Un período inusualmente sombrío y frío en el hemisferio norte debido a grandes erupciones volcánicas durante el siglo VI de nuestra era ha sido relacionado con la plaga de Justiniano, que asoló Europa.
Las condiciones climáticas excepcionalmente duras fueron significativamente perjudiciales para la agricultura y redujeron la producción de vitamina D entre la población. Esto significa que las personas que ya estaban debilitadas por el hambre también tenían que lidiar con un sistema inmune comprometido.
Decenas de millones de muertos
La bacteria Yersinia pestis comenzó en el año 542 y mató aproximadamente a la mitad o más de los habitantes de lo que entonces se consideraba el Imperio Romano de Oriente. La conocida como plaga de Justiniano se extendió a través de Europa desde el Mediterráneo hasta posiblemente tan al norte como Finlandia, y había matado a decenas de millones de personas para el siglo VIII.
El vínculo de esta plaga con un cambio climático repentino ha sido basado en dendrocronología o datación de anillo de árbol por investigadores de la Universidad de Helsinki. La serie de anillos de crecimiento anuales de depósitos de árboles subfósiles o intactos abarca los últimos 7.600 años. Los árboles se encuentran a menudo en el fondo de pequeños lagos, y el Natural Resources Institute de Finlandia (Luke) tomando muestras y registrando los hallazgos desde la década de 1990.
El nuevo estudio, publicado en Scientifc Reports, rastrea la correlación de la variación de isótopos de carbono y las erupciones volcánicas desde el siglo XIX hasta los últimos años, y muestra la dramática reducción de la luz solar disponible en 536 y entre 541 y 544 de nuestra era. La variación de las temperaturas veraniegas se reconstruyó de manera similar sobre la base de la densidad de los anillos anuales de crecimiento de los árboles.
Fuente: europapress.es