El uso de la arqueometría permitió extraer datos inéditos de miles de objetos
Investigadores del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), de la UNAM y de la Universidad Autónoma de Guanajuato, descubrieron el origen de miles de piezas arqueológicas resguardadas en el Museo del Templo Mayor gracias al uso de nueva tecnología que permitió identificar datos inéditos de los objetos.
El equipo, encabezado por el investigador Emiliano Melgar Tísoc, trabajó durante cuatro años en la aplicación de técnicas avanzadas en 10 mil objetos de la colección lapidaria del Templo Mayor, los cuales ahora se conoce de dónde son originarios y algunos materiales que los conforman.
Los especialistas utilizaron la arqueometría para determinar el origen de las piezas. Por ejemplo, mediante la microespectroscopía Raman se identificó que los azabaches de Templo Mayor provienen de un yacimiento ubicado en Totolapan, Chiapas.
Con esta técnica también se identificó jadeíta azul, conocido como jade azul olmeca, lo que significa que existen más objetos de la época olmeca en el Templo Mayor que los que se tenían registrados.
Investigadores también realizaron análisis de huellas de manufactura con el que lograron ubicar figurillas hechas por toltecas, como una cabeza de mono araña, así como algunas piezas estilo xochicalca y otras del periodo Clásico maya, estilo Nebaj.
Estos trabajos permitieron registrar a las piezas por su lugar de origen, como algunos objetos teotihuacanos que carecían de identificación.
Melgar Tísoc explicó que, a través de mediciones matemáticas, lograron identificar un patrón en las máscaras y figurillas mezcala con lo que lograron registrar ocho formas de hacer este tipo de piezas.
Los resultados de estos cuatro años de trabajo son presentados en la obra Templo Mayor. Nuevas miradas desde la arqueometría y el estilo y en la exposición Tlateccáyotl. Los artistas de las piedras preciosas en el Museo del Templo Mayor en la Ciudad de México.
Fuente: lajornadamaya.mx