El calor récord en todo el mundo impactó profundamente el ciclo global del agua en 2023, contribuyendo a tormentas severas, inundaciones, megasequías e incendios forestales.
Una nueva investigación dirigida por la Australian National University (ANU) y publicada por el Global Water Monitor Consortium, subraya las consecuencias de la quema persistente de combustibles fósiles en los desastres naturales, los recursos hídricos, la biodiversidad y la seguridad alimentaria.
«Olas de calor sin precedentes azotaron todo el mundo en 2023, rompiendo récords anteriores, desde Canadá hasta Brasil y desde España hasta Tailandia», dice en un comunicado el profesor Albert Van Dijk, primer autor del estudio.
«La falta de precipitaciones y las altas temperaturas exacerbaron las sequías de varios años en América del Sur, el Cuerno de África y alrededor del Mediterráneo. Las condiciones extremadamente cálidas y secas provocaron grandes daños ecológicos en los bosques más grandes del mundo. Grandes incendios forestales asolaron Canadá durante el verano del norte, mientras que la selva amazónica y los ríos descendieron rápidamente a una grave sequía a finales de 2023», agregó.
Algunos de los peores desastres de 2023 estuvieron relacionados con ciclones inusualmente fuertes que provocaron precipitaciones extremas en Nueva Zelanda, Mozambique, Malawi, Myanmar, Grecia, Libia y Australia.
Según el profesor Van Dijk, que también es presidente del Global Water Monitor Consortium, el aumento de la temperatura de la superficie del mar y del aire causado por la quema de combustibles fósiles ha intensificado la fuerza y la intensidad de las precipitaciones de los monzones, ciclones y otros sistemas de tormentas.
«Los recientes ciclones y tormentas intensas en Queensland y otras partes de Australia no deben verse como eventos extraños aislados, sino como parte de un patrón global que fue bastante claro en 2023. En 2023, vimos cómo los ciclones se comportaban de maneras inesperadas y mortales. El ciclón más longevo jamás registrado azotó el sudeste de África durante semanas. Las temperaturas más cálidas del mar alimentaron esos comportamientos anormales, y podemos esperar ver más eventos extremos de este tipo en el futuro», explicó.
El profesor Van Dijk dijo que en las últimas dos décadas se ha producido un aumento de la temperatura del aire y una disminución de la humedad del aire, lo que ha provocado un aumento del estrés por calor y de las necesidades de agua para las personas, los cultivos y los ecosistemas, al tiempo que se han intensificado las sequías.
La humedad relativa del aire sobre la superficie terrestre mundial en 2023 fue la segunda más seca registrada después de 2021, continuando una tendencia hacia condiciones más secas y extremas. 2023 fue el año más caluroso registrado en la Tierra, lo que muestra cómo podría ser un año futuro típico con un calentamiento de 1,5 grados Celsius.
Temperatura media anual más alta en 45 años para 77 países
«Un total de 77 países experimentaron la temperatura media anual más alta en al menos 45 años», afirmó el profesor Van Dijk.
2023 fue un año de extremos, con condiciones cada vez más extremas de sequía y humedad y más fenómenos meteorológicos sin precedentes. Esto está en consonancia con los cambios continuos en el ciclo del agua durante las últimas dos décadas.
El equipo de investigación utilizó datos de miles de estaciones terrestres y satélites que orbitan la Tierra para proporcionar información en tiempo real sobre precipitaciones, temperatura del aire, humedad del aire, condiciones del suelo y del agua subterránea, vegetación, caudales de ríos, inundaciones y volúmenes de lagos.
El Global Water Monitor es una colaboración entre instituciones de todo el mundo e involucra a varias organizaciones públicas y privadas.
Fuente: europapress.es