Meta apuesta por las gafas inteligentes con inteligencia artificial como la próxima gran plataforma tecnológica. Clave para el metaverso y la interacción digital del futuro
He de decir que todavía recuerdo cierta frase que decía mi madre cuando era pequeña: “Hay personas capaces de vender hielo a un esquimal”. Sobre todo, cuando escucho los discursos de Mark Zuckerberg sobre el dispositivo que, según él y su criterio empresarial, todos deberíamos comprar si no queremos quedarnos fuera de los avances “cognitivos” y tecnológicos.
Podríamos decirte, querido consumidor, que dada su experiencia en el sector tech y su avispado olfato para los negocios, el CEO de Meta tiene la verdad absoluta sobre esta materia… Pero lo cierto es que, a juzgar por el acumulado de pérdidas (ronda los 70.000 millones de dólares desde su lanzamiento), igual confiar en su palabra no resulta tan buena idea. Aunque, a decir verdad, él no se baja de su discurso de que el futuro de la humanidad pasa por adquirir este curioso invento basado, como no, en la inteligencia artificial (IA).
Zuckerberg anticipa un futuro dominado por las gafas con IA
Mark Zuckerberg, CEO de Meta, lanzó recientemente una predicción que no ha pasado desapercibida: en unos años, quienes no utilicen gafas potenciadas con inteligencia artificial estarán en clara desventaja frente a quienes sí lo hagan. La afirmación llegó durante la presentación de resultados del segundo trimestre, donde el ejecutivo compartió cómo espera que estos dispositivos transformen la manera en que nos relacionamos con la información.
Según el fundador de Facebook, las gafas inteligentes se convertirán en la forma más natural de interacción con la IA, al permitir que la tecnología “vea, escuche y converse” con el usuario en tiempo real. Meta no descarta incluir pantallas en estos accesorios, lo que abriría la puerta a experiencias tan variadas como interfaces holográficas o diseños más discretos para el día a día.
El ecosistema de hardware de Meta
La compañía lleva años invirtiendo miles de millones en construir la próxima gran plataforma tecnológica. Un ejemplo tangible son las Ray-Ban Meta y las Oakley Meta, gafas que integran funciones como reproducción de música, captura de fotos y vídeos o acceso directo a Meta AI. La apuesta no es menor: las ventas se han triplicado en comparación con el año pasado, según cifras del grupo EssilorLuxottica.
Detrás de esta estrategia está Reality Labs, la división de Meta enfocada en realidad aumentada, virtual e interfaces inmersivas. Pese a acumular pérdidas que se cuentan en miles de millones de dólares desde 2020, Zuckerberg insiste en que este gasto es una inversión a largo plazo para dar forma al futuro tecnológico: «Fusiona los mundos físico y digital», comentaba orgulloso del artilugio.
Ventaja competitiva y adopción cultural
Zuckerberg sostiene que las gafas con IA tienen muchas más posibilidades de consolidarse que otros dispositivos experimentales como pines o colgantes inteligentes. El razonamiento es simple, buena parte de la población ya está habituada a usar gafas, lo que suaviza las barreras de aceptación social.
Además, la posición de estos dispositivos —justo frente a los ojos y oídos— los convierte en un canal privilegiado para recopilar datos visuales y sonoros, fundamentales para aplicaciones avanzadas de inteligencia artificial.
El directivo también vinculó este desarrollo con su visión del metaverso. En su opinión, las gafas serán la interfaz perfecta para unir los mundos físico y digital, acelerando la convergencia gracias al poder de la IA.
La conexión con el metaverso
Zuckerberg no pierde de vista su gran proyecto: el metaverso. Para él, las gafas no solo serán un puente hacia la IA, sino también la interfaz esencial para conectar el mundo físico con el digital. “La otra cosa fascinante de las gafas es que serán la forma ideal de fusionar los mundos físico y digital. Así que toda la visión del metaverso acabará siendo muy importante, y la IA lo va a acelerar”, afirmó.
En este sentido, la apuesta de Meta no se limita a crear un nuevo gadget, sino a construir un ecosistema que integre inteligencia artificial, realidad aumentada y realidad virtual en un solo entorno.
Una desventaja cognitiva para quienes no se adapten
Quizá la declaración más provocadora de Zuckerberg fue su advertencia sobre las consecuencias de no adoptar esta tecnología. En su opinión, no usar gafas con IA, o algún dispositivo equivalente, podría significar una “desventaja cognitiva significativa” respecto a quienes sí lo hagan.
En otras palabras, la brecha digital del futuro no estará marcada únicamente por el acceso a internet o a dispositivos móviles, sino también por la capacidad de aprovechar tecnologías portátiles que amplíen la mente humana mediante inteligencia artificial.
Mark Zuckerberg afirma que el futuro tecnológico estará en nuestros sentidos
El mensaje de Zuckerberg es claro: el futuro de la computación no pasará solo por los teléfonos móviles ni por los ordenadores, sino por dispositivos que literalmente acompañen nuestra mirada y oídos. Las gafas con IA, según su visión, no serán un accesorio opcional, sino una herramienta indispensable para mantener la competitividad personal y profesional en un mundo cada vez más mediado por la inteligencia artificial.
El reto, como siempre, será convencer a la sociedad de que la promesa tecnológica compensa las dudas sobre privacidad, coste y dependencia de la tecnología. Pero, si de algo está convencido Zuckerberg, es que el tiempo juega a favor de esta transformación.
Fuente: consumidorglobal.com