El coordinador de la Investigación Científica de la UNAM señala que eliminar a voces de la comunidad científicos que pueden aportar sería un retroceso, y en ningún país del mundo se lleva a cabo de esa manera
A decir del doctor William Henry Lee Alardín, coordinador de la Investigación Científica de la UNAM, la iniciativa de Ley de Humanidades, Ciencias y Tecnología es un planteamiento inadecuado, porque convierte a los órganos de decisión, en particular al Conacyt, en un sistema centralizado y eso lo haría ineficiente.
“No solo lo centraliza sino que editaría los procesos de consulta que existen con otras entidades, instituciones y agrupaciones académicas y de educación superior que están involucradas en los procesos de decisión, en la definición de prioridades, de proyectos y líneas de investigación. Así no es como se hace la investigación”, enfatiza en entrevista el doctor en física por la Universidad de Wisconsin, Madison, EU.
La iniciativa de Ley propuesta al Senado por Ana Lilia Rivera, de Morena, plantea desaparecer organismos existentes para la definición de política y consultas en materia de generación de conocimiento, entre ellos el Foro Consultivo Científico y Tecnológico, el Consejo Consultivo de Ciencias, además de la Coordinación de Ciencia, Tecnología e Innovación de la Oficina de la Presidencia de la República.
De manera que los mecanismos de consulta con la comunidad académica serán sustituidos por foros nombrados por el propio Conacyt, con sus atribuciones, funciones y financiamiento.
Al respecto, el funcionario de la Máxima Casa de Estudios incide en que eliminar esas voces que pueden aportar sería un retroceso. “Entonces, simplemente el Consejo General de Ciencias, Tecnología e Innovación desaparece y es sustituido por una junta de gobierno donde solamente hay secretarías de estado y la dirección general de Conacyt. No se hace así en ningún lugar del mundo, y la razón es porque no funciona”.
Agrega que la tarea de investigación, la formación de recursos humanos y la generación de conocimiento requiere por sus características de una ejecución muy distribuida, muy libre y con mucho intercambio. La iniciativa de Ley va en contra de eso y los avances serían de manera mucho más tortuosa, lenta y restrictiva.
“No se puede hacer investigación y generación de conocimiento simplemente por decreto. Se tiene que hacer por una comunidad que tiene sus maneras de trabajar y sus metodologías probadas que funcionan.
“Además, la propuesta de Ley no fue consultada, deliberada y/o discutida con el sistema que pretende gobernar. Entonces, más allá de generar un ambiente de molestia hace aún más ineficiente el proceso, pues quiere decir se ingresó de manera oficial en el Senado pero no se discutió con los implicados en el ecosistema para presentarlo de manera más consensada”.
El doctor Lee Alardín alude que hay diversas agrupaciones conformadas por científicos e investigadores que han manifestado sus comentarios a la Ley, y que también que se muestran dispuestos a participar y hacer propuestas, pero también con la voluntad y la exigencia de ser tomados en cuenta para la toma de decisiones.
“Lo que todo mundo busca es que las capacidades de investigación y de formación y educación de personal estén más ampliamente a disposición del país en general para resolver sus problemas. Están perfectamente identificados los problemas por los que atraviesa el país que no han sido atendidos, y que se deben atacar de una manera más estrecha entre la academia y los diferentes sectores de la sociedad”.
El académico e investigador de la UNAM aclara que la dispersión de facultades en el país ha generado condiciones inadecuadas en el uso de recursos. Y en el caso de la ciencia hacen falta más recursos.
“De ninguna manera la comunidad científica de nuestro país está en contra de una supervisión financiera, pero si está opuesta a una supervisión metodológica o de definición de líneas o prioridades. La generación de conocimiento se debe dar con un libre intercambio de ideas sin restricción de temas a estudiar y de metodologías para atacar los problemas que se presentan”.
Finalmente, puntualiza que el país vive una situación compleja, donde hay muchas carencias y necesidades, pero la manera de resolverlas es tener una población que conozca las capacidades del país, que cuente con la información críticamente analizada y estudiada, así como las entidades gubernamentales para la toma de decisiones de la mejor manera.
“La comunidad está decididamente convencida de que tiene que participar más para bien del país. Es un asunto de sumar voluntades, no de dividir”.