Investigadores de la Universidad de Oxford, junto al Equipo de Apoyo Rápido de Salud Pública (Reino Unido) han descubierto la evidencia de 27 virus distintos de una amplia variedad de familias capaces de mantenerse intactas en el semen. Si bien no se confirma que todos estos microbios se transmitan sexualmente, la revisión llama la atención sobre el hecho de que los testículos parecen ser una vía fácil para que los virus emigren a un nuevo hogar.
Para ver qué otras infecciones desagradables podrían estar al acecho junto con el esperma, los investigadores realizaron una búsqueda a través del catálogo de PubMed para términos relevantes, filtrando más de 3.800 documentos que contienen alguna mención de virus y semen. Así, encontraron evidencia de 27 virus (incluyendo zika) que podrían permanecer intactos el tiempo suficiente para infectar la sangre de un nuevo huésped. Algunos, como el VIH, el Ébola y la hepatitis, podrían no ser tan sorprendentes, sin embargo, muchos de los otros patógenos no habían sido nunca estudiados como infecciones de transmisión sexual. Se han encontrado en los testículos virus responsables de enfermedades como la gripe, el SARS y el dengue. Los resultados han sido publicados en Emerging Infectious Diseases.
Es importante señalar que la captura de partículas de virus no es lo mismo que una infección. No hay ninguna garantía de que la viremia (la presencia de virus en la sangre) se convierta en una enfermedad completa. Pero conocer estos datos, según los expertos, plantea preocupaciones sobre cómo pueden afectar a la fertilidad y al desarrollo embrionario los virus potencialmente funcionales.
Un lugar donde esconderse
Otra pregunta que se plantean es si alguno de estos polizones podría atrincherarse junto a los espermatozoides para librarse de cualquier ataque químico, haciendo los tratamientos menos eficientes. Los testículos no son cualquier órgano del cuerpo, sino que stán especialmente preparados para proteger a los espermatozoides y las células germinales de las cuales provienen, con una pared de células llamada bloqueo celular de Sertoli. Esa pared detiene la mayoría de las respuestas inmunes, convirtiendo a estos tejidos en una especie de zona VIP inmunológica.
El problema es que de esta misma protección pueden aprovecharse los virus: aunque no tengan muchas oportunidades de replicarse en los tejidos testiculares, podrían esperar hasta que llegue su momento de pasar a otro cuerpo que puedan infectar.
Y los genitales femeninos también pueden ser usados de escondite temporal, al menos para el virus del Zika. Investigadores de la Universidad de Yale, Estados Unidos, afirmaron que cuando las mujeres embarazadas se infectan con el virus, este se reproduce en el tejido vaginal por varios días y puede dañar el cerebro del feto. Los resultados de este estudio fueron publicados en la revista Cell.
Fuente: rpp.com