El inicio de la cumbre mundial sobre el clima que se inició ayer en Nueva York ha coincidido con la publicación de un informe elaborado por la Organización Meteorológica Mundial, junto a las principales organizaciones de ciencia climática del mundo, según el cual el cambio climático se está precipitando en todos los frentes.
Primer dato: la temperatura media mundial ha aumentado en 1,1 ºC desde la era preindustrial y en 0,2 ºC con respecto al período 2011-2015.
Además, tanto el aumento del nivel del mar, como el derretimiento de los hielos y la aparición de fenómenos meteorológicos extremos, se han intensificado en el quinquenio 2015-2019, que se perfila como más cálido jamás registrado, según el informe.
En ese periodo se ha observado asimismo un incremento continuo de los niveles de dióxido de carbono (CO2) y de otros importantes gases de efecto invernadero en la atmósfera, que han alcanzado niveles récords: la tasa de aumento del CO2 fue casi un 20 % superior a la de los cinco años anteriores.
Según se desprende de datos preliminares correspondientes a 2019 y procedentes de un subconjunto de sitios de observación de gases de efecto invernadero, la concentración mundial de CO2 debería alcanzar, o incluso exceder, las 410 partes por millón (ppm) a finales de 2019.
En marzo pasado ya saltó la alarma al respecto: la concentración de CO2 en la atmósfera alcanzó las 415,26 partes por millón (ppm), mucho más que en cualquier otro punto de los últimos 800.000 años, desde antes de la evolución del homo sapiens, tal como informamos en otro artículo. El informe de la OMM confirma que no fue un hecho aislado.
Más mar y menos hielo
Respecto al aumento del nivel del mar, el informe señala que durante el período 2014-2019, la tasa de aumento medio global del nivel del mar fue de 5 mm por año, frente a 4 mm por año durante el decenio 2007-2016. Este aumento es muy superior a la tasa media de 3,2 mm por año registrada anteriormente, desde 1993.
Con relación a la reducción de los hielos, durante el período 2015-2018, la extensión mínima promedio de los hielos marinos en el Ártico para el mes de septiembre (verano) fue muy inferior al promedio registrado entre 1981 y 2010, y lo mismo puede decirse de la extensión promedio en invierno. Los cuatro valores invernales más bajos de los que se tienen datos se dieron durante ese período. El hielo multianual ha desaparecido prácticamente.
En la Antártida, desde 2016 los valores mínimos de la extensión de los hielos marinos que se han venido observando para febrero (verano) y septiembre (invierno) son muy inferiores al promedio correspondiente al período 1981-2010. Estos valores contrastan con los del período anterior de 2011-2015 y los del período más extenso de 1979-2018.
En la Antártida, la extensión de los hielos marinos durante el verano alcanzó su primer y segundo valor más bajo en 2017 y 2018 respectivamente, y en 2017 también se registró la segunda extensión más reducida durante el invierno, señala el informe.
Y añade que el derretimiento anual de la cubierta de hielo de la Antártida ha aumentado al menos seis veces, pasando de 40 Gt por año en el período 1979-1990, a 252 Gt por año en el período 2009-2017.
Con respecto al ritmo de derretimiento de la cubierta de hielo de Groenlandia, el informe señala que también se ha acelerado considerablemente desde comienzos del milenio.
Más concretamente, indica que la observación de los glaciares de referencia indica que se ha producido un cambio promedio de masa específica de −908 mm del equivalente en agua por año, valor superior al registrado para cada uno de los quinquenios desde 1950.
Océanos más cálidos y acidificados
Los océanos almacenan más del 90 % del exceso de calor provocado por el cambio climático, indica el informe.
En 2018, sobre la base de mediciones realizadas hasta los 700 metros, se registraron los valores más elevados de contenido calorífico de los océanos, y los años 2017 y 2015 ocuparon el segundo y tercer lugar respectivamente.
Además, los océanos absorben aproximadamente el 30 % de las emisiones de origen antropogénico anuales de CO2, evitando así un mayor calentamiento.
Sin embargo, esto supone un alto costo ecológico para los océanos, ya que el CO2 que absorben reacciona con el agua de mar modificando así la acidez de los océanos. El nivel de acidez de los océanos ha aumentado un 26 % desde los comienzos de la Revolución Industrial.
Fuente: tendencias21.net