Más de 30 microbiólogos de 9 países han emitido una advertencia en la que piden que se deje de ignorar a una “mayoría invisible” en la biodiversidad y el ecosistema de la Tierra al abordar el cambio climático, en referencia a los microbios, ya que aseguran que de seguir haciéndolo habrá importantes consecuencias.
En el estudio, que publica la revista ‘Nature Reviews Microbiology’, su autor principal, el profesor Rick Cavicchioli, microbiólogo de la Escuela de Biotecnología y Ciencias Biomoleculares de la Universidad de Nueva Gales del Sur (UNSW) en Sydney (Australia), los investigadores esperan aumentar la concienciación sobre cómo los microbios pueden influir en el cambio climático y cómo se verán afectados por el mismo.
“Los microorganismos, que incluyen bacterias y virus, son formas de vida que no se ven en los sitios web de conservación –alerta el profesor Cavicchioli–. Apoyan la existencia de todas las formas de vida superiores y son de importancia crítica en la regulación del cambio climático. Sin embargo, rara vez son el foco de los estudios sobre el cambio climático y no se consideran en el desarrollo de políticas”.
El profesor Cavicchioli llama a los microbios la “mayoría invisible” de las formas de vida en la tierra, desempeñando funciones críticas en la salud animal y humana, la agricultura, la red alimentaria mundial y la industria.
Por ejemplo, el Censo de Vida Marina estima que el 90% de la biomasa total del océano es microbiana. En los océanos, las formas de vida marina llamadas fitoplancton toman energía de la luz del sol y eliminan el dióxido de carbono de la atmósfera tanto como las plantas. El pequeño fitoplancton forma el comienzo de la red alimenticia del océano, alimentando a las poblaciones de krill que luego alimentan a los peces, aves marinas y grandes mamíferos como las ballenas.
Las algas del hielo marino prosperan en las ‘casas’ de hielo marino. Si continúan las tendencias del calentamiento global, el hielo marino que se derrite tiene un efecto aguas abajo en las algas del hielo marino, lo que significa una disminución de la red alimenticia del océano. “El cambio climático es, literalmente, morir de hambre en la vida del océano”, advierte el profesor Cavicchioli.
Más allá del océano, los microbios también son críticos para los entornos terrestres, la agricultura y las enfermedades. “En ambientes terrestres, los microbios liberan una gama de gases de efecto invernadero importantes a la atmósfera (dióxido de carbono, metano y óxido nitroso), y el cambio climático está causando que estas emisiones aumenten”, añade el profesor Cavicchioli.
“La cría de animales rumiantes libera grandes cantidades de metano de los microbios que viven en su aparato digestivo, por lo que las decisiones sobre las prácticas agrícolas globales deben tener en cuenta estas consecuencias -explica–. Y, por último, el cambio climático empeora el impacto de los microbios patógenos en los animales (incluidos los humanos) y las plantas, porque el cambio climático está estresando la vida de los nativos, lo que facilita que los patógenos causen enfermedades”.
“El cambio climático también expande la cantidad y el rango geográfico de los vectores (como los mosquitos) que contienen patógenos. El resultado final es el aumento de la propagación de la enfermedad y las graves amenazas para los suministros alimentarios mundiales”, señala.
En su declaración, los científicos piden a los investigadores, instituciones y gobiernos que se comprometan a un mayor reconocimiento microbiano para mitigar el cambio climático. “La declaración enfatiza la necesidad de investigar las respuestas microbianas al cambio climático e incluir la investigación basada en microbios durante el desarrollo de políticas y decisiones de gestión”, dice el profesor Cavicchioli.
Además, la investigación sobre el cambio climático que vincula los procesos biológicos con los procesos geofísicos y climáticos globales debería centrarse mucho más en los procesos microbianos.
“Esto va al corazón del cambio climático, por lo que si los microorganismos no se consideran efectivamente, significa que los modelos no se pueden generar adecuadamente y las predicciones podrían ser inexactas –advierte el profesor Cavicchioli–. Las decisiones que se toman ahora afectan a los humanos y otras formas de vida, por lo que si no se tiene en cuenta el mundo microbiano, se está perdiendo un componente muy importante de la ecuación”.
El experto destaca que los microbiólogos también están trabajando en el desarrollo de recursos que se pondrán a disposición de los maestros para educar a los estudiantes sobre la importancia de los microbios.
“Si esa alfabetización está ahí, eso significa que las personas tendrán una capacidad mucho mejor para comprometerse con cosas que hacer con la microbiología y comprender las ramificaciones y la importancia de los microbios”.
Fuente: europapress.es