos o innovaciones de una manera mucho más profesional y especializada”, sugirió.
La investigadora sostuvo que para poder vincularse con la industria de una forma más eficiente, las universidades públicas no solo necesitan un profundo conocimiento científico, sino que requieren habilidades de comunicación, de presentación de proyectos, de compactación de información, así como conocer la regulación.
“No solo es que la industria nos vea. Nosotros tenemos que aprender a que nos vean de una manera más profesional y más enfocada en el desarrollo de productos”, manifestó.
Indicó que las universidades públicas en México tienen tres áreas atractivas que pueden ofrecer a la industria farmacéutica: educación, servicios de acompañamiento, analíticos o de diseño, y propiedad intelectual.
Por su parte, la directora Divisional de Patentes del Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial (IMPI), Eulalia Méndez, expuso que el 48 por ciento de las patentes otorgadas a nacionales entre 2013 y 2019 son de universidades y centros de investigación públicos.
Sin embargo, 2,700 patentes en el país son abandonadas cada año, tanto de mexicanos (15 por ciento de ese total) como de extranjeros (85 por ciento) debido principalmente a: Falta de novedad y abandono de la solicitud; Desmotivación por la falta de conocimiento sobre el trámite y; Falta de sincronía con las necesidades de la industria.
Apuntó que la vinculación entre la iniciativa privada y la academia no necesariamente es la más robusta: “Hay innovaciones que caducan porque no hallan eco en el sector económico, y las universidades no sostienen el pago de las anualidades para tener una concesión”.
Destacó que la autoridad no debe estorbar en el proceso de innovación con procesos burocráticos excesivos, y que debe buscar herramientas de apoyo para promover la innovación incremental, pues la innovación no concluye cuando se tiene una patente.
Apuntó que las universidades deben pasar de verse como investigadores a verse como innovadores, y que los países innovadores no sólo buscan desarrollo local, sino que pretenden llegar al ámbito global.
Fuente: amqueretaro.com