He aquí algunos de los principales motivos por los que creo que todavía se siguen necesitando más científicos dentro de la arena política española.
Hoy en día, la mayoría de nuestros políticos disponen de un perfil académico normalmente basado en los campos de las ciencias sociales o jurídicas y las humanidades. Si bien en los últimos tiempos hemos podido ver algunos científicos que decidieron dar el salto a la primera línea política, como Javier Solana, Alfredo Pérez Rubalcaba, Gaspar Llamazares o Pablo Echenique, sigue siendo bastante inusual encontrar políticos con una clara formación científica.
Fomento de la cultura científica. El primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, sorprendió a todo el mundo cuando en una rueda de prensa supo responder a una pregunta sobre computación cuántica. Desafortunadamente, hoy en día aún resulta bastante inusual ver a un político español capaz de responder una pregunta sobre ciencia de una forma tan contundente. El hecho de que un político se atreva a introducir y explicar términos científicos en una rueda de prensa resulta indispensable para mejorar la cultura científica de nuestra sociedad. De modo similar, en los últimos tiempos hemos presenciado cómo se han logrado introducir algunos términos técnicos sobre economía, tales como prima de riesgo, que se han incorporado de forma natural en nuestras vidas cotidianas. ¿Se imaginan a Mariano Rajoy contestando en un futuro una pregunta sobre mecánica cuántica en lugar de una sobre deporte?
Capacidad de trabajo en equipo. En el área de la ciencia, es muy habitual que los investigadores colaboraren y cooperaren con diferentes equipos de investigación para llevar a cabo trabajos en los que se requiere el conocimiento de distintas disciplinas. Por tanto, el científico está en continua interactuación con numerosos investigadores con los que en ocasiones resulta difícil llegar a un mismo punto de interés. El científico está acostumbrado a dialogar y a enfrentarse a los problemas desde diferentes puntos de vista para llegar a un mínimo común denominador con los distintos grupos investigadores. Tal y como está el panorama español actual, resulta evidente que se necesitan más políticos capaces de dialogar, entender diferentes puntos de vista y alcanzar consensos con partidos en cuestiones de suma importancia para la sociedad.
Necesitamos más científicos dentro del Gobierno que puedan legislar, tomar decisiones importantes, como las partidas presupuestarias en I+D y saber en qué sectores estratégicos de ciencia y tecnología hay que invertir.
Método científico para la resolución de problemas. Los científicos están acostumbrados a resolver problemas mediante un proceso de análisis e investigación para descubrir las causas que los originan y a continuación proceder con las posibles soluciones de un modo sistemático y pragmático. Así pues, la mente científica está habituada a examinar los problemas de forma detallada y a ser resolutiva a la hora de buscar soluciones. Los políticos actuales deberían aplicar una metodología más científica para tratar de ser más eficaces y eficientes a la hora de resolver los problemas que incumben a la sociedad.
Conocimiento de los sectores estratégicos en I+D. Por último, resulta evidente que la investigación, el desarrollo y la innovación (I+D+i) deben convertirse en el actual motor productivo para que España pase a ser un país competitivo. Desafortunadamente, la inversión pública en I+D en España acumula un recorte del 35 por ciento en los últimos años, mientras que Alemania la ha aumentado en más del 18 por ciento en el mismo periodo. Por ello, necesitamos más científicos dentro del Gobierno que puedan legislar, tomar decisiones importantes, como las partidas presupuestarias en I+D y saber en qué sectores estratégicos de ciencia y tecnología hay que invertir. En resumen, necesitamos una invasión de científicos valientes que asuman el reto de aventurarse en las embarradas aguas políticas españolas.
Fuente: huffingtonpost.es / Manuel Souto Salom