Según los investigadores, existe un suministro casi ilimitado de agua dulce en forma de vapor de agua por encima de los océanos de la Tierra, pero sigue sin aprovecharse.
Un nuevo estudio de la Universidad de Illinois Urbana-Champaign (Estados Unidos) es el primero en sugerir una inversión en nuevas infraestructuras capaces de cosechar el vapor de agua oceánico como solución a los limitados suministros de agua dulce en varios lugares del mundo.
El estudio, dirigido por el profesor de ingeniería civil y medioambiental y director ejecutivo del Instituto de Investigación Prairie, Praveen Kumar y publicado en la revista ‘Nature Scientific Reports’, evaluó la viabilidad de una hipotética estructura capaz de captar el vapor de agua de la superficie del océano y condensarlo en agua dulce en 14 lugares con problemas de agua en todo el mundo, y hacerlo de forma que siga siendo viable ante el continuo cambio climático.
«La escasez de agua es un problema mundial y nos toca de cerca aquí en Estados Unidos por el descenso de los niveles de agua en la cuenca del río Colorado, que afecta a todo el oeste del país –explica Kumar en un comunicado–. Sin embargo, en las regiones subtropicales, como el oeste de Estados Unidos, los océanos cercanos están evaporando agua continuamente porque hay suficiente radiación solar debido a la escasa cobertura de nubes durante todo el año».
Según los investigadores, las técnicas anteriores de reciclaje de aguas residuales, siembra de nubes y desalinización sólo han tenido un éxito limitado. Aunque están implantadas en algunas zonas del mundo, las plantas desalinizadoras se enfrentan a problemas de sostenibilidad debido a la salmuera y a las aguas residuales cargadas de metales pesados que producen, hasta el punto de que California ha rechazado recientemente las medidas para añadir nuevas plantas desalinizadoras.
«En algún momento tendremos que encontrar una forma de aumentar el suministro de agua dulce, ya que la conservación y el agua reciclada de las fuentes existentes, aunque sean esenciales, no serán suficientes para satisfacer las necesidades humanas. Creemos que nuestro nuevo método propuesto puede hacerlo a gran escala», asegura Kumar.
Los investigadores realizaron análisis atmosféricos y económicos de la colocación de hipotéticas estructuras marinas de 210 metros de ancho y 100 metros de altura.
A través de sus análisis, los investigadores concluyeron que la captura de humedad sobre las superficies oceánicas es factible para muchas regiones con problemas de agua en todo el mundo. El rendimiento hídrico estimado de las estructuras propuestas podría abastecer de agua dulce a grandes núcleos de población en los subtrópicos.
Una de las proyecciones más sólidas del cambio climático es que las regiones secas se volverán más secas y las zonas húmedas, más húmedas. «Las regiones actuales que sufren escasez de agua probablemente serán aún más secas en el futuro, lo que agravará el problema –alerta la profesora de ciencias atmosféricas y coautora del estudio Francina Domínguez–. Y, por desgracia, la gente sigue trasladándose a zonas con escasez de agua, como el suroeste del país».
Sin embargo, esta proyección de condiciones cada vez más áridas favorece la nueva tecnología de recolección de vapor del océano.
«Las proyecciones climáticas muestran que el flujo de vapor oceánico no hará más que aumentar con el tiempo, proporcionando aún más suministro de agua dulce –afirma la estudiante de posgrado Afeefa Rahman, coautora del estudio–. Por lo tanto, la idea que proponemos será factible bajo el cambio climático. Esto proporciona un enfoque muy necesario y eficaz para la adaptación al cambio climático, en particular para las poblaciones vulnerables que viven en las regiones áridas y semiáridas del mundo».
Los investigadores destacan que una de las características más elegantes de esta solución propuesta es que funciona como el ciclo natural del agua.
«La diferencia es que podemos guiar hacia dónde va el agua evaporada del océano –explica Domínguez–. «cuando Praveen me planteó esta idea, ambos nos preguntamos por qué nadie había pensado en ella antes, porque parecía una solución tan obvia. Pero no se ha hecho antes, y creo que se debe a que los investigadores están muy centrados en las soluciones terrestres, pero nuestro estudio demuestra que, de hecho, existen otras opciones», resalta.
Los investigadores afirman que este estudio abre la puerta a novedosas inversiones en infraestructuras que pueden hacer frente de forma eficaz a la creciente escasez mundial de agua dulce.
Fuente: EP