Los huracanes se volvéran un poco más fuertes, algo más lentos y mucho más húmedos en un mundo recalentado a fin de siglo, según el pronóstico de la evolución en ese contexto de 22 huracanes recientes.
En un ejemplo, el huracán Ike -que mató a más de 100 personas y devastó partes de la costa estadounidense del golfo de México en 2008- podría tener vientos un 13 por ciento más fuertes, su movimiento sería un 17 por ciento más lento y sería un 34 por ciento más húmedo si se formara en un clima más cálido y futuro.
Otras tormentas podrían volverse un poco más débiles (como el huracán Ernesto) o moverse un poco más rápido (como el huracán Gustav). Ninguna se volvería más seca. La tasa de lluvia de las tormentas futuras simuladas en el estudio aumentó en un promedio de 24 por ciento.
El estudio, liderado por el National Center for Atmospheric Research (NCAR) y publicado en el Journal of Climate, compara simulaciones por computadora de alta resolución de más de 20 tormentas atlánticas históricas con un segundo conjunto de simulaciones idénticas, excepto por un clima más cálido y húmedo que es consistente con el resultado promedio de las proyecciones científicas para el final de este siglo.
“Nuestra investigación sugiere que los futuros huracanes podrían traer significativamente más lluvia”, dijo en un comunicado el científico de NCAR Ethan Gutmann, quien dirigió el estudio. “El año pasado el huracán Harvey demostró lo peligroso que puede ser”.
Harvey produjo más de 1.200 litros de lluvia por metro cuadrado en algunos lugares, batiendo récords y causando inundaciones devastadoras en todo el área de Houston.
Para el estudio, los investigadores examinaro un nuevo conjunto de datos masivo creado en NCAR ejecutando el modelo de Pronóstico e Investigación Meteorológica (WRF) a alta resolución (4 kilómetros) sobre los Estados Unidos en dos periodo de 13 años. Las simulaciones tardaron aproximadamente un año en ejecutarse en el Centro de Supercomputación NCAR-Wyoming.
El primer conjunto de ejecuciones de modelo simula el clima a medida que se desarrollaba entre 2000-2013 y el segundo simula los mismos patrones climáticos, pero en un clima que es aproximadamente 5 grados Celsius más caliente: la cantidad de calentamiento esperada para el final de siglo si las emisiones de gases de efecto invernadero continúan sin disminuir.
Los científicos crearon un algoritmo para detectar y rastrear huracanes dentro de la gran cantidad de datos. Identificaron 22 tormentas con nombre que aparecen con pistas muy similares en las simulaciones históricas y futuras, lo que les permite ser comparadas más fácilmente.
Como grupo, las tormentas en la simulación futura tuvieron un 6 por ciento más de velocidad de viento máxima por hora promedio que en el pasado. También se movían a una velocidad un 9 por ciento más lenta y tenían una tasa de lluvia máxima promedio por hora un 24 por ciento más alta. El radio promedio de la tormenta no cambió.
Fuente: EuropaPress