María de los Ángeles Valdés R.
Miembro del Comité de Tecnología y Diseño Comité de Tecnologia y Diseño
Los desastres ambientales que el país ha sufrido, nos deben conducir a que reflexionemos sobre las consecuencias de la ilegal y también la permitida tala inmoderada de árboles.
Dos terceras partes de la superficie de México son montañas, el resto es ondulante. Es decir, buena parte de nuestros suelos son de vocación forestal por lo que deben tener una cubierta vegetal que los proteja de su arrastre por el viento y por la lluvia (erosión eólica e hídrica).
Desde hace ya muchos años se ha reconocido que la recuperación de áreas hidrológicas prioritarias como el Lago de Texcoco es fundamental para lograr el restablecimiento del equilibrio hídrico de la cuenca, pues La Ciudad de México está catalogada internacionalmente como una de las ciudades con mayor riesgo de quedarse sin agua potable.
Por otro lado, la parte subterránea de los árboles tiene un volumen tan grande como la parte aérea, por lo que retiene grandes volúmenes de suelo. Cuando la cubierta vegetal es talada, no hay quien detenga el suelo, éste se remoja con la lluvia y se derrumba ocasionando deslaves tan grandes que pueden enterrar poblaciones enteras, como ha ocurrido en diferentes lugares de nuestro país, lo que es inadmisible y que no debe volver a ocurrir.
Los aeropuertos son una de las mayores fuentes de contaminación del aire en cualquier ciudad del mundo, es por eso que se recomienda que estén alejados de los centros urbanos. La contaminación por CO2 es mitigada por medio de la reforestación.
Los bosques participan enormemente en la captura de carbono, uno de los gases cuyo exceso produce el llamado efecto invernadero. Los árboles en particular, asimilan y almacenan grandes cantidades de carbono durante toda su vida. Los ecosistemas terrestres y el suelo son depósitos considerables de carbono. De acuerdo a la FAO, los bosques del mundo contienen un estimado de 340 petagramos (Pg) de carbono en la vegetación y 620 Pg de C en el suelo (1 Pg = 1X1015 gramos). Por esta razón, los cambios en estos reservorios de carbono pueden tener un impacto considerable en el balance global del mismo. Es decir, los bosques del mundo conservan más carbono que cualquier otro ecosistema terrestre.
Los bosques son reguladores de las condiciones climáticas necesarias para el desarrollo de la agricultura, proporcionan el hábitat o albergue para los animales silvestres y son fundamentales para el bienestar del organismo humano; los bienes escénicos o lugares de recreación y tranquilidad, son necesarios para el equilibrio emocional humano.
La zona del lago de Texcoco, antiguo lugar de depósito de las aguas de escorrentía de la inmensa cuenca del Valle de México se hunde varios centímetros por año sin que haya construcciones encima debido a la sobreexplotación del acuífero. Por ello, las constructoras del NAICM buscaron materiales que absorban el agua del subsuelo de dicha zona. Un material importante para ello es el tezontle y han encontrado varias montañas de tezontle en el Estado de México, montañas llenas de árboles que se están deforestando para extraer el material. Así SEMARNAT (ahora SEMAR) aprobó muchas solicitudes de proyectos de explotación del material y también sobre cambio de uso del suelo forestal (Gaceta Ecológica 2015,2016, 2017).
México tiene que impulsar un sistema multifactorial de desarrollo científico que permita resolver el desastre ecológico causado por la construcción a medias del NAICM.
Debemos tomar conciencia del grave peligro de la deforestación, conducente a la terrible desertificación o fallaremos como técnicos y como dirigentes y seremos responsables de la incapacidad para prever un futuro con hambruna.