La Administración Nacional del Océano y Atmósfera anticipa también que el fenómeno podría ser «históricamente fuerte» entre noviembre de este año y enero de 2024
El Centro de Predicción Climática (CPC) de la Administración Nacional del Océano y Atmósfera (NOAA por sus siglas en inglés) advirtió que las condiciones meteorológicas asociadas al fenómeno de El Niño pueden extenderse hasta el segundo trimestre de 2024 en el Hemisferio Norte. El organismo de pronóstico climático de Estados Unidos indica que existe una probabilidad de 62% para que este escenario se concrete. Anticipa, además, que existe un riesgo potencial de 35% de que este fenómeno sea «históricamente fuerte» entre noviembre de este año y enero de 2024.
«Las temperaturas de la superficie del mar (TSM) por encima del promedio en todo el Océano Pacífico ecuatorial fueron indicativos de la fuerza de El Niño; con anomalías en aumento en el Pacífico central y centro-este en el último mes», explica el reporte del CPC.
El Niño produce un aumento de las temperaturas de la superficie oceánica en el Pacífico oriental y central. La variación que provoca ocasiona fenómenos meteorológicos extremos, como incendios forestales, ciclones tropicales de gran potencia y sequías prolongadas.
En mayo pasado, el organismo de predicción ambiental afirmó que, este año, El Niño tenía un 55% de probabilidad de ser un evento especialmente potente y con gran capacidad para acelerar el aumento de la temperatura global por encima de los 1.5°C.
El fenómeno natural crecerá en intensidad en el futuro próximo. Los expertos auguran un acelerado desgaste en los ecosistemas con consecuencias destacadas en ciertas actividades económicas y en la calidad de vida de la población.
Los impactos de El Niño
Un estudio publicado en la revista Science calculó que, durante los próximos años, El Niño y sus efectos colaterales tendrán un impacto económico cercano a los 3 billones de dólares sobre el Producto Interno Bruto (PIB) mundial.
Christopher Callahan, científico del sistema terrestre del Dartmouth College y coautor del artículo, determinó que “existe un legado económico de El Niño en el crecimiento del PIB. Esto ocurre sobre todo en los países tropicales más afectados por el fenómeno. Pero este efecto es bastante amplio”.
Los países tropicales suelen ser los más vulnerables en términos de economía, tanto por su proximidad al fenómeno como porque suelen tener un PIB inferior al de las naciones de Europa y otras regiones septentrionales. Las naciones que registran un mayor desarrollo económico suelen contar con sistemas de seguridad más sólidos y sofisticados para proteger actividades vitales como la agricultura.
Callahan considera que El Niño es una prueba de resistencia para un planeta que se calienta. El cambio climático hace más intensas las olas de calor, los incendios forestales, las sequías y las precipitaciones. Pero también es una oportunidad para que los gobiernos refuercen sus preparativos contra los fenómenos meteorológicos extremos. «Será necesario fortalecer las infraestructuras e invertir en la prevención de incendios forestales», detalló el especialista.
El costo global de los eventos climáticos extremos atribuibles al calentamiento global asciende a 143,000 millones de dólares al año, según el estudio The global costs of extreme weather that are attributable to climate change. De cumplirse los pronósticos de la NOAA, la deuda podría elevarse a niveles sin precedentes.
Fuente: es.wired.com