Tiene poco menos de cinco millones de habitantes, pero eso no le ha impedido a Costa Rica ponerse en la vanguardia de la innovación en América Latina.
De ser conocidos como exportadores de café y banano, los “ticos” evolucionaron hacia la fabricación de microchips en la década de los 90 y luego hacia la exportación de servicios y tecnología avanzada, aprovechando el talento de una población educada y bilingüe.
Pero esa es solo una de las muchas razones que le han permitido al país centroamericano seguir un camino muy distinto al de vecinos como Nicaragua, El Salvador u Honduras.
“Que empresas como Microsoft, Intel, Hewlet Packard, Google, Amazon estén en Costa Rica, es gracias al alto nivel educacional de la población, además de la estabilidad social y política”, le dice a BBC Mundo Pedro Beirute, gerente general de la Promotora del Comercio Exterior de Costa Rica (Procomer).
Al país también centroamericano también le ha favorecido su ubicación geográfica y la buena conectividad con el resto de las economías latinoamericanas y Estados Unidos.
Y esas ventajas, junto a una apertura comercial que comenzó hace tres décadas, lo ha convertido en un imán para las grandes multinacionales tecnológicas y en el país más innovador de América Latina después de Chile, según el Global Innovation Index 2019.
No todo es perfecto: esa rápida transformación económica se ha dado en un país que aún tiene 20% de pobreza y 12% de desempleo.
Y a sus problemas de infraestructura y burocracia, se suma un galopante déficit fiscal de 6% del Producto Interno Bruto, que ha puesto al gobierno de Carlos Alvarado a recortar el gasto público y recaudar más impuestos a través de una reforma fiscal.
En medio de estos desafíos, sin embargo, el país sigue embarcado en su plan de atraer más inversión extranjera directa, fomentar la creación de nuevas empresas tecnológicas y exportar productos con valor agregado.
Un cohete a Marte en 39 días
Uno de los símbolos de la innovación costarricense es el laboratorio Ad Astra Rocket que tiene en Costa Rica el científico Franklin Chang, uno de los primeros astronautas latinoamericanos que viajó al espacio.
Además de crear tecnologías de hidrógeno para disminuir la contaminación del transporte, uno de los proyectos estrella de Chang es un revolucionario invento para llevar un cohete a Marte en 39 días, utilizando un motor de plasma.
Y también los ticos se enorgullecen de haber puesto en el espacio el primer satélite centroamericano en 2018, desarrollado por científicos del Tecnológico de Costa Rica.
Con la meta de “descarbonizar” su economía para el año 2050 – que implica eliminar el uso de combustibles fósiles-, el país también ha apostado por la biotecnología para desarrollar energías renovables.
Y sus científicos están de cabeza trabajando en innovaciones para hacer realidad el sueño de convertirse en un “país verde”.
“Tenemos el talento, solo necesitamos más empresas”, dice Cyndi Torres, profesora de la Universidad de Costa Rica, dedicada a la investigación en desarrollo sostenible.
Por lo pronto, Costa Rica ha sido escenario de múltiples inventos, como el único robot humanoide en Latinoamérica que tiene manos de control suave para tareas de manipulación.
Y aunque muchas de las innovaciones están enfocadas en el desarrollo informático para mejorar la eficiencia de las empresas, la lista de inventos es larga. Algunas de ellos son:
Tratamientos contra el cáncer de pancreas, hígado y ovario
- Hemoderivados (medicamentos elaborados a partir de la sangre humana)
- Alimentos a base de insectos, como galletas, batidos y barritas de grillo.
- Dientes creados a partir de huesos de vacas y otros biomateriales dentales.
- Desarrollo de software para mejorar los sistemas eléctricos del país o para manejar digitalmente los sistemas de información en hospitales.
- Mejoramiento genético de especies
- Suero antiofídico para sobrevivir a la mordedura de serpiente
- Aplicaciones digitales para empresas y desarrollo de inteligencia artificial
- Generación de electricidad y calor a partir de los residuos del café
Y aunque son menos visibles, Costa Rica ha avanzado en el desarrollo de sistemas que hacen más eficientes los procesos de producción de las empresas (business process organization, BPO).
Un pequeño laboratorio experimental
Desde fines de los 90, el país tomó una acción decidida para que las empresas extranjeras se instalaran en sus zonas francas.
Fue así como la estadounidense Intel, la mayor productora mundial de microprocesadores, abrió una fábrica que llegó a ser responsable del 20% de las exportaciones nacionales a fines de los 90, hasta que en 2014 la cerró para trasladarla a Asia, donde los costos de producción son más baratos.
Atrás, sin embargo, dejó un laboratorio de investigación que emplea mano de obra altamente calificada conocido como el Megalab de Intel.
“Se llevaron la línea de producción, pero dejaron el valor agregado para exportar conocimiento”, destaca Beirute.
Así como Intel, hay cerca de 100 empresas dedicadas a generar productos derivados de las llamadas “ciencias de la vida”, con aplicaciones en tecnología médica, agricultura, alimentos o la industria farmacéutica.
De hecho, uno de los símbolos de startups ticas exitosas, es Establishment Labs, la primera empresa costarricense que transa sus acciones en el Nasdaq.
Su foco es la exportación de dispositivos médicos como, por ejemplo, implantes mamarios que incorporan un chip en su interior y se venden en cerca de 70 países.
Y esa es precisamente una de las grandes apuestas de Costa Rica: la exportación de aparatos médicos como válvulas para el corazón, instrumentos para realizar exámenes y otros productos utilizados en hospitales.
A pesar de los desarrollos recientes, la historia de innovación comenzó hace muchos años.
“Hemos innovado desde que se abolió el ejército hace 70 años y esos recursos se invirtieron en educación”, le dice a BBC Mundo Luis Jiménez, director de la Agencia Universitaria para la Gestión del Emprendimiento, de la Universidad de Costa Rica.
Jiménez cuenta que el país tiene uno de los tres centros de desarrollo de equipos médicos más grandes del mundo y destaca como el sector público, a través de las universidades, ha liderado la inversión en innovación tecnológica.
“Costa Rica es un pequeño laboratorio para el resto del mundo”, apunta Jiménez.
Economía diversificada
Costa Rica lleva décadas ampliando su apertura comercial (ha firmado cerca de 50 acuerdos de libre comercio), invierte el 8% del PIB en educación y, como no gasta recursos en Fuerzas Armadas, tiene más dinero para invertir en investigación y desarrollo.
Sus exportaciones representan cerca del 35% del PIB, un nivel que los deja en una muy buena posición respecto a otros países desarrollados.
La industria de los viajes (de turismo, educación y salud), ocupa el primer lugar de las ventas al exterior, seguida por los servicios empresariales y los productos del campo de la informática y las telecomunicaciones, según los datos de Procomer.
Y si se agrupan todos los productos de dispositivos médicos, el sector supera en su conjunto a la exportación de piña y componentes electrónicos, con un 28% del total exportado del país.
Innovación en medio de la pobreza
“La innovación nos ha dado una ventaja comparativa sobre otros países y, aunque no tenemos un canal como Panamá, hemos logrado despegar”, dice el periodista costarricense Esteban Mata, en conversación con BBC Mundo.
Sin embargo, advierte que la pobreza sigue siendo alarmante y que existe un retroceso en la situación económica que puede tener efectos sobre los avances innovadores.
Al recorte parcial en el financiamiento de créditos universitarios, se suman otros problemas sociales como el aumento de las muertes violentas, un fenómeno que también juega en contra del desarrollo de nuevos negocios.
“Se vende a Costa Rica como un paraíso, pero en realidad no lo es”, agrega Mata.
Los gigantes tecnológicos y las pequeñas empresas
Algunas de las grandes compañías extranjeras han establecido en Costa Rica sus sedes latinoamericanas, mientras que otras han llevado al país operaciones en el área de servicios como atención al cliente, contabilidad, finanzas, soporte tecnológico y manejo de recursos humanos.
“Muchas son multinacionales tecnológicas que funcionan en zonas francas, tienen alta productividad y le pagan muy bien a sus empleados” le dice a BBC Mundo Galileo Solís, especialista senior en Competitividad, Tecnología e Innovación del Banco Interamericano de Desarrollo, BID.
Pero como si fuera una realidad paralela, el 95% de las compañías de Costa Rica vive en otro mundo.
“La mayoría son empresas locales pequeñas o medianas con baja productividad”, explica.
Se trata de un país dividido: una Costa Rica innovadora y pujante, y una Costa Rica más bien rezagada.
“Aunque su economía crece razonablemente bien, hay bastante desigualdad y trabajos mal remunerados en la base de la pirámide”, agrega Solís.
“Es un país innovador que tiene grandes desafíos sociales”, concluye.
Fuente: BBC