Un equipo de arqueólogos del INAH ha hallado una tumba completamente intacta en la población mexicana de San Juan Ixcaquixtla, en el estado de Puebla. La sepultura y los restos encontrados en su interior ayudarán a los investigadores a obtener un mejor conocimiento sobre las costumbres funerarias del pueblo mixteco
Durante unos trabajos de urbanización que se estaban llevando a cabo en San Juan Ixcaquixtla, un municipio del estado mexicano de Puebla, un equipo de operarios se topó con lo que parecía ser una tumba. Rápidamente, desde el Ayuntamiento se pusieron en contacto con el Instituto Nacional de Antropología e Historia de México (INAH), que envió a un equipo de arqueólogos para que se hiciera cargo de la investigación.
Los análisis preliminares realizados por los arqueólogos aportaron datos muy interesantes, como por ejemplo que esta tumba ha permanecido intacta durante más de 1.500 años y que podría pertenecer a una familia de comerciantes-guerreros mixteco-zapotecas. Y es que la población de San Juan Ixcaquixtla fue construida sobre un antiguo complejo funerario donde se concentra un gran número de túmulos que en esta zona son conocidos como «teteles».
Costumbres funerarias
En época precolombina, entre 1500 a.C. y 1523 d.C., los mixtecos fueron una de las principales culturas de Mesoamérica. El término mixteco hace referencia al vocablo náhuatl mixtecah, cuyo significado es «gente de las nubes». Durante el apogeo del Imperio azteca, numerosas comunidades mixtecas se vieron obligadas a pagar un oneroso tributo, a excepción de algunos pueblos mixtecos que no se plegaron a rendirles vasallaje. Su resistencia duró hasta la llegada de los españoles bajo el mando de Pedro de Alvarado en 1518.
En época precolombina, entre los años 1500 a.C. y 1523 d.C., los mixtecos fueron una de las principales culturas de Mesoamérica.
Desde que en 2004 se iniciaran las primeras excavaciones en San Juan Ixcaquixtla se han realizado aquí numerosos hallazgos. Ese mismo año se encontró una tumba de tres cámaras y una pintura mural extraordinaria, y una década mas tarde, en 2013, se descubrió otra tumba más a la que se suma ahora la recién descubierta en 2023. Esta última presenta la ventaja de no haber sido saqueada, lo que permitirá a los arqueólogos obtener un mayor conocimiento acerca de las costumbres funerarias de los habitantes de la región.
Entierros de la élite
En la tumba que se acaba de localizar, hasta el momento se han hallado dos cámaras de cuatro metros de altura por dos metros de ancho que formarían parte de un complejo funerario mucho mayor. En su interior se han identificado tres enterramientos que contienen los restos óseos de, al menos, veinte individuos, datados en el período Clásico Mesoamericano (100-650 d.C.).
Hasta el momento se han encontrado dos cámaras de cuatro metros de altura por dos metros de ancho en el interior de la tumba.
Junto a los esqueletos se han documentado asimismo 150 vasijas de cerámica, un hueso humano tallado, un hacha votiva y tres yugos en forma de «U», elementos que a menudo se asocian con el juego de pelota. «Estos entierros forman parte de una tradición mortuoria en la que se creaban espacios para la deposición de múltiples individuos que, posiblemente, eran miembros de algún linaje de comerciantes-guerreros», ha declarado el director de la investigación, Alberto Diez-Barroso, respecto a las costumbres funerarias de esta población y la posible indentidad de los individuos que aquí fueron enterrados.
Fuente: nationalgeographic.com.es