Los investigadores que tratan de determinar las causas del siniestro del vuelo de Ethiopian Airlines están analizando ya el contenido de las cajas negras. Es un proceso que va en paralelo al desarrollo del nuevo programa informático que gobernará el sistema de vuelo de los B737 MAX, que podría estar listo en días. Pero llega con retraso, porque el plan inicial era que hubiera estado listo hace tres meses.
Boeing indicó a los sindicatos de pilotos que esperaba que el programa hubiera estado listo para comienzos de enero. Pero se topó con un doble contratiempo. Las discusiones técnicas con el regulador eran intensas para conseguir la certificación y el cierre (shut down) durante cinco semanas de las actividades del Gobierno afectó de lleno al trabajo de agencias federales como la de la aviación (FAA, en sus siglas inglesas).
La compañía anunció el lunes que su objetivo ahora es tenerlo preparado para abril. Explicó que lleva trabajando en su desarrollo “varios meses”, desde que se estrelló el B737 MAX 8 operado por Lion Air en el mar de Java al poco de despegar, en octubre pasado. La agencia AFP, citando fuentes de Boeing, adelanta que el nuevo programa informático podría estar listo para ser instalado en 10 días.
Daniel Elwell, administrador de la FAA, se apresuró estos días en dejar claro que el cierre parcial del Gobierno no retrasó el desarrollo del nuevo software. Pero varios medios de comunicación señalan que la agencia determinó que el retraso no sería un problema, porque se entendió que la configuración del sistema no implicaba un riesgo inminente para la seguridad. El cambio dará más control a los pilotos.
La FAA reveló el pasado miércoles que optaron al final por sumarse a la restricción porque los datos del vuelo y las evidencias físicas que encontraron en la zona donde se estrelló el avión permitían establecer similitudes con el accidente de Lion Air. Ahora trasciende que entre los restos hay una pieza del sistema de estabilización que estaba en una posición “inusual”, como en la aeronave indonesia.
Producción
Wall Street sigue muy de cerca cualquier detalle sobre el remedio que prepara Boeing, para entender cuánto puede durar la crisis y determinar el impacto financiero. Las acciones de la compañía abrieron este viernes en negativo pero a media sesión remontaron. Eso no va a impedir que cierre la semana con una caída próxima al 12% porque la crisis actual crea incertidumbre entre los inversores.
El B737 MAX 8 de Ethiopian tenía solo cuatro meses de antigüedad. Boeing necesita encontrar rápidamente una solución para que la prohibición de vuelos no trastoque la producción. El fabricante mantiene seguir ensamblando este modelo a un ritmo de 52 unidades mensuales. Eso significa que cada día se terminan dos nuevos aviones, que por la pausa en las entregas tendrán que quedarse aparcados en Renton.
Aeroflot acaba de amenazar con cancelar los pedidos si no se resuelven los problemas para noviembre. Ronald Epstein, analista de Bank of America, anticipaba esta semana que llevará al menos tres meses a Boeing conseguir la certificación del arreglo. Es un plazo que comparten otros expertos, aunque señalan que la presión de la opinión pública podría retrasarlo más incluso.
Dennis Muilenburg, el consejero delegado de Boeing, mantiene que el avión es seguro y que la actualización lo hará aún más. Actualmente hay 370 aviones de la serie MAX en servicio. La cartera de pedidos para esta variante del B737 asciende a 5.100 unidades. El plan de Boeing era poder elevar el ritmo de producción a 57 unidades mensuales a lo largo de 2019, algo que en este momento se desconoce si podrá mantenerse.
Fuente: elpais.com