Esta temporada de frío es común observar a cientos de personas enfermarse, debido a las bajas temperaturas y pocas medidas de higiene que provocan contagios desde un resfriado común hasta enfermedades respiratorias más severas como pulmonía.
Estos problemas pueden parecer normales, pero cada día se convierten en un problema de salud alarmante. Según cifras de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés), la tasa de mortalidad por infecciones respiratorias en niños menores de edad aumentó de manera alarmante durante las primeras semanas de enero.
Brenda Fitzgerald lamentó en entrevista para Bloomberg el fallecimiento de 37 menores de edad en los Estados Unidos durante esta temporada invernal a consecuencia de las infecciones respiratorias.
Dan Jernigan, director de la división de influenza en el Centro Nacional de Inmunización y Enfermedades Respiratorias, advirtió que estos números podrían aumentar en las próximas fechas.
Según cifras del CDC, la epidemia de enfermedades respiratorias dejó de finales del 2014 a principios del 2015 unas 710 mil personas hospitalizadas y hasta 56 mil muertos por complicaciones en las enfermedades, donde las principales víctimas son niños y adultos mayores.
Expertos indicaron a Bloomberg que esta temporada estiman más de 50 mil decesos por los contagios, complicaciones y ante los recientes aumentos en los casos por la resistencia antibiótica, es decir, los medicamentos ya no tienen los mismos efectos contra el combate de enfermedades como en el pasado.
Efectivamente, las bacterias se están haciendo más resistentes a los antibióticos. En entrevista para Cultura Colectiva, Juan José Gómez Camacho, embajador de México ante la Organizaciones de las Naciones Unidas (ONU), detalló que los microorganismos tienen la capacidad para resistir los efectos de los antibióticos a través de mutaciones producidas por azar.
Esto ocurre a consecuencia de la evolución vía selección natural.
Otro de los grandes problemas es la industria de los cárnicos, quienes fomentan el extremo uso de los antibióticos en las granjas para vacunar a los animales que terminan en cientos de mesas a nivel mundial.
Según el informe “Reacción en Cadena” de la organización Friends of the Earth, cientos de granjeros inyectan varios antibióticos a reses, pollos, pescados y cerdos para hacerlos crecer al doble, evitar enfermedades y aumentar sus ganancias porque muchos de los pagos están basados en el peso de los animales antes de venderlos a los rastros locales.
El embajador Camacho advirtió el desmedido uso de residuos de antibióticos que se encuentran en las carnes.
Una de las soluciones se encuentra en la alimentación y hábitos de consumo.
Fuente: culturacolectiva.com