Las relaciones comerciales y sociales ayudaron a nuestros ancestros Homo Sapiens a sobrevivir a una erupción volcánica que cambió el clima hace 40.000 años. Este episodio indica que es posible superar el calentamiento global si nos mantenemos unidos, según un estudio publicado en la revista Journal of Quaternary Science.
Analizando antiguas herramientas y adornos prehistóricos procedentes del rocoso prehistórico Bombrini, en la república italiana de Liguria, arqueólogos de la Universidad de Montreal y de la Universidad de Génova han descubierto que la clave para seguir con vida en momentos críticos es la cooperación.
“En Liguria vivieron algunos de los primeros Homo sapiens, que son más o menos nuestros primeros ancestros directos que han vivido en Europa”, explica uno de los autores, Julien Riel-Salvatore, en un comunicado de la Universidad de Montreal.
“Aquellos Homo sapiens, añade, procedían de los Neandertales, pero al contrario que éstos, cuando se veían sometidos a bruscos cambios climáticos no desaparecieron ni tampoco abandonaron su territorio. Sencillamente se adaptaron”.
Los Homo sapiens de Liguria vivían en aquella región desde hacía 1.000 años cuando una potente erupción se produjo en los Campos Flégreos, una vasta caldera volcánica situada a 9 kilómetros al noroeste de la ciudad de Nápoles, y que arrasó a la mayor parte de Europa.
“Durante mucho tiempo se pensó que esta catástrofe había diezmado a la mayor parte de los primeros Homo sapiens del continente, pero con esta investigación hemos podido demostrar que consiguieron remontar la situación y sobrevivir gestionando la incertidumbre asociada a cambios repentinos”, señala Riel-Salvatore.
Los investigadores recogieron fragmentos de herramientas como algunas cuchillas que ponían de manifiesto el talento temprano de nuestros primeros ancestros. Algunos de los sílex (un mineral también conocido como pedernal) utilizados por aquellos Homo sapiens procedían de lugares remotos, distantes cientos de kilómetros, lo que demuestra que disponían de una red social y comercial amplia que les ayudó a sobrevivir durante los 4.000 años siguientes.
Habían tejido relaciones con otros pueblos lejanos, lo que en los momentos difíciles les permitió encontrar recursos entre esas comunidades con las que mantenían vínculos sociales. Cuanto más amplia era la red de relaciones, explica Julien Riel-Salvatore, más sencillo resultaba asegurar la supervivencia.
Revisiones históricas
Los investigadores señalan que los resultados de este trabajo obligarán a revisar los efectos de otra gigantesca erupción, todavía más antigua, que tuvo lugar hace 74.000 años en la isla de Sumatra, que acoge al volcán Toba.
La teoría de la catástrofe de Toba, que según estos investigadores debe ser revisada, señala que por efecto de aquella gran erupción se produjo un cuello de botella en la especie humana, influyendo en su evolución, así como un invierno volcánico con descensos de temperatura a nivel global durante 6 o 7 años. La teoría afirma que, cuando se restableció el clima y los demás factores, los humanos se empezaron a extender a partir de África.
Los nuevos descubrimientos sobre Liguria permiten pensar otra cosa, señalan los investigadores, y ponen de manifiesto que la evolución no siempre ha sido tan destructiva como se ha pensado.
“Parece que hay un patrón, según el cual los humanos se adaptan con más facilidad y son más resilientes cuando afrontan acontecimientos tan perturbadores. Aunque sus efectos pueden ser devastadores, lo son a escala limitada, no a escala de continentes o del mundo entero”, comenta Julien Riel-Salvatore.
Y añade que este pasado nos ayuda a predecir cómo los humanos gestionarán los cambios climáticos actuales, y a comprender como en realidad estamos continuamente gestionando los cambios climáticos.
Concluye que la cooperación y la solidaridad de las relaciones sociales han sido esenciales para ayudar a las personas a superar los efectos devastadores de los cambios climáticos ocurridos en el pasado y que, por lo tanto, es fundamental asumir esta cultura de la cooperación para afrontar el calentamiento global actual.
Fuente: tendencias21.net