Un equipo de investigadores de la Universidad Nacional de Córdoba desarrolló nanocristales de albendazol con un nuevo sistema que le permitió moler la sustancia.
Investigadores de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC) lograron producir, aplicando la nanotecnología al diseño de medicamentos, un efectivo fármaco antiparasitario que permite reducir en un 75 por ciento la dosis necesaria para eliminar una gran variedad de parásitos, tanto en humanos como en animales, además de disminuir la toxicidad en el organismo.
Los investigadores idearon una estrategia para solucionar el problema de la escasa solubilidad de los antiparasitarios, aplicando la tecnología al diseño de medicamentos, una tendencia a nivel mundial en el campo farmacéutico, según señala un informe de la Agencia Universitaria de Comunicación de la Ciencia, el Arte y la Tecnología (Uniciencia).
El trabajo estuvo centrado en la producción a escala nanométrica de albendazol, una potente droga de amplio espectro, muy utilizada para combatir parásitos internos y que se administra por vía oral (comprimidos o suspensión).
Señala el informe que los nanocristales de albendazol son altamente efectivos y permiten reducir un 75 por ciento la dosis necesaria para eliminar una gran variedad de parásitos y, de esa forma, se disminuye fuertemente el nivel de toxicidad en el organismo, tanto en humanos como en animales.
El trabajo fue realizado por especialistas del Departamento de Farmacia de la UNC, quienes junto con diseñadores industriales desarrollaron también una innovadora técnica para obtener el producto a escala industrial, cuya patente ya está en tramitación.
Los antiparasitarios constituyen el grupo de medicamentos más utilizados en el campo de la medicina veterinaria y también son empleados con frecuencia para combatir enfermedades graves en humanos, como la hidatidosis y otras patologías transmitidas por el contacto entre personas y animales (zoonóticas).
Pese a su alta efectividad, estas drogas suelen presentar efectos adversos debido a su elevado nivel de toxicidad, provocando daño hepático y otros problemas de salud.
Mediante una técnica de molienda especial, los investigadores de la UNC lograron obtener nanocristales de esa droga, es decir, pequeñísimas partículas (similares al tamaño de una bacteria) de ese principio activo.
Su diminuto tamaño asegura que, una vez en contacto con un medio acuoso (como por ejemplo los fluidos del estómago), la droga se redispersa rápida y eficazmente en el organismo.
Los científicos no solo desarrollaron el producto, sino que también idearon un sencillo aparato que permite obtener los nanocristales a bajo costo y a gran escala.
Se trata de un micromolino que utiliza la técnica de “molienda por perlas”, en la cual se logra reducir el tamaño de las partículas del fármaco a nivel nano, mediante un proceso de fuerte agitación.
“En la cámara de una molienda, se coloca la suspensión del fármaco y se le agregan microesferas de circonio, que son pequeñas bolitas de un material extremadamente resistente. Al aplicar agitación, las esferas chocan entre sí y con la pared de la cámara, generando la molienda del fármaco”, explicó Alejandro Paredes, investigador y autor de una tesis doctoral en Ciencias Químicas sobre este tema.
La principal ventaja de este método es que permite producir micro y nanopartículas a nivel industrial, lo que la diferencia de otra técnica comúnmente utilizada (homogeneización de alta presión), más lenta, costosa y poco escalable.
Actualmente, se está tramitando la obtención de la patente del novedoso equipamiento (UNC y Conicet), en cuyo diseño y fabricación participaron egresados de la carrera de Diseño Industrial y la Agencia para el Desarrollo Económico de Córdoba.
El pequeño prototipo funciona en el Departamento de Farmacia de la Facultad de Ciencias Químicas, y está en marcha una versión más avanzada, que incluye mejores prestaciones (materiales más resistentes, sistema de refrigeración y otras). El equipo, además, fue presentado en la convocatoria Innovar 2016.
Fuente: Télam