De acuerdo con una investigación de la Organización Meteorológica Mundial (OMM) publicada esta mañana, en 2016 la cantidad de dióxido de carbono en la atmósfera alcanzó su nivel más alto en los últimos 800,000 años, en el marco de una pronunciada curva ascendente que está conduciendo al planeta a un pernicioso, pronunciado e inevitable calentamiento global.
El récord histórico ha sido medido gracias al análisis de núcleos de hielo antártico e “instrumentos modernos”, que han permitido estimar las concentraciones de este gas en un extenso marco de tiempo.
Efectos de la industrialización
El aumento de las mismas coincide con la intensificación de las actividades productivas durante la era industrial, que comenzó en 1750, que además dieron inicio a una explosión demográfica mundial, mientras la industrialización de una serie de procesos empezó a requerir de un creciente uso de combustibles fósiles.
Los niveles de este gas de efecto invernadero (el dióxido de carbono se encarga de encapsular en nuestra atmósfera la radiación de onda larga, impidiendo que el planeta pierda el calor que naturalmente debería despedir, al reflejar la radiación solar) aumentaron a velocidades récord el año pasado, alcanzando las 403,3 partes por millón (la marca de 2015 fue de 400 ppm), según el boletín de la OMM.
Un futuro sombrío
Si bien el CO2 es un gas eminentemente producido por la actividad humana (desde el consumo energético, la actividad fabril y la ganadería), un intenso fenómeno de El Niño determinó la aparición de “fases cálidas y frías de un patrón climático recurrente en el Pacífico tropical”, según la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de los Estados Unidos.
Petteri Taalas, secretario general de la OMM, dijo que el CO2 permaneció en la atmósfera por cientos de años y en los océanos por incluso más tiempo. “Las leyes de la física indican que enfrentaremos un clima mucho más caliente y más extremo en el futuro. Actualmente, no existe una varita mágica para eliminar este CO2 de la atmósfera”.
El Acuerdo de París
Si bien las emisiones fruto de la producción de energía (la generada, por ejemplo, por plantas generadoras de electricidad que emplean carbón) no han aumentado durante tres años consecutivos, según la Agencia Internacional de Energía (AIE), otros sectores vienen impulsando el crecimiento sostenido.
De mantenerse, podremos despedirnos pronto de la meta trazada por el Acuerdo de París, que propone implementar globalmente políticas ambientales que frenen el calentamiento global y retengan de la temperatura media mundial muy por debajo de 2 °C sobre los niveles preindustriales. A principios de junio, sin embargo, el presidente Donald Trump anunció que los Estados Unidos se retirarían del Acuerdo de París y comenzarían las conversaciones para volver a entrar o negociar un nuevo acuerdo.
Riesgo global
Las emisiones CO2 para el año 2050 llegarían a su nivel más alto en por lo menos 50 millones de años, de acuerdo con un estudio de abril, de la Universidad de Southampton. EE.UU. A partir de las mismas estimaciones con hielo antártico, se modeló que hace 500 millones de años la Tierra tenía 20 veces más CO2 en su atmósfera, curso que la naturaleza fue regulando.
Hoy el problema se agrava cuando consideramos que el Sol actualmente está más caliente que en cualquier punto de su historia. Este calentamiento de nuestra estrella en los últimos 500 millones de años fue compensado por una disminución de los niveles de CO2, dando lugar a una Tierra no tan cálida e incluso con hielo en sus polos. Ello mantuvo la temperatura global en un rango en que la aparición de una diversidad de formas de vida fue posible, lo cual hoy está en riesgo.
Fuente: rpp.pe