Los rumores sobre la decisión de Donald Trump de sacar a EEUU del acuerdo global contra el cambio climático firmado en París en diciembre de 2015 y su propio anuncio el miércoles en redes sociales de que en “los próximos días” daría a conocer si saca o no a su país de la lucha contra el aumento de la temperatura en todo el mundo hicieron saltar todas las alarmas en la comunidad internacional y en el mundo académico dedicado a las ciencias climáticas. Pero, ¿qué supondría la retirada de EEUU del histórico acuerdo? ¿Cuáles serían las consecuencias para el clima de la Tierra? ¿Aumentarían las catástrofes naturales?…
¿Qué significa que EEUU salga del Acuerdo de París?
El Acuerdo de París contra el cambio climático es la iniciativa más ambiciosa jamás acometida por la comunidad internacional para evitar las peores consecuencias del aumento global de la temperatura, tales como devastadores ciclones, tormentas tropicales más potentes, inundaciones de países enteros en el Pacífico o graves sequías en lugares como California, África u Oriente Medio. El documento fue acordado y firmado por 195 países de todo el mundo más la Unión Europea.
La retirada de EEUU de los compromisos adquiridos en París en diciembre de 2015 supondría que el país norteamericano saldría de ese grupo de países en el que están todas las primeras economías del mundo. De hecho, sólo dos países no han firmado el histórico documento Siria -al que seis años de devastadora guerra han impedido su inclusión- y Nicaragua, que se retiró de las negociaciones como protesta por la falta de ambición y de obligatoriedad. Incluso Corea del Norte ha firmado el acuerdo contra el cambio climático.
¿A qué se comprometió EEUU en el Acuerdo de París?
Estados Unidos es el segundo mayor emisor del mundo de los gases causantes del efecto invernadero, sólo por detrás de China. El compromiso adquirido por el país norteamericano bajo la presidencia del predecesor de Donald Trump, Barack Obama, era la reducción de sus emisiones antes del año 2025 en entre un 26% y un 28% por debajo de los niveles registrados en el año 2005.
Una cifra que tenía cierta trampa -y causó encendidos debates en las cumbres climáticas previas e incluso en París- porque la mayoría de los países industrializados con objetivos ambiciosos de reducción, como los (entonces) 28 Estados miembros de la Unión Europea, tomaban de referencia el año 1990, cuando la quema de carbón estaba en uno de sus puntos álgidos, las renovables todavía no habían penetrado como en el siglo XXI y la eficiencia energética era aún un concepto en construcción.
¿Qué efecto podría tener sobre el aumento de la temperatura en todo el planeta?
Investigadores y expertos calculan que la retirada de EEUU del Acuerdo de París supondría la emisión de cerca de 3.000 millones de toneladas de dióxido de carbono extra cada año, lo que se traduciría en un aumento de la temperatura global de entre 0,1 y 0,3 grados centígrados antes de final de siglo. Puede parecer un incremento no demasiado alto, pero se debe tener en cuenta que se trata de un incremento sobre la cifra de aumento ya calculada que sitúa la temperatura global alrededor de los 2ºC de aumento respecto a la temperatura de la era preindustrial en los escenarios favorables.
Ese es precisamente el límite máximo señalado por los científicos como el umbral máximo a partir del cual se darían las peores consecuencias del cambio climático, aunque muchos de ellos (y está reflejado así en el Acuerdo de París) opinan que ese límite es de 1,5ºC de aumento.
Además, a ese efecto habría que sumar el efecto llamada que la retirada de EEUU podría tener en la comunidad internacional y que podría hacer que otros firmantes del acuerdo también diesen marcha atrás en sus compromisos.
¿Por qué Trump quiere que EEUU salga del acuerdo?
En parte, por electoralismo. París no liquida a las petroleras, pero sí a gran parte de las minas de carbón pequeñas e ineficientes cuya producción se quema a en térmicas bocamina para generar energía eléctrica y cuyos trabajadores votaron masivamente por Donald Trump en noviembre.
También está la cuestión ideológica. El ala ultranacionalista del Gobierno de Trump, liderada por su asesor político jefe, Steven Bannon, se opone a cualquier acuerdo internacional.
El ala llamada ‘globalista’, que lideran el máximo asesor económico del presidente, Gary Cohn -ex número dos del gigante de Wall Street Goldman Sachs- y el secretario de Estado, Rex Tillerson -ex presidente, precisamente, de ExxonMobil- quieren seguir dentro de París. La hija y el yerno de Trump -Ivanka y Jared Jushner, respectivamente- son considerados estos días las personas que tienen en sus manos el fiel de la balanza, informa Pablo Pardo.
Fuente: elmundo.es