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China se consolida dentro de la élite científica mundial

China se consolida dentro de la élite científica mundial

El 31 de marzo de 1978, un hombre de 86 años de edad que sufría de neumonía, hizo su última aparición pública en el Gran Salón del Pueblo de Beijing.

Estaba demasiado enfermo para leer su discurso, así que un locutor lo leyó en su nombre. Sus 1.750 palabras abrieron una nueva era para el desarrollo científico de China. El anciano falleció tres meses después.

Ese hombre fue Guo Moruo, primer presidente de la Academia de Ciencias de China. Su discurso se tituló “La primavera de la ciencia”. En el texto, Guo animaba a los científicos chinos a echar a un lado la sombra de un movimiento anti-intelectual decadente, y a trabajar duro para cruzar nuevas fronteras y contribuir al país y al pueblo.

“Por favor, no dejes que tus fantasías sean monopolizadas por los poetas”, expresó Guo a sus ilustres compañeros, añadiendo que los avances globales, desde explorar la Luna hasta conocer las profundidades de los océanos eran hazañas que constituían pilares del folclore chino, posibles a través de la ciencia y la tecnología.

“Ve y crea. Inscribe nuestra obra maestra no en papeles finitos, sino en el cosmos infinito”, instó en su discurso. “La primavera más gloriosa para la ciencia en toda la historia de nuestra nación ya está aquí; extendamos nuestros brazos y abrazemos calurosamente este momento.”

Las palabras de Guo concluyeron la Conferencia Nacional de Ciencias, una reunión de dos semanas durante la cual Deng Xiaoping, gran arquitecto de la política de reforma y apertura, ofreció luz verde al desarrollo científico y exhortó a la nación a respetar y apoyar a los intelectuales.

El impacto de esa reunión sigue sintiéndose hasta hoy. De hecho, el 2018 se recordará como uno de los años cruciales para las ambiciones científicas de China. No sólo marcó el 40 aniversario de la reforma y la apertura, también creó la estabilidad socioeconómica y la crucial prosperidad para el desarrollo científico, permitiendo a los científicos forjar un nuevo terreno y romper con los bloqueos tecnológicos para convertir a China en uno de los centros de ciencia e innovación más influyentes del mundo.

De las estrellas a las células, los nuevos descubrimientos y los hitos se lograron casi mes tras mes.

El telescopio esférico de apertura de 500 metros, -telescopio de radio de un solo plato más grande del mundo- descubrió su primer púlsar milisegundo, un tipo especial de estrella de neutrones que rota cientos de veces por segundo. Este descubrimiento podría ayudar a los científicos a detectar nuevos tipos de ondas gravitacionales.

Además, los científicos chinos produjeron el primer mono clonado del mundo, crearon los primeros cachorros sanos nacidos de padres del mismo sexo y descubrieron que un tipo de araña puede producir una sustancia parecida a la leche para alimentar a sus crías.

“Estamos en la mejor era de la historia de la ciencia y la innovación”, aseguró Bai Chunli, presidente de la Academia de Ciencias de China, en un foro celebrado en marzo en ocasión del 40 aniversario de “la primavera de la ciencias”.

Oscilación completa

A pesar de que la economía china y de muchos otros países se encuentran bajo presión, el desarrollo científico de la nación todavía se mantiene en pleno apogeo y no emite signos de desaceleración.

En 2017, el gasto total de investigación y desarrollo de China alcanzó un récord de 1,76 billones de renminbi (259 mil millones de dólares), lo que representa un aumento interanual del 12,3 por ciento, indicó un informe publicado por la Oficina Nacional de Estadísticas de China. Esta cifra ostenta el segundo lugar del mundo, detrás de Estados Unidos.

China ahora cuenta con el mayor número de trabajadores relacionados con la ciencia, alcanzando 6.210.000 investigadores en el 2017. Sin embargo, con una población de más de 1,3 mil millones, el país está por debajo de otras naciones en términos de densidad de fuerza laboral científica.

De acuerdo con la edición 2018 de los datos estadísticos de la ciencia y la tecnología chinas, desde el 2008 y hasta octubre del 2018, los científicos chinos publicaron más de 2.270.000 documentos internacionales, perfilándose en segundo lugar y a sólo 3,9 millones de publicaciones de los estadounidenses.

El año pasado, los científicos del país se trasladaron al segundo lugar, detrás de los Estados Unidos, en dos campos nuevos para ellos: la ciencia de la tierra y la ciencia de plantas y animales. En total, China ocupa el segundo lugar a nivel mundial en diez campos científicos: la ciencia agrícola; química informática; ingeniería ciencias ambientales; matemáticas, física y productos farmacéuticos, entre otros.

Además de factores como el presupuesto, la fuerza laboral y la producción científica, China también comenzó a reformar sus instituciones científicas el año pasado para reducir el papeleo burocrático. El Ministerio de Ciencia y Tecnología de China y la Academia de Ciencias de China se han estado probando nuevas reglas para agilizar la administración, conceder más autonomía a los investigadores y crear sistemas más eficientes para gestionar los fondos y los gastos.

“El objetivo de las reformas es reducir el tiempo y la energía que los trabajadores científicos necesitan para invertir en los trámites burocráticos y proporcionar una gestión y servicios más eficaces para que innoven”, indicó Xie Pengyun, director de planeamiento y desarrollo en la Academia de Ciencias de China.

Mirando hacia el futuro

En abril, ZTE, el segundo fabricante de equipos de telecomunicaciones más grande de China, se vio obligado a suspender las operaciones debido a que los inventarios estaban casi agotados. La situación surgió después de que los Estados Unidos impusieran una prohibición de siete años a esta empresa que compraba componentes cruciales, incluidos los chips informáticos, después de las acusaciones de que habían infringido las sanciones de exportación de bienes a Irán.

Aunque la prohibición se levantó tres meses más tarde, el incidente fue una llamada que ilustró cuán dependientes y vulnerables son las industrias chinas a las interrupciones en el suministro de equipos importados, especialmente aparatos y productos de gama media y alta.

Al mismo tiempo, todavía hay margen de mejora en el impulso científico de China. La cantidad de fondos para investigación y desarrollo asignados para la investigación básica sigue por detrás de los países desarrollados. Además, el número de colaboraciones internacionales y de personal extranjero en China, tanto en la investigación como en las industrias de alta tecnología, son notablemente más bajos que en otras potencias tecnológicas como los Estados Unidos.

El impacto y la calidad de los documentos científicos de China también dejaron mucho que desear. Los documentos publicados por científicos chinos en la última década recibieron un promedio de 10 citas per cápita, clasificando a China en el lugar 16 de las 22 naciones que habían publicado más de 200.000 documentos durante el mismo período, de acuerdo con los datos del 2018.

Para abordar estas cuestiones, Bai Chunli, presidente de la Academia de Ciencias de China, indicó en diciembre que los científicos chinos necesitarán centrarse en resolver cuestiones técnicas clave que están obstaculizando el desarrollo socioeconómico de la nación.

“Necesitamos mejorar la investigación científica básica y fronteriza, superando así nuestra falta de investigación y capacidad innovadora”, resaltó.

“China también elevará el número de intercambios internacionales y profundizará la cooperación en las ciencias, y verificará nuevas contribuciones para abordar los desafíos comunes y facilitar el progreso del orbe”, auguró Bai.

Bai agregó que el país también emprenderá una serie de reformas para nutrir y desatar todo el potencial de talento nacional, atraer a expertos extranjeros de alta calidad y mejorar la ética de la investigación y la honestidad académica.

“Necesitamos mayor coraje, resolución y tenacidad para superar los cuellos de botella de la ciencia y el desarrollo”, subrayó Bai.

“Esto permitirá una integración más profunda entre la ciencia y la economía, abriendo así el camino para que China pase a ser una nación más fuerte”, concluyó.

Fuente: spanish.people.cn

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