La mayoría de estudios realizados al respecto sugieren que, durante los próximos diez años, el número de individuos afectos por la diabetes mellitus -el exceso de azúcar sanguíneo- aumentará exponencialmente en lugar de disminuir como preferirían todos los profesionales sanitarios.
Muchos de estos pacientes, tanto los ya conocidos como los que serán diagnosticados en un futuro no muy lejano, necesitarán usar insulina artificial externa para controlar su enfermedad. De hecho, ya son muchos los que precisan de dicha hormona para controlar su enfermedad debido a que los fármacos orales no lo consiguen por sí mismos.
El problema es que, según un nuevo trabajo publicado en The Lancet y realizado por los investigadores de la Universidad de Stanford (Estados Unidos), si la tendencia continúa, no habrá suficiente insulina para todos. Según los investigadores, existe un riesgo significativo de que hasta la mitad de los individuos diabéticos que necesiten insulina no puedan tener acceso a la misma.
Lejos de disminuir, las tasas de diabetes no han hecho más que aumentar de forma constante durante los últimos treinta años. Durante la década de 1980, «solo» el 5% de los adultos de todo el mundo sufría diabetes mellitus, una tasa que actualmente roza el 9%. Por tanto, también han aumentado otras enfermedades que no serían más que complicaciones de la misma diabetes, como es el caso de la insuficiencia renal, accidente cerebrovascular o ictus, patologías del sistema nervioso central, e incluso riesgo de ceguera por retinopatía diabética.
Según los científicos de Stanford, aunque no todos los diabéticos requieren insulina para controlar su enfermedad, el acceso a la misma cada vez es más complicado. Los precios se han disparado paulatinamente dado el monopolio ejercido por tres grandes compañías farmacéuticas, que fueron demandadas en 2017 por conspiración.
De hecho, en 2016 otro trabajo publicado en la revista JAMA llegó a la conclusión de que el precio de la insulina casi se ha triplicado entre los años 2002 y 2013, pero los costes asociados a la fabricación de la misma no han variado. Por tanto, alguien se está enriqueciendo por el camino.
Sanjay Basu, profesor de medicina de la Universidad de Stanford y autor principal del estudio, decidió hacer un balance sobre la situación de la insulina tanto a nivel de coste económico como accesibilidad a la misma, teniendo en cuenta las tendencias actuales.
Gracias a los datos de la Federación Internacional de Diabetes, extraídos de 14 estudios de cohortes donde se involucró al 60% de individuos con diabetes tipo 2 de todo el mundo, se llegó a varias conclusiones:
- La prevalencia de diabetes tipo 2 aumentará entre los años 2018 y 2030.
- Se espera que el número total de pacientes con diabetes tipo 2 aumente desde los 406 millones actuales a los 511 millones diagnosticados en 2030.
- La mitad de los pacientes con diabetes tipo 2 provendría de solo tres países: China, India y los Estados Unidos.
- Hasta 79 millones de estos pacientes necesitarían insulina. Sin embargo, solo 39.5 millones de pacientes podría acceder a la misma.
- Los continentes de África y Asia serían los que más dificultades tendrían para acceder a la insulina.
Por ello, la conclusión de los investigadores es que, a pesar de los esfuerzos realizados por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para garantizar el acceso universal a medicamentos como la insulina, la realidad es que dichos esfuerzos no han sido suficientes, y la insulina escasea en gran parte de los pacientes.
Fuente: elespanol.com