Aun cuando se trata en su mayoría de aparatos comerciales de uso sencillo y adaptados de manera rudimentaria, el uso de drones por parte de grupos de la delincuencia organizada en México es cada vez más frecuente. Expertos consultados por Sputnik advierten del riesgo que implica esta nueva herramienta en manos de organizaciones criminales.
El 10 de septiembre, un ataque con un dron explosivo produjo una detonación en medio de un mitin en la plaza central de la localidad de La Ruana, en la región de Tierra Caliente, estado mexicano de Michoacán (occidente).
En el mitin hablaba José Guadalupe Mora, un agricultor y productor de limón, hermano de Hipólito Mora, fundador en 2013 de uno de los grupos de autodefensa que proliferaron ese año como mecanismo de protección de las comunidades de esa zona ante las atrocidades de los grupos de narcotráfico, y asesinado en una emboscada en junio de este año.
El mitin del domingo 10 de septiembre había sido convocado por un grupo de habitantes de La Ruana para pedir apoyo a un nuevo cuerpo de autodefensa surgido para hacer frente a fuerzas criminales que siguen teniendo presencia en la zona y que acababan de imponer una cuota de un peso por cada kilo de limón producido y empacado.
Lupe Mora, como es conocido en La Ruana (municipio de Felipe Carrillo Puerto), había acudido al mitin para dar su apoyo al recién creado grupo de autodefensa, pero la concentración se disolvió por el ataque con dron. El lunes siguiente, 11 de septiembre, otros tres dispositivos no tripulados confeccionados con explosivos estallaron en La Ruana y el miércoles 13 del mismo mes tres artefactos más fueron usados como armas de ataque en la localidad.
«La pura verdad es que ya el pueblo de La Ruana estaba muy, muy asustado, se suspendieron las clases, se suspendieron las fiestas patrias del 16 (de septiembre) y la gente ya casi no quería salir a la calle porque estábamos bajo una lluvia de drones de explosivos», cuenta Lupe Mora en una entrevista telefónica con Sputnik.
El agricultor michoacano, que se tuvo que refugiar en Morelia (capital estatal) ante los ataques de los grupos criminales de principios de septiembre, asegura que el uso de drones por parte de los grupos delincuenciales ha aumentado en la zona de Tierra Caliente michoacana, sin que ninguna autoridad o fuerza pública haya intervenido.
«El uso de los drones es al que le tiene miedo ahorita la gente», afirma Mora, quien asegura que la situación de inseguridad en la región está aún peor que hace 10 años, cuando su hermano Hipólito, el doctor José Manuel Mireles y otros dirigentes se levantaron en armas contra los grupos de narcotráfico como La Familia Michoacana y los Caballeros Templarios.
«Ha habido mucha inseguridad, mucha; se están peleando entre ellos mismos y hasta la gente civil, gente de trabajo, lo está padeciendo, y yo no sé tantos militares y tantos guardias nacionales que mandó el presidente de la república a Tierra Caliente y la situación sigue igual. De nada sirvió todo esto porque todo sigue igual. Está muy feo todo por allí, principalmente con los drones, es el peligro que hay ahorita, es el miedo que hay a los drones», afirma Lupe Mora.
Usos múltiples para delinquir
De acuerdo con una nota del periódico Milenio publicada el 8 de agosto, elementos de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) han decomisado desde 2022 a agosto pasado 23 drones adaptados por el crimen organizado para soltar artefactos explosivos contra autoridades, población civil y grupos antagónicos.
Los aseguramientos se han dado principalmente en el municipio de Tepalcatepec, pero también en Aguililla, Apatzingán y Cotija, señaló el diario, que cita informes oficiales de fuentes castrenses.
Según este reporte, predominan los drones de la marca china DJI, en particular del modelo Mavic, que se pueden conseguir a un precio de entre 8.000 y 15.000 pesos (entre 400 y 750 dólares, aproximadamente).
Para el maestro José Antonio Álvarez León, especialista en seguridad y profesor en la Facultad de Estudios Superiores (FES) Acatlán de la UNAM, la delincuencia organizada no se va a quedar atrás en el uso de la tecnología para llevar a cabo sus actividades delictivas y el potencial de los drones para usos delictivos es muy amplio.
«El uso de la tecnología es un medio que bien vale la pena para ellos invertir porque el delincuente sabe bien que su protección depende de factores de anticipación sobre acciones policiales, sabe que es una forma de anticipación y vigilancia de sus enemigos. También sabe que el uso del dron le va a permitir sorprender a las víctimas», explica Álvarez León.
Para el académico de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), uno de los potenciales usos de drones por parte de la delincuencia organizada es el espionaje y la obtención de información de manera rápida y relativamente segura.
Efecto psicológico: miedo, terror, inseguridad
Pero, además, el uso de este tipo de aparatos permite a los criminales sembrar miedo y mostrar poder. «El uso del dron se vuelve un medio tecnológico comisivo, importante, útil», dice el especialista.
El ataque con drones en la plaza de La Ruana fue grabado en video y después publicado en redes sociales, donde se viralizó. Videos de otros ataques con este tipo de artefactos en zonas distintas de Michoacán también han sido publicados en redes sociales.
«Es una muestra de poder», dice el profesor de la FES Acatlán. «Incluye de alguna manera el efecto psicológico sobre el rival, sobre las víctimas, sobre la propia policía. El efecto psicológico trae consigo el miedo, el terror, la inseguridad. El hacerlo público es mandar esos mensajes», explica.
«Los ojos el dron significan los ojos y los oídos en todos lados, o como dicen los norteamericanos: son los ojos en el cielo, ojos que te ven todo el tiempo y que, además, pueden neutralizarte; entonces, sí tiene un efecto psicosocial y sí, de terror, que es lo que ellos quieren difundir», agrega el experto en política criminal y seguridad pública.
De acuerdo con Álvarez, el uso de drones por parte de grupos criminales ha evolucionado rápidamente en México. Al principio, fueron usados para infiltrar droga o algunos teléfonos celulares a los centros penitenciarios; después fueron empleados para adquirir información, y ahora como factor sorpresa, ataque y vigilancia.
«No hay mejor medio comisivo que el dron», dice Álvarez León, quien confirma que, por ahora, los grupos delincuenciales están empleando aparatos comerciales que se pueden adquirir vía Amazon u otras tiendas en línea y que son adaptados como un medio para llevar explosivos o vigilar.
Sin embargo, advierte el académico, eso no quiere decir que estas organizaciones no vayan a invertir más recursos para adquirir vehículos cada vez más sofisticados o con mayor potencial destructivo, como ha pasado con las armas u otros tipos de equipos militares.
«Lo que sí nos preocupa, es que sí van marcando la pauta, por lo menos para no quitar del radar que la tecnología va siendo un medio necesario», subraya.
Marco legal inoperante
Para Álvarez, profesor de carrera adscrito al área de posgrado en derecho y política criminal de la FES Acatlán, el marco legal vigente en México no es suficiente ni adecuado para hacer frente al uso de drones por parte de la delincuencia organizada, pues ni siquiera funciona para llevar un registro de compra. Básicamente es inoperante.
«Tendría que estar más actualizado el control de acceso a venta y distribución de drones para que al menos se puedan controlar un poco más abiertamente y saber quiénes son los distribuidores y quiénes los introducen el país», estima.
«Esto nos puede llevar al tema como el de las armas; se supone que la Sedena es la única que produce y vende armas, pero, al no tener registro de todas las demás que existen, pues estás en un mercado negro que favorece a la adquisición de armas, y en este caso de la tecnología», explica.
En agosto, el presidente Andrés Manuel López Obrador envió a la Comisión Permanente del Congreso de la Unión una iniciativa de ley para castigar con hasta 60 años de cárcel el uso de drones para transportar, activar o detonar armas, municiones y materiales para uso exclusivo de las Fuerzas Armadas, mientras que otras tres iniciativas propuestas por diputados de diferentes partidos no han prosperado y han quedado congeladas.
Según el investigador de la FES Acatlán, las autoridades no han dado la importancia que tiene al empleo de drones por parte de la delincuencia organizada, que, desde su punto de vista, es un tema de seguridad nacional.
«El tema del crimen organizado es un tópico de seguridad nacional y el uso de medios comisivos por la delincuencia organizada es, de forma colateral, un tema de seguridad nacional. De hecho, por eso es que la Secretaría de Comunicaciones y Transportes y la de Defensa son las que se supone llevan el control y registro de los drones», explica Álvarez. «Tiene que ser un tema de seguridad nacional, pero no se está viendo con la importancia que tiene», concluye el académico de la UNAM.
Situación aislada
Para la activista del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) y exdiputada federal Lorena Villavicencio, el uso de drones por parte del crimen organizado es un acto grave, pero se trata hasta ahora de una «situación aislada».
«Parece apocalíptica o catastrófica por la utilización de tecnología como los drones para realizar actos violentos, grabarlos y transmitirlos. Pero hasta el momento se trata actos de violencia por la disputa de territorio entre cárteles del crimen organizado», afirma en entrevista con Sputnik.
De acuerdo con la exlegisladora, originaria de la zona limítrofe entre Jalisco y Michoacán, una de las regiones más afectadas por el crimen organizado en el país, la población de esta región no está siendo atacada, sino que se trata de una disputa territorial entre grupos criminales.
«Pero son actos que siembran terror en las poblaciones asentadas en las zonas, y por ello debe darse un mensaje claro de las autoridades y también de los legisladores, reconociendo esta nueva modalidad de ataque entre grupos criminales»; afirma Villavicencio.
De acuerdo con la activista, es necesario reformar la legislación y modificar la Ley Federal de Armas de Fuego y Explosivos para sancionar esta forma de ataques con drones.
Fuente: sputniknews.lat